Varrón junto a sus hermanos de batalla corrían a gran velocidad, hacia una luz distante, cegadora e hipnotizante, única fuente de su libertad, aun sabiendo que quizás tras de ella solo encontrarían la muerte, el sentimiento de liberación valía todas las angustias sufridas, todos los hermanos caídos.
El camino se hacía eterno, Varrón sentía que avanzaba un paso y el camino se alargaba dos mas, la ansiedad por ser finalmente libre le engullía, en el camino se le venían a la mente todos los recuerdos, los eventos recientes que condujeron a la insurrección. El final se acerca, por fin descubriría si ser libre era realmente su destino. descubriría si aquello por lo que tanto luchó significó subirse al carro del destino o por el contrario, se dejó arrastrar por el.
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—¡LOS CONDENADOS AL VACIO TE SALUDAN!—. gritó Varrón junto a los demás gladiadores
tras el saludo al emperador, este dio la orden de iniciar el espectáculo da inicio al termino a los juegos Panhumanoides que el imperio confederado realizaba para promocionar la paz entre las federaciones humanoides y las razas que la conformaban.
El inicio del espectáculo final constaba de un enfrentamiento entre una legión de gladiadores, esclavos provenientes de diferentes mundos que formaban parte del imperio humanoide contra un enjambre de bichos de diversos tamaños conocidos vulgarmente como las plagas.
Los juegos contaban con la presencia de los mas notables caballeros y damas de la galaxia, tanto presidentes como dictadores, desde príncipes a marqueses, grandes comerciantes junto a grandes especuladores, hacía presencia la mas rancia aristocracia del imperio humanoide. A la cabeza de estos se encontraba el emperador Eusebio IV.
Y ahí se encontraba Varrón, apodado por sus hermanos de batalla como el soñador, pues constantemente divagaba con escapar de las arenas de los coliseos y volver a su mundo de origen, pero mientras, solo podía luchar en los enormes campos de batalla que eran los coliseos del imperio, para deleite y goce se los patricios.
—¡preparen sus escudos!—. le gritó Varrón a sus compañeros.
Tras escuchar las ordenes, los gladiadores desplegaron sus escudos, círculos del metal mas duro conocido por la especie humanoide que se desplegaban instantáneamente desde el brazo izquierdo de los guerreros,
—enciendan sus armas—. ordenó Varrón a sus hermanos.
Estos encendieron las cierras de sus sables y prendían la fuente de poder de sus espadas eléctricas.
—¡Liberen a las plagas!—. ordenó el emperador desde una pantalla gigante en medio de la arena
tras la orden, instantáneamente el campo de fuerza que contenía enjambre de bichos se apagó y con ella los bichos iniciaron la carga como un glaciar en movimiento raudo, y sin embargo arrasando con todo a su paso.
—¡posición de defensa!—. ordenó Varrón a sus hombres
El ambiente en el lugar era tenso. Se podía sentir como temblaba la tierra debajo de sus pies. Los hombres con decidida paciencia , esperaron la punta de lanza que era la embestida de los bichos, algunos tan enormes como para acabar con la vida de 5 personas al mismo tiempo. La tensión se agudizaba con el pasar el tiempo, los pocos minutos parecían horas y mientras mas grande se hacia la nube de polvo, mas inquietos se ponían lo gladiadores.
—¡Quien esté destinado morir, hoy se encontrará de cara con la muerte. Por eso muchachos luchen con valentía y pasión. Súbanse al carro del destino! ¡Por la liberad!—. gritó Varrón y sus hombres le respondieron con vehemencia el discurso.
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Historias de un Próximo Futuro
Science FictionAunque el futuro que le depara a la humanidad sea incierta, la ciencia ficción nos permite imaginarnos los destinos mas locos y oscuros al mismo tiempo que nos asombramos con los avances tecnológicos. "Historias de Próximo Futuro" nace como una anto...