4: Buen esposo, mal presagio

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Me desperté con el sonido de mi móvil y cuando miré a mi alrededor recordé donde estaba. Escuché el sonido de la ducha y supuse que Unai estaba en el aseo.

Cuando vi que la persona que llamaba era mi mujer dudé si coger el teléfono, no tenía ganas de pelearme a las diez de la mañana. Aún así se lo cogí.

-¿Tú que? ¿Qué haces tan importante como para no cogerme el puto teléfono?

-Dormir, si te parece buena excusa.

-Estás en un plan insoportable.

-¿Yo? Si a la que no se le puede ni hablar es a ti, siempre sacas mierda de donde no la hay.

-Me estás empezando a cansar.

-Tú me llevas cansando a mí desde que estás así.

-¿Estar cómo?

-Distante, cómo si yo te importase una mierda.

-Me estás empezando a importar eso.

Me quité el móvil de la oreja y le colgué. ¿Había tenido el valor de decirme eso?
Sentí un nudo en mi garganta y derramé una lágrima.

-¿Estás bien? Te he escuchado gritarle al móvil- Me giré al escuchar su voz y en cuanto me vió llorar me envolvió en sus brazos.

-Ey, no llores, ¿que ha pasado?

-Dice que no le importo una mierda- Y fue ahí cuando rompí en llanto.
Él me abrazó más fuerte y yo me aferré al abrazo.

-No te merece, Álvaro- Se separó del abrazo y limpio mis lágrimas. No tardé mucho en volverle a abrazar más tranquilo esta vez.

-Te he mojado tu pijama del Athletic.

- ¿Tu crees que eso me importa ahora?- Le sonreí.

-¿Puedo... dormir otra vez aquí? Si no te importa.

-Pues claro que no me importa, me gusta estar acompañado.

-¿A ti? ¿Desde cuando?

-Desde que la compañía eres tú- Sentí como me sonrojaba. Esto ya empezaba a ser demasiado raro.

-Voy a traer mis cosas.

-¿Te ayudo?

-Nah, yo puedo, gracias- Y fui a mi habitación.

Arrastré por el pasillo la maleta abierta porque me daba pereza cerrarla, y justo cuando estaba en la puerta de la habitación de Unai, vi como Luis Enrique me miraba con las cejas arqueadas.

-Hombre, mister, como tu por aquí- Me levanté e intenté actuar con normalidad.

-Tengo varias preguntas- Yo carraspeé.

-¿Que haces con un pijama del Athletic?

-Es de Unai.

-¿Qué haces con un pijama de Unai?

-Es que el mio está para lavar.

-Está en la maleta.

-Pero está sucio.

-Está doblado.

-Es que soy muy ordenado.

-¿Que haces entrando a la habitación de Unai?

-Me he dejado el móvil.

-¿Y entras con la maleta?- Me quedé sin ideas de respuestas y el mister palmeó mi espalda.

-Confío en vosotros, voy a hacer la vista gorda- Y dicho eso, se fue.

-Unai, no te vas a creer lo que me aca-.

High Infidelity// Unai Simón & Álvaro MorataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora