SOULMATE ლ [Adapt. BrightWin]

Never Wrong

Nunca se equivoca.

Win se dio cuenta demasiado rápido de que su silencio decía muchas cosas y lo que menos quería era que Bright pensara mal.

—Lo siento.— Niega con la cabeza, como para despejar el aire a su alrededor. Con los ojos ocupados repasando una y otra vez lo que está escrito, se esfuerza por descifrar lo que Bright está pensando y sintiendo. Confusión, lo más probable. —¿Pero cómo? ¿Cómo es esto posible?

—No lo sé, Winnie. Tampoco tiene sentido para mí. En realidad no creo que tenga sentido.— Responde Bright en voz baja, sus palabras tan llenas de tristeza que atraviesan a Win. No cree haber escuchado a su mejor amigo decir su apodo con tanta tristeza. —Pedí que lo volvieran a hacer dos veces más.

—¿Y?— Pregunta Win, inmediatamente sintiéndose culpable por la esperanza que escapó de su boca. Pero Bright solo miró hacia abajo de nuevo, murmurando 'Aún alfa' en voz baja.

Esto no estaba ayudando a ninguno de ellos. Ambos estaban tropezando con sus palabras y sus pensamientos y Win necesitaba cambiar eso. Puede lidiar con su propia reacción más adelante, cuando Bright se sienta y vea un poco mejor. Con un brazo suave, acerca la cara de Bright a la suya. —Oye, está bien. Sé que probablemente no se sienta así ahora, pero el tiempo se encargará de eso. Y yo también me ocuparé de que te sientas mejor. Quiero decir… estoy tan sorprendido como tú, supongo. Pero está bien, lo prometo.

Nada de lo que acaba de decir tenía sentido ni siquiera para él, pero Bright asintió levemente y exhaló un poco. Win lo toma como una señal para continuar. —¿Te, uhm, te pusiste la inyección?

Bright asiente de nuevo, extendiendo su brazo para mostrarle la curita en él. Así que su Baii realmente era... un alfa. Otros lobos beta de su edad que resultaron ser alfas habían pasado tiempo juntos desde siempre. Es una de esas cosas que sabes, en tu alma. Pero es más fuerte para los alfas, porque sus lobos pueden sentirse entre sí con mucha más fuerza. Siempre son los más presentes y Bright, al igual que Win, nunca lo sintió de esa manera. Más tarde , Win se regaña a sí mismo. En este momento no se trata de lo que él piensa sobre todo el asunto.

—¿Cómo te sientes? ¿Sobre todo esto?— Hace la pregunta, porque no desea asumir la respuesta. Quiere oírlo salir directamente de la boca de Bright. —Hablemos de ello.

Bright frunce los labios mientras piensa, humedeciéndolos. —Llegué allí un poco antes... pensé que sería mejor que fuese rápido porque sabía como, bueno, pensé que sabía, cuál sería el resultado. Así que fui directamente al Dr. Atthaphan, ya lo conoces... Gunnie. Y le pedí que la realizara él porque es muy amable y amigable y pensé; sí, él es el tipo que quiero que me dé las buenas noticias. Mi médico favorito.

—Y él acepto.— Adivina Win. Todo el mundo conoce a Gun como el médico que regala un cachito de su corazón de oro a cada paciente.

—Lo hizo.— Asiente Bright. —Me dijo que sería rápido y terminaría antes de que me diera cuenta. Y... lo fue, realmente lo fue. De repente, el Dr. Atthaphan volvió a la habitación y dijo; ¡Felicidades, Alfa!

—Oh, Baii.

—Sí… tuvo que irse rápidamente porque llegó un omega en trabajo de parto, así que en realidad fue otro médico quien tomó mis otras dos muestras. No fue tan amable, siguió insistiendo en que estaba perdiendo el tiempo porque la muestra nunca se equivoca.— Bright comienza a hablar un poco más rápido ahora, una desesperación en él se hace notar. —Y yo sabía eso, conejo. Pero nada parecía creíble en ese momento y todavía no lo es. Vamos. ¿Yo? ¿Un alfa? ¿Cómo podría no haberlo sabido o sospechado alguna vez? Nunca me he sentido como uno y más aún nunca quise ser uno.

Win quiere argumentar en contra, pero no puede. En cambio, simpatiza porque, al final del día, él tampoco puede simplemente ignorar todos los años que han hablado sobre sus lobos, sus supuestos omegas.

Aunque, al mirar a Bright, con esos hombros anchos y la dureza en su frente y mandíbula, Win piensa que aunque Bright no se sienta como un alfa, ciertamente lo parece. Tal vez simplemente lo ignoraron porque estaban demasiado ciegos ante la posibilidad.

El lobo dentro de Win se agita, como si también estuviera al tanto de los nuevos acontecimientos. Han pasado solo dos meses, pero todavía está tratando de acostumbrarse a esta otra presencia dentro de él. Todavía está en las primeras etapas de relación con su lobo, por lo que le cuesta entender lo que está tratando de comunicarle.

Pero... su omega no parecía estar molesto por la noticia. Bright es un alfa. Es casi como si–
Como si supiera algo que él no.

Con una última y firme palmadita en su pierna, Win se levanta y se sube detrás de Bright para acostarse en la cama. Siempre le ha gustado más la habitación de su amigo. Se siente más cálida, más suave, y también huele mejor que la suya a pesar de las muchas velas aromáticas que compra. La cama de Bright está destinada a una sola persona, por lo que se mueve hasta que su espalda toca la pared. Haciendo suficiente espacio para los dos.

—Ven aquí.

Bright mira hacia los brazos abiertos de Win y accede sin pensarlo dos veces.
El Dr. Gun le había explicado cómo funcionan las feromonas omega y como la liberación de las mismas causa un alivio para cualquier otra persona que esté cerca. Al principio, Win estaba ansioso de no saber como hacerlo, de no saber dominar los instintos de su lobo. Pero ahora le resulta natural, su cuerpo simplemente lo sabía. Es, en esencia, instinto.

—Hazme sentir mejor, conejito.— Pide Bright. Cuando Win fue inducido como omega, le preguntó a Bright si podía practicar liberando sus feromonas a su alrededor. Lo que no esperaba era que su mejor amigo comenzara a solicitarlo con frecuencia. Como estar drogado sin drogas, había descrito.

Estar entrelazados entre sí no es una posición desconocida para ellos, se han quedado dormidos de esta manera más veces de las que podrían contar. Todo era demasiado normal. Win lo acerca a sus brazos y recuesta la cabeza sobre su hombro, se niega a que nada se sienta diferente solo por lo que sus lobos son.

Él puede sentir el segundo en que la calma comienza a inundar a Bright por la forma en que su gran cuerpo ya no se siente tenso en sus brazos. Win observa como sus ojos comienzan a cerrarse lentamente, desesperado por escapar de la realidad por un tiempo. Su respiración golpea más tranquila en la piel de Win.

Se quedan así, inmóviles, abrazados como siempre lo han hecho. Y mientras Bright descansa, Win piensa en cómo la inducción comenzará pronto a tener efectos en el cuerpo del menor. Junto con la realización, roba un pequeño olfato. Pero no, el olor de Bright aún no se ha desarrollado. Había… algo, pero aún era muy débil.
Lamentablemente, Win no sabe mucho sobre convertirse en alfa. Y sabe que Bright está en una situación similar a la suya. Han tenido algunos maestros alfa en el pasado, y les han enseñado sobre la naturaleza de los lobos en clase, pero no mucho más. No prestaron mucha atención porque sabían que no iban a convertirse en alfas.

Un caso que Win recuerda particularmente, con un sabor amargo en su boca, fue cuando Bright le estaba pasando notas tontas en clase, y el maestro los regañó cuando se dio cuenta de lo que estaba pasando. Win recuerda cómo los ojos del alfa se habían vuelto azul hielo, su lobo tan presente y dispuesto a disciplinarlos como su parte humana.

Win se había sentido asustado, la frialdad de esos ojos le ponía la piel de gallina. Pero ahora... no puede darse el lujo de asociar esos ojos con personas malas, porque su mejor amigo, su persona favorita en el mundo, también los tendría.

—¿Winnie?

Sorprendido de escuchar que Bright todavía está despierto, Win sale de sus recuerdos para mirarlo. —¿Hm?

Bright solo lo abraza más fuerte, como si eso fuera todo lo que realmente quisiera decirle, pero luego lo siente hundiendo la nariz en su cabello e inhalando profundamente. Win siente que su corazón se detiene y su lobo levanta la cabeza.

—Winnie, tu olor. Son rosas.— Bright expresa divertido. Roba otra inhalación. —Hueles como las más delicadas rosas, y... y es sedoso. Winnie, son rosas.

Win sonríe, al igual que su mejor amigo. Y por ese pequeño momento, todo se sintió correcto.