Capitulo 15

35 4 6
                                    

Al ver un auto estacionarse, salí para encontrar al chico que me veía con curiosidad. al verme entrar y no decir absolutamente nada

_ Parece que habrá una tormenta—dijo al prender su coche.

_No creo que llueva.

_¿Apostamos?—sonrió de lado.

_No y por cierto, aún no te dije la dirección y ya estás manejando a nosé dónde—lo miré por el retrovisor y la sonrisa aún no se le había borrado.

_¿No íbamos a un motel?.

_¡MUY GRACIOSO WAYNE!—dije mientras sentía mí cara arder.

_¿Si usas mí apellido significa que tendría que estar preocupado?—Hablo sarcásticamente.

Ignore lo que decía y le dije la dirección exacta en donde se encontraban las brujas. El camino era largo pero ninguno decía una palabra al ver qué una tormenta iluminaba el cielo con sus rayos y eso me hacia pegar pequeños brincos del susto.

_ Tranquila ya llegamos—dijo con una voz suave.

_Si es que no morimos antes—lo mire con advertencia—¿No te asusta?.

_¿Tu?, si un poco.

_No idiota, el rayo.

_ Eso me asusta menos que tu.

_ ¡Hablo enserio!—dije con los nervios de punta al ver qué el cielo se iluminó nuevamente.

_Solo es lluvia, no ácido.

_¿Y si te cae un rayo?

_Pues muero.

_¿Y no te da miedo?

_¿Morir?

_Si.

_No. Morir sería mí destino y eso está bien.

Esas palabras hicieron que mí pecho se sintiera un poco pesado.

_No digas eso, idiota.

_¿Me extrañaras si muero?—se burló.

_En estos momentos no.

_Yo creo que sí—me miró y sonrió dulcemente como si estuviera tranquilo por algo.

_Callate y maneja—masculle.

Eros se limitó a sonreír y poner música para que olvidará un poco está tormenta o me calmará, pero lo que en realidad me estaba calmando era verlo por el retrovisor mirando el camino con esos preciosos ojos que resaltan en cualquier lugar.

Sabía que iba hacer mí perdición.

Al estacionar en la casa de Iara la bruja con más "experiencia" bajamos para correr debajo de su puerta y tocar el timbre como una desesperada por la lluvia.

_¿Te quieres funcionar con el timbre?—el aludido se burló tras mojarse con la lluvia.

_¿Te quieres resfriar?.

_Quiero que me caiga un rayo.

Dijo al dar unos pasos hacia atrás y ver cómo se iluminaba el cielo para acto seguido tomarlo de la chaqueta y atraerlo bruscamente hacia mí. Chocamos contra la puerta y mí rostro había quedado pegado en su pecho húmedo, podía escuchar su corazón y latía rápidamente ¿Se había asustado con el rayo? Cuando levante la cabeza para verlo un poco sonrojado levanté mis manos para tomarle la temperatura.

_No tienes fiebre—dije al no sacar mis manos de su cara—¿Entonces por qué tu cara está roja?.

El suspiro un poco cansado.

Siempre te encontraréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora