my lover (Jude Bellingham)

el día que nos conocimos

Era mi primer día en la universidad de Dortmund, Alemania. Me encontraba bastante nerviosa ya que no conocía a nadie allí, me daba pánico perderme o simplemente no encajar.
Llegué a la universidad y el director me presentó a la clase, ya que ellos ya se conocían del año pasado.
El director, llamó a una chica de mi edad para que me ayudara en la incorporación y que me enseñara todos los lugares de la universidad.
- Hola, soy Hellen. Dijo en un tono dulce y amistoso. - Te llamas Madison, verdad?
- Hola Hellen, encantada y si, me llamo Madison, pero puedes llamarme cómo quieras.
Ella me sonrió, la verdad me pareció una persona muy buena y me daba muy buenas vibras.
- Que quieres que te enseñe primero? Dijo Hellen mostrándome una hoja de papel donde había escrito todos los lugares de la universidad, lo que me pareció muy tierno de su parte.
- Las aulas principales y las habitaciones primero. Dije con algo de timidez.
Ella me mostró todo el recinto, me gustó mucho aquella universidad, me resultaba muy acogedora, además muchas personas se pararon a saludarnos.
Llegamos a el último sitio, las pistas de educación física.
Eran enormes, había de todo, desde campo de fútbol hasta pista de tenis.
Vimos que solamente había una persona en las pistas, un chico alto, moreno y con ojos marrones, diria que de mi edad.
Nos vio y sin pensárselo vino a saludar.
-Oh, Madison este el Jude, Jude esta es Madison.
-Un placer. Dijo Jude con una sonrisa, una sonrisa hermosa.
- Igualmente. Dije devolviendole la sonrisa.
- Madison, de dónde vienes? Preguntó mirándome de arriba a abajo.
- Soy de España, pero mi padre es alemán así que domino el alemán, por eso vine aquí.
- Oh, genial.
- Y tú? Tú acento parece inglés.
- Si, soy inglés, de Stourbridge.
- Me encanta Inglaterra, es uno de mis países favoritos.
Dije con una sonrisa, ya que perfectamente sabía que mi tipo eran ingleses.
Hellen me dijo que las clases normales empezaban el miércoles lo cual tenía estos días para incorporarme.
Hellen, me miro cómo si quisiera pedirme algo, entonces le dije:
- ¿Algo más que necesite saber?
- Sí, bueno, no del todo, pero te preguntaba que si quieres compartir habitación conmigo.
- Oh, claro, por supuesto. ¿Pero no tienes ya compañera?
- Que va, ¿que te ha hecho pensar eso?
- No lo sé, pareces una chica increíble y pensaba que ya tenías.
Ella me dio un abrazo y me dijo que seríamos una buena amistad.