🍎 7 << Invitación

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│👨‍⚕️Christopher Uckermann│

― Christopher, por favor, necesito verte y hablar contigo. {Hannah me estaba hablando por celular. Fue ella la que me había llamado}

Ucker ― ¡No tenemos nada más que hablar, Hannah! {Vocifere}

Hannah ― ¡Solo escúchame! {Insistió} ― Sé que no quiere verme ni pintado de oro, pero necesito pedirte perdón personalmente por lo que hice y explicarme.

Ucker ― ¡Por tu culpa casi pierde mi beca de la universidad! No me habría acercado a ti si hubiera sabido que era una persona tan baja. {Mantuve el tono enojado y grosero}

H ― E-eu no sabía que podía hacerte daño... {Choramingou} ― Nunca fue mi intención, ¡lo juro! {Cayó en el llanto}

U ― ¿Ah, no? ¡Eres una mimada y crees que el mundo gira en torno a tu ombligo! [...] {Tiré en la cara}

H ― ¡Te quiero! {Declaró}

[•••]

Me despierto en un sobresalto, jadeante y sudoroso. Hacía unas semanas que no soñaba con Hannah. Ayer en el bar vi a una mujer muy parecida a ella, e incluso le pregunté cómo se llamaba. La rubia pensó que estaba coqueteando, pero le expliqué que se parecía mucho a una persona que conocí. Mi intención ayer no era beber. Fui al bar a buscar a una mujer, sin embargo, terminé bebiendo demasiado y, además de todo, conduje en estado de ebriedad. Eso no debería haber sucedido.

Suelo ingerir alcohol solo cuando estoy solo en casa, ya que sé que siempre me excederé desde el momento en que empiezo. Cuando voy a los bares, necesito conducir para ir a un motel y también para irme. Evito beber fuera de casa porque sé que puedo perder el control del vehículo, lo que de hecho terminó sucediendo anoche. Por suerte esta vez no fue tan grave como mi otro accidente. Como dejé el coche en el taller para cambiar dos neumáticos gastados, tuve que usar mi moto.

Decidí venir a visitar a mi madre después de salir de la casa de la bibliotecaria. Desde el año pasado vive aquí en Palo Alto, ya que ha recibido una promoción en el trabajo. La empresa en la que trabaja tiene sucursales en todo el país, y la señora Alexandra no ha visto ningún problema en volver a su ciudad natal. Mi madre es viuda. Mi padre Víctor sufrió de cardiopatía isquémica y falleció cuando yo tenía casi dieciocho años. Todavía sufrimos mucho por su pérdida.

Alexandra ― ¡Hola, hijo! ¿Ha mejorado el dolor de cabeza? {Pregunta al verme bajando las escaleras y mientras arregla la mesa del comedor}

Ucker ― Un poco. {No te conté sobre los acontecimientos recientes}

Estuve viviendo aquí con ella durante unas semanas hasta que encontré un nuevo apartamento para vivir. Vendí el mío en San Francisco y compré uno con el mismo valor que conseguí con la venta del mío antiguo.

U ― Ya voy. {Beso tu mejilla} ― ¡Buenas noches, mamá!

A ― ¿Qué? ¿Pero ya se va? Pensé que te ibas a quedar a cenar. {Me lanza una mirada indignada}

Observo la mesa donde tiene tres platos, tres vasos y tres juegos de cubiertos.

U ― ¿Invirtió a alguien más? {No escondo mi curiosidad por saber quién es la visita que está esperando}

A ― Es, yo... He invitado a mi novio. {Confesar tímida y sonríe torpemente} ― Quería aprovechar para presentaros a los dos.

U ― ¿Has arreglado otro novio? {Sonrío malicioso} ― ¿Esta vez sale el matrimonio o vas a engañar a otro pobre? {Brinco}

Desde que mi padre nos dejó, mi madre tiene dificultades para relacionarse. Conoce a un pretendiente, sale, pero nunca es más que eso. Si el chico habla de matrimonio, la señora Alê se asusta, retrocede y termina siendo soltera de nuevo.

Lecciones de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora