Capitulo 3

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Te encontré.

Me desperté sobresaltada al sentir que algo me había golpeado y ver a mí abuela en la puerta de la habitación, tomando nuevamente la almohada para volver hacerlo.

_¡Que mierda! Me asustaste mujer—frote mí cara somnolienta.

_Cuida tu vocabulario—me lleve otro almohadazo merecidamente—son las 9am ¿No tienes que trabajar o estudiar?

-¡9AM!— salí corriendo de mí cama como si fuera una bala para dirigirme al baño y arreglarme lo más pronto posible—¡Mierda, mierda, mierda! ¡Llegaré tarde!.

Había olvidado poner la alarma por estar muerta del cansancio, mientras corría de un lado a otro observé cómo mí abuela tranquilamente estaba sentada en mí cama viéndome enloquecer.

Espera un momento...

Tomé mí móvil para ver qué mí buena abuela había mentido.

_¡5:30 am!—la mire exhausta—¿Enserio abuela? Casi me da un infarto.

Es demasiado cierto cuando dicen "no creas en la alarma abuela".

_Mira el lado bueno—soplaba sus uñas mientras las miraba—¡ya estás lista y a tiempo!—me miró burlándose.

_Demasiado a tiempo—Ironice.

Mí abuela se levantó riéndose para preparar el desayuno y dejarme prepararme decentemente.

_¿En donde estabas ayer?,¡hueles a sexo!—tape mí boca en señal de exageración.

_Y hoy voy a oler mas—levanto sus cejas en señal de coqueteó—así que...

_No te espero despierta—me rei—algún día yo te lo diré—me burle levantandome y saliendo de casa.

Tenía el tiempo del mundo para llegar al trabajo gracias a mí alarma 2.0 de almohadazos.

Al llegar y darme cuenta que aún no habían abierto, me cente en una de las bancas que adornaban la vista y rezar que mí compañero de hoy sea Ethan.

_¿Que paso? ¿Caíste de la cama?—la voz de Ethan resonó detrás de mis orejas.

_Algo parecido—dije mientras Ethan abría la puerta...

¿Ethan abría la puerta?

_¿Le robaste la llave al encargado?—ironice.

_Algo parecido—miro con picardía levantando y bajando las cejas—hoy vengo en forma de encargado.

_¿Desde cuándo?—rei.

_Desde que vi a una chica hermosa siendo mí compañera—hizo una pausa— y desde que choque el auto de papá y ahora me obliga a trabajar en su negocio para repararlo—blanqueo los ojos.

_Bien merecido—me burle.

El día transcurría en forma normal, universitarios, niños entraban y salían como hormigas, el encargado limpiando las mesas y yo dándole apoyo moral desde el mostrador.

Limpiando la puerta de vidrio pude ver al querido chico del centro de estudiantes, de la mano de un hermoso angelito que saltaba por todos lados de la felicidad.

El niño soltó la mano de Henry para salir corriendo y abrir abruptamente la puerta de cristal.

Es un tierno y hermoso peligro andante.

Mientras el tierno niño daba brincos por todos lados de la emoción, Henry se acercó exhausto de la vida hacia el mostrador.

_Hola Nerea—dijo con pocas ganas—¿Podrías venderme un batido para el imperativo?

Siempre te encontraréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora