Ya no mas tu caballero

La llama de Fulgore

- Amity, no puedes seguir así - La reina de Hibralt reprocho a su hija - Eres la futura reina de Hibralt y como mi sucesora hay cosas que debes tener en consideración.

- Pero que hay de Luz, por fin la encontré y ella esta con ese bárbaro - murmuro la princesa, dejando ver un aire depresivo a su alrededor - No es justo mama yo la amo y ella se dejó seducir por el ¡No es justo! - Exclamo exaltada, aumentando el tono de su voz.

Odalia miro impasible a la reacción de su hija, suspirando por el pequeño arrebato - ¡Claro que no es justo! -La reina exclamo con la misma intensidad de su hija -Nada en la vida en lo es, unos nacen con suerte y otros tienen la suerte de haber nacido pero en estos últimos no se dejan arrastrar por su destino. - le señalo. Odalia suspiro relajando su tono de voz - Esta mi niña es una lección que tendrías que aprender tarde o temprano, la vida puede darnos todo y de la misma forma puede quitarnos otras como un medio de generar un balance, esa es la ley de la fortuna, nadie puede mucha sin tener que dar algo a cambio.

-¿Luz fue el pago por mi fortuna? - La princesa pregunto, su madre suspiro y asintió.

- Eso parece mi niña, tu perdiste a tu primer amor reciproco al igual que yo perdí a una gran amiga al mismo tiempo que lo hice con tu padre - Su rostro se ensombreció por un momento - Son cosas de las que uno tarda en recuperarse, pero que nos permiten crecer a su debido tiempo, como yo lo hice y tú la harás cuando logres recuperarte de ello

Odalia acaricio el rostro de su hija, limpiando uno de los caminos de lágrimas sobre el -Ahora descansa hija mía que pronto volverás a tus labores. - musito ella antes de salir de la habitación, el sonido del llanto no tardo en escucharse del otro lado de la puerta. Odalia sacudió su cabeza con una sensación de fastidio hacia el estado de su hija, como su heredera Amity debía ser más fuerte que esto, necesitaba sobreponerse antes de que todo su mundo se terminar de venir abajo y tan profundo que no fuera capaz de salir por cuenta propia.

- ¡Guardias! Preparen mi carruaje iremos al reino de Alvain, tengo ciertos asuntos que tratar con cierta desertora - Ordeno la reina, preparándose para visitar a la chica que le había roto el corazón a su preciada hija.

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El olor de la sal se permeaba junto al polvo que se levantaba en la contienda que había entre el joven príncipe del reino y la futura reina que gobernaría un día a la nación aliada de Fulgore. King Clawthorne arremetía con su espada en contra de Luz Noceda, ambos se encontraban practicando desde la mañana por petición del principito, el joven no había podido participar en los combates debido a su edad y por órdenes de su madre que preocupada por su bienestar se lo había prohibido rotundamente.

- Lo siento King, pero es por tu bien el que no participes en los combates - El recordó las palabras de su madre - Como un miembro de la familia real del reino que realizo la gala del groom no puedes exponerte ante el resto de los nobles - Ella había sido firme en su decisión de permitirle pelear, pese a sus suplicas e intentos de negociación ella no cedió en lo más mínimo con deseo.

Eda tenía sus razones para negarse más allá de proteger a su único hijo, de la misma forma que había permitido a su sobrino y nuera el luchar en los duelos. Belos se las había arreglado para convencerla de permitir esto con Hunter y Luz. - Ambos necesitan demostrar su fuerza ante los líderes y labrarse un nombre más allá de las hazañas que ambos cosecharon en las guerras - Fueron sus palabras y Eda no tuvo más remedio que aceptar ante la petición del viejo.

-¡Vamos King! no bajes la guardia, sube esa espada y mantén la distancia, no pierdas de vista tu ritmo cardiaco y respiración - Luz dio indicaciones al joven príncipe - si pierdes de vista esto no duraras mucho en el campo de batalla.