6: ¿Quieres saber donde estaba aquel 26 de noviembre?

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Antes de nada, quiero aclarar las edades y nombres de los hijos de Morata:
-Leonardo y Alessandro, 4 años (son mellizos).
-Edoardo, 2 años.
-Bella, 3 meses.









Todo parecía irme tan bien que no me lo creía.
Estaba en el mundial y había encontrado a alguien que me quería de verdad, ¿que más podía pedir?

Cuando menos me lo esperé, volví a escuchar sonar mi móvil mientras estaba en el baño.

-ÁLVARO, ES TU CASI EX MUJER- Abrí la puerta del aseo y fui a cogérselo.

-Que no grites, coño, te oigo perfectamente.

-¿Álvaro?- Escuché la voz de ella después de contestar a la llamada.

-Dime.

-¿Puedes firmar los papeles del divorcio?

-Ahora mismo cojo un vuelo a España para firmarlos nada más, no te jode.

-Estoy en la puerta de la universidad- Hice una pausa.

-¿Qué?

-Ábreme, por favor.

-Joder, voy- Seguidamente le colgué.

-Está aquí, quiere que le abra la puerta de abajo.

-Pues bienvenida sea Alice- Él rodó los ojos tumbandose en la cama.

-No seas idiota- Le sonreí.

-¿Te acompaño?

-Como quieras- Ambos bajamos juntos.

Estaba nervioso, no sabía si iba a ser capaz de mirarle a la cara después de prácticamente haberle puesto los cuernos y que ella me pidiera el divorcio aún sin tan si quiera saberlo.

La sorpresa fue cuando descubrí que no había venido sola.

-PAPÁ- Alessandro y Leonardo corrieron a abrazarme.

-Se han empeñado en venir a verte- Dijo Alice con una sonrisa y Edoardo hizo un gesto para que le aupase.

-Hola, enanos, os he echado mucho de menos- No podía contener la felicidad que sentía al verlos aquí conmigo.

-Ten a la niña que no puedo con todo- Me fijé que llevaba maletas y mochilas, seguramente porque se quedarían unos días, no iban a hacer el viaje para nada.

-Hola, niña mía- La cogí en peso después de bajar a mi otro hijo.

Alice se quedó mirando a Unai creando un momento bastante incómodo.

-Hola, encantada- Ella se acercó y le dio dos besos.

-¿Eres Unai Simón?- Alessandro se dirigió a él.

-Sí, tú debes ser Alessandro, ¿verdad?- Le respondió agachándose para estar a su altura.

-Sí- Mi hijo se enganchó a mi pierna, era un niño bastante vergonzoso.

-¿Vamos a tu habitación, Álvaro?- Preguntó Alice.

-Vamos- Le respondí y subimos a la planta de las habitaciones.

Una vez en la puerta de la mía, empecé a buscar la tarjeta para abrirla.

-No encuentro la tarjeta, mierda.

-¿No la habrás dejado en la cartera?- Alice habló.

-Sí, pero no encuentro la maldita cartera- Entonces caí en donde podía estar.

Miré a Unai haciéndole un gesto con la mirada hacia su habitación.

-A lo mejor te la has dejado en mi habitación cuando me has devuelto el cargador que te presté.

High Infidelity// Unai Simón & Álvaro MorataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora