Capitulo 11

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Sam se despertó sintiendo un fuerte dolor en su cuello y su brazo, la manera en que se había quedado dormida no había sido la mejor y ahora sufría las consecuencias.
Con algo de dificultad se puso de pie enderezando su cuello escuchando un leve crujido que provenía de sus propios huesos, llevo su mano derecha al lugar y comenzó a dar un pequeño masaje para aliviar el dolor.

Belove seguía tendida en la cama mientras dormía tranquilamente, su respiración pausada haciendo subir y bajar su pecho, el teléfono de la pelinegra comenzó a sonar en su habitación así que camino rápidamente esta el.

-Hola- dijo por lo bajito con su voz algo ronca

-Buenos días mi amor- saludo su madre al otro lado de la línea- ¿Como sigues?

La pelinegra soltó un suspiro antes de hablar- Bien mamá, Belove... Belove sigue enojada- Sam comenzó a caminar por su habitación mientras hablaba al teléfono.

-Sabes que no es fácil para ella- le dijo delicadamente- necesitan hablar, tienes que explicarle las cosas para que ella comprenda, ella simplemente es muy pequeña para asimilar una noticia así

-Lo sé- dijo abatida la pelinegra sin cesar su caminata por la habitación- pero no se como hacerlo, ella simplemente se rehusa a hablar conmigo, todo lo que hace es ignorarme

-Tal vez la psicóloga las ayude, te llamaba para eso, hoy programé una cita a las doce, ya se que me dijiste que en el programa de Foster Care le asignaban una pero esta es muy buena, por favor vayan hoy- casi suplico la mujer angustiada por la situación que estaban pasando su hija y su nieta

-No te preocupes, lo haré

-Cuando vuelvas por favor intenta avisarme como les fue

-Esta bien mamá, prometo que lo haré- Sam sonrío ante la actitud de su mamá- hablamos después

-Esta bien hija, ya te mando por mensaje la dirección de la psicóloga y su número, cuídate

Sam estaba haciendo el desayuno cuando Belove apareció en la cocina restregándose los ojos con sus puños y el cabello revuelto, la pequeña se sentó en silencio sobre una de las sillas de la cocina y la pelinegra pudo escuchar como su pequeña barriguita rugía por el hambre.
Cuando le pregunto si quería desayunar la pequeña simplemente asintió sin mirarla y espero paciente por su plato, Belove estaba feliz de tener sus tostadas con mermelada de uva que tanto le gustaban y por primera vez en días Sam la vio sonreír haciendo que en su rostro también apareciera una sonrisa.

-Tenemos que salir en un momento, ¿podrías tomar un baño y alistarte?

-No quiero salir- dijo la pequeña sin levantar su mirada de su plato

-Pues vamos a hacerlo igual y por favor alístate- la pelinegra escucha a su hija suspirar sonoramente y asentir sin pelear mas

Ambas se alistaron, salieron del departamento caminando al ascensor y el auto en silencio, Belove se colocó sola sus correas de seguridad cuando noto que Sam ni siquiera trato de ayudarla esta vez, eso hizo que la pequeña se pusiera aun mas enojada pero no con Sam sino con el hecho de que comenzaba a dejar de importarle.

Cuando llegaron a la oficina de la psicóloga infantil, Belove se sentó en una pequeña mesa alejada del sofá donde se sentó Sam y comenzó a jugar con unas piezas de legos que encontró, pasaron varios minutos antes de que la secretaria de la psicóloga las llamara para que pasaran adelante

-Señora Anuntrakul, la doctora Bassani esta esperándola- hablo la joven mujer desde atrás de su escritorio regalándole una amable sonrisa

-Muchas gracias- le respondió- Belove vamos

I WON'T GIVE UP - MONSAMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora