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antes de empezar, perdón por un error ortografico q me di cuenta, escribí "pircings" en vez de "piercings".

Empieza la cosa.

- Sanji, ya te he dicho varias veces que no fumes en los baños mocoso. -Gritaba Jeff mientras golpeaba la puerta.

- ¿Qué dices viejo decrépito? ¡Yo no estoy fumando! - Le contesto apagando el cigarro que tenía.

- ¡Entonces abre la puta puerta!

- ¡Respetame! ¿Eres un viejo de rábano verde o que? - Pregunto en un tono de burla.

- ¡Sal ya o pierdes tu trabajo!

Sanji solamente abrió la puerta, salio del baño y se dirigió a su puesto.

Un suspiro salió de él, ¿y si realmente necesitaba renunciar? No podía llorar ahora mismo, estaba en el trabajo, quedaría de ridículo.

- ¡SANJI CARNE! - Se escuchó, algo que hizo tragar saliva al mencionado.

- Si no lo paga se quita de tu salario, tu ya sabes. - Dijo riéndose uno de los cocineros.

Sanji escupió en un tacho, prendió un cigarro y se puso a cortar verduras.

- Luffy es un loco por la comida, denle la mesa de siempre, y díganle que en 30 minutos todo va a estar listo, tendré que usar el máximo de la hornalla.

Un mesero fue corriendo hacia él, Sanji veía de lejos el comportamiento de Luffy, tenía la misma hambre que siempre.

El cuchillo picaba verduras, mientras su acompañante lavaba y le pasaba más verduras.

- No necesito tu ayuda.

- El jefe no me paga si no te ayudo, me contrato para específicamente esto.

Sanji gruño, haciendo volar uno de sus cuchillos.

Largo rato, Luffy ya estaba comiendo, reía y se atragantaba.

- No lo soporto. - Murmuró Sanji en queja.

- Por suerte ya va a terminar mí turno. - Dijo una voz inesperada.

Sanji se alejo, en 30 minutos terminaba su turno, se fue alejando tranquilamente aunque su jefe lo interrumpió.

- Ya te he dicho que no fumes en los baños.

- No es nada grave.

- Menos cocinando, idiota.

- Cuido los ingredientes, y evito que el cigarro los arruine.

- Nunca vas a aprender, ya vete a tu casa o donde sea que vivas, no quiero verte aquí hasta mañana.

- ¿Me estás diciendo que me puedo tomar el día?

- Te noto cansado.

- Entonces es un si, gracias, supongo.

- ¿Suponer? tu supones todo mocoso, ¡vete ya o te largo a patadas!

Sanji agarró su mochila, ignoro la presencia de Luffy en el lugar y dio marcha a su apartamento.

- Necesito dormir. - Dijo en voz alta, haciendo que la señora que pasaba a su lado lo quedase mirando.

- Oh niño, me haces acordar a mí nieta, suele cansarse mucho, y trabaja demasiado.

Sanji se sonrojo de la vergüenza, la señora río y siguió su camino.

Sanji vio un bar muy reconocido, le encantaba el licor que vendían, dificil de encontrar, siempre compraba botellas y se las llevaba, cocinaba recetas deliciosas para sus amigos.

Manos FriasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora