Capitulo 2

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¡6:55 am! ¡Mierda! ¡Mierda! ¡Mierda!!!!!!!!!

¿Quién diablos llegará tarde a su segundo día de trabajo? Ah sí, tu.

Salí corriendo a la parada de autobuses, me había arreglado lo más decente o eso quería creer.

Si decente se le puede decir, un bollo con mechones sueltos y el uniforme del trabajo, todo desordenado, pues vale.
Me sería de ayuda que te callaras.

Baje del autobús y salí disparando como una bala, saque el móvil y vi que ya eran las ¡7:48 am!.

¡El tiempo pasa demasiado rápido, cuando no quiero que pase!.

Para mí salvación mí compañero de este turno era Ethan, el había sido muy amable explicándome todo el primer día.

_Eres la primera persona que llega tarde a su segundo día de trabajo—rio—8:15 am, tienes suerte de que el supervisor no esté.

15 minutos Ethan, no mames.

_¡La alarma no sonó y parece que justo hoy, el chófer quería ir lento!

Ethan rió y empezó a limpiar las mesas, mientras yo desinfectaba las licuadoras y acomodaba los dulces.

El día no estaba demasiado movido, habían venido niños y universitarios a tomar los famosos licuados arcoiris lo cual no eran la gran cosa.

_6 pm, ¡Ya me quiero ir a casa! —escuche a Ethan quejándose del otro lado—¡tengo que estudiar y no quiero!

_¿Quieres vender batidos el resto de tu vida?— me burle

_Depende, ¿Tu serás mí compañera?— sonrió, levantando y bajando las cejas.

Tome el trapo que estaba limpiando las sillas y cuando estaba apunto de tirarselo, sonó la campanita.

oh oh clientes.

Te salvaste Ethan.

Fui al mostrador y vi un niño demasiado tierno, parecía que tenía unos 3 o 4 años.

_Hola, bebé ¿y tus padres?—hable con dulzura.

El niño solo me quedo mirando y como no sabía que hacer mire a Ethan que también estaba igual de confundido.

_Bueno creo que seremos padres—murmuró Ethan, riéndose.

La campana volvió a sonar y entro un chico asustado buscando al niño.

_Dios mio, ¿¡Liam quieres hacerme morir de un infarto!?—el desconocimiento miro al niño y lo tomo en brazos.

En ese momento Ethan se puso detrás del chico alto, para impedirle el paso.

_¿Como sabemos si el niño es tuyo?—Ethan hablo con seriedad—ni siquiera se parecen.

_Quizas porque se parece a su padre—el desconocido hablo—yo solo vine a buscarlo, puedes llamar a la guardería, tengo autorización de su tutor.

El niño no se veía asustado con el, es más se veía como si le tuviera confianza.

Es un niño, ellos le dan confianza a todos.

_Pasanos el número entonces para ver si estás en lo cierto— lo mire fijamente con desconfianza.

El chico sin ningún problema saco su móvil y llamo hacía la guardería y efectivamente el tenía razón.

Mejor prevenir que lamentar.

Nos disculpamos con el desconocido y cuando estaba apunto de marcharse.

Siempre te encontraréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora