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Eran las 06:00 de la mañana, todavía no amanecía.

Zoro estaba en su apartamento, recién levantándose, este se fue al baño y se desnudo por completo, prendió la ducha y se empezó a bañar.

El agua caliente hacía que el espejo se empañara, Zoro sentia cálidamente como el agua le caía por el cuerpo, estaba relajado.

Este se terminó de bañar, cerro la canilla y se seco el cuerpo completo, se miro al espejo, miraba su cicatriz del pecho.

— Era tan débil. — Se dijo Zoro mirándose al espejo.

Hoy era una ocasión especial, en su universidad tenía que ir arreglado, el profesor de artes, una de las materias que Zoro asistía y le gustaba, había pedido que vayan arreglados para una exposicion verdaderamente importante.

Zoro se puso una camisa arrugada, un pantalón formal, y los zapatos que van con ese traje, agarró un buzo por si enfriaba el día.

Ya eran las 06:30, Zoro ya tendría que salir de su apartamento.

Este salió y lo cerró con llave, activo el GPS y fue caminando, el colegio le quedaba demasiado cerca.

Ya eran las 06:45, Zoro se había ido a desayunar a una cafetería que estaba al lado del colegio, siempre se encontraba con su compañero de clase, Vinmoske Sanji.
Estos dos no se hablaban, pero siempre tomaban el mismo camino para llegar a la Universidad, y retirarse de esta, aveces mantenían una conversación de segundos, los dos preferían ir callados.

Llamada de "Vinmoske"

—¿Hola? — Respondió el peli-verde.

— Lo siento por llamarte Roronoa, ¿Estás en la universidad? — Pregunto el rubio.

— ¿Todo está bien? Noto tu voz muy agitada. — Respondió Zoro. — Estoy en la cafetería de al lado ¿Porqué?—.

— ¡Me intentaron robar idiota! — Respondió el oji-celeste, que estaba corriendo.

— No me insultes, no te he echo nada niño. —.

— ¿DONDE MIERDA ESTAS? ¡NO TE VEO! — Grito el rubio ya cansado.

— En la cafetería, ya te lo he dicho, además, ¿porque me llamas? ni que fuera tu amigo. —.

— ¡Ya te vi! — Dijo Sanji, para después cortar la llamada.

Zoro se quedó extrañado, aunque no le interesaba que le pasará a ese rubio.

— ¡Zoro! — Dijo Sanji entrando a la cafetería, para luego respirar con mucha velocidad.

Zoro se levantó y fue donde estaba Sanji.

— ¿Que te ha pasado? — Pregunto Zoro.

— ¡Me han intentado robar! ¡Ya te lo había dicho idiota! —.

— Entiendo. — Dijo Zoro, para luego agarrar sus manos con la de él, para llevarlo a su mesa.

— ¿porque tienes las manos tan frías?— Dijo Zoro después de agarrar una de sus manos.

— Ya sueltame — Dijo Vinmoske, aunque no quería que se la soltara, la mano de Roronoa se sentía tan cálida.

— Está bien. — Dijo este soltandole la mano. — Siéntate. —.

— Gracias Roronoa. — Dijo dándole una sonrisa sincera.

— ¿Por qué? —.

—No lose, pero gracias. — Dijo el rubio.

— Supongo que de nada, te vez lindo con el pelo revoltoso, nunca te había visto así niño elegante. —.

— ¿Acaso te gustan los hombres? — Pregunto Sanji, la verdad para él está bien, pues él era bisexual.

Manos FriasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora