Capítulo 3

111 57 62
                                    

Se ríe

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Se ríe.

—Vaya, él que tu lo pienses es un halago.

—Creo que todas suspiran por ti... bueno no todas, hay excepciones claro... —Intento remediar mi estupidez con una más grande (Nótese el sarcasmo)

—Sí, al parecer contigo todo es más difícil, siempre que me acerco a ti, es como si construyeras un muro. —Mirá al suelo y siento que lo dice en serio.

—¿Te gusta orgullo y prejuicio? —Suelto, para salir de esta incomodidad.

El sube su mirada azulada y responde

—Es el libro que he empezado a leer está mañana.

—Ayer mi prima me lo regalo, estaba esperando para leerlo esta tarde e incluso hasta la madrugada. —Sonrió ilusionada, pensando en el libro.

—Pues podríamos leerlo juntos ¿Si te parece? —Me pregunta ilusionado.

No se como pasamos de un momento incómodo a otro muy confortable, es como si fuéramos dos piezas de puzzles, aunque al principio no encajaramos al poner la pieza incorrecta, con un poco de ayuda nos sincronizamos mejor.

—¿Entonces nos vemos esta tarde en el parque? — Vuelve a preguntar.

—A las 4 pm, me parece bien. —Le confirmó.

—Eso seria genial... Entonces nos vemos —Se despide, giro en mi propio eje con dirección a mi casa, pero esté me llama de nuevo.

—Por cierto, Feliz Cumpleaños Mía, tarde pero seguro —Me sorprende, pero luego se gira sin mirar mi expresión de asombro.

¿Acaso sabía lo de mi cumpleaños? Nunca se lo había dicho, o al menos no lo recordaba.

..............  ..........  ............    .............   ..........

Subí a la habitación de mi hermana a terminar de ordenarla, mamá no estaba en casa, ya me había acostumbrado a decirle así, ya que desde pequeña ella fue mi figura materna, pero al crecer me dijeron la verdad sin embargo ella ya era mi mamá.

Arregle todo lo que pude, mire el reloj y faltaban 15 minutos para las 4, aunque era un poco olvidadiza, era una chica extremadamente puntual aunque en todo lo demás fallaba, sin embargo ya le había prometido al chico de mirada azulada que iría a verlo.

Baje las escaleras con mi libro en la mano y mire cuando la puerta principal se abría.

—Hola Hija —Saluda mamá al verme.
—¿A dónde vas?

— He quedado, voy al parque... —Dudo si en decirle con quien me veré.

—¿Se puede saber con quién? —Sonríe.

—¿Por qué la sonrisa mamá? —Contrataco para ganar tiempo.

—Sólo me apetece hacerlo, la vida es joven... Es Liam ¿verdad? —Dispara de una vez sin rodeos.

—¿Cómo lo sabés? —Entrecierro los ojos escudriñandola, creyendo que es una adivina, pero se ha encargado de ocultarlo muy bien.

—Su madre me dijo que almorzaste esta mañana en su casa y al parecer el chico no se contuvo para decirle sobre vuestra salida... hace un momento me lo ha contado. — ¿Porqué le es tan emocionante salir conmigo? No lo entiendo.

Veamos Mía Silva es una chica morena, dientes perlados, ojos marrón claro, cabello desaliñado, un cuerpo que podría parecerse al de una miss (Sarcasmo, claro está que no lo es), mi cuerpo era una parte muy grande por la cual mi autoestima era baja, aunque nunca se lo hacía notar a las personas, tenia un peso un poco elevando, pero no extremo. Sin embargo mis hermanas gozaban de un buen cuerpo y una bonita belleza cosa que a mí me faltaba.

Aunque siempre vivía acomplejada, mi familia nunca me discriminaba por no ser tan agraciada. No era perfecta, no poseía una gran belleza, creó que las vida me había dado como un bono, la inteligencia para que al menos no pasará tanta pena.

Sí, a veces se me pegaba ese toque melancólico y dramático, pero dime ¿cómo haces cuando te miras al espejo y ves esos kilos de más? Cada día tenía que lidiar con mi aspecto, que para nada era agradable

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Sí, a veces se me pegaba ese toque melancólico y dramático, pero dime ¿cómo haces cuando te miras al espejo y ves esos kilos de más? Cada día tenía que lidiar con mi aspecto, que para nada era agradable.

El saber que Liam "Chico perfecto" en todo podía fijarse en mí, eso sólo podría ser un mal chiste o un simple sueño, en parte me encantaba la idea de odiarlo, así mi corazón no se ilusiona de algo que nunca pasaría.

—Mamá —respondo para desilusionarme ya — El chico es cristiano, sabes lo que opinó sobre ellos... además sólo iré para no dejarlo plantando, pero a la primera que saque a su "Dios", lo dejaré con la palabra en la boca. — Subo y bajo los hombros, mostrándole que hablo enserio.

Ella sabe sobre que ese tema para mi es una alarma para huir, sin embargo siempre ha respetado mis ideas, aunque ella le ha inculcado a sus hijas sobre que existe un creador y eso, pero ha mi sólo me ha dejado elegir.

—Lo sé, aunque el que hallas aceptado su invitación es un gran progreso... sabes que no hay muchos buenos partidos en estos instantes, muchos de los chicos han vuelto las relaciones sexuales antes del matrimonio como una tendencia, aunque respeto la opinión de sus padres al aceptarlas, no comparto el punto de que también jueguen con una chica hoy, la usan y mañana la desechen... Sin embargo Liam es distinto. —Razona con su inmensa sabiduría.

—Eso lo sé mamá, pero tal vez él no es lo que parece ¿Y sí es solo una fachada? Igual no me importa mucho que digamos el chico —Beso su frente para despedirme — Pero de igual forma sólo le voy a dar una oportunidad para conversar, al menos me convenció cuando hablo sobre los libros que me gustan.

Me despido de mamá y camino en dirección al parque, esperando con ansias encontrarme con el castaño.

Aunque me retuerce la idea de que hable de Dios, ya que eso me haría enfadar más y lo dejaría plantado, así que sólo hare mi mayor esfuerzo para que no salga el tema.

Oh, ¿Qué les parece la historia?

Luz en mi Oscuridad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora