IV

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La casa estaba vacia, pero solo físicamente. Mis pensamientos la inundaban y la convertían por momentos en un lugar inhóspito o en algo de lo q no queria salir. La imagen de la pelirroja se me aparecia por todos lados. Me torturaba, y parecia querer hacerlo. Horas pasé dando vueltas por la casa tratando de evitarla. Pero ya no podía mas. Como se imaginarán mi casa estaba cerca de un bosque natural con poco acceso a personas.
Tomé una chaqueta de cuero negra y sali corriendo hacia el bosque. Corrí tan rápido que creí q la imagen de la muchacha no podría volver a encontrarme.
Frené bajo un sauce de mas de 500 años y me recosté sobre una de sus raíces que sobresalían de la negra y húmeda tierra. Traté de dormir pero me fue imposible pegar un ojo. Vagué con mis pensamientos recorriendo todo el espacio. Mi cuerpo-imagen pasa entre cada árbol con el q se topaba, por debajo de cada raiz que veía y colgandose de cada rama de la que podía.
Mi madre se me apareció. Fue muy rápida. No llegué a oir o ver nada y ella estaba parada al lado mío, con sus ojos color rubí destelleando sobre mi rostro. Parecia revisarme con su mirada. La pasaba de mis piés a mi estómago, luego a mi pecho y a mi cabeza. Después volvía. así pasó mucho tiempo. Ella parecía querer analizar cada parte de mí antes de comenzar a hablar, y yo como una presa asustada solo la miraba a los ojos. Por momentos creía que sus ojos podían traspazar mi piel, incluso pensé que podría estar leyendo mis pensamientos.

-¿Qué te pasa? - fue lo primero que me dijo cuando dejó de revisarme.

-Mmh...?.... ¿a mi? nada, ¿por qué preguntas?

-Vamos Chris, aunque no sea biológica sigo siendo tu madre. Y además soy una vampiresa. No puedes engañarme tan fácil.

-¿Y por qué crees que te estoy engañando?

-Porque hace 20 años que no vienes al bosque, y sólo lo has hecho cuando tenías algo que te molestaba.

-De acuerdo, tu ganas Clara, te contaré que pasa.

Ella esbozó una sonrisa triunfal, y en gesto de que esperase un momento fue a sentarse en un tronco frente a mí para oir mejor. Cuando apoyó su cara sobre sus manos comencé a contarle todo lo referido a la extraña pelirroja.
Cuando di por entendido que el relato había concluido, ella se levantó y extendiendo una de sus manoa hacia mi me dijo en un tono muy tranquilo "vamos a cazar"

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⏰ Última actualización: Jun 01, 2015 ⏰

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El monstruo sin destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora