Este capítulo es dedicado completamente a mi padre...
Desde pequeña me sentía atraída por las personas de mí mismo sexo, y también por las del sexo opuesto, pero como era muy chiquita excluía todos esos sentimientos, ya qué en ese entonces para mí no era normal, y además tenía ganas de ser “aceptada” por mí padre, me esmeraba en mis entrenamientos de natación, en mis estudios, tanto así que entré a un curso de lectores para que el fuera a verme, pero nunca llegó a ir, es difícil para un niño esperar y esperar por el afecto de un padre o una madre, los idealizas pero nunca actúan como tal, siempre me preguntaba a mí misma el por qué eso sucedía, pero jamás tuve respuestas, sólo viví con eso.
Recuerdo escasamente de sus desplantes, cuando el me llamaba, sentía que era dios quién me decía “te pasaré buscando, está lista en una hora” y puedo jurar que era la niña más feliz del mundo, me arreglaba, me ponía ropa nueva solo para que mí padre me viera, hacía mi maleta, para luego esperar su llamada, una llamada que nunca llegaba, se hacía de noche y yo seguía esperando, hasta que las horas pasaban, dejándome el corazón roto y resignada de ver a mí papá, es doloroso saber que a quien amas te está fallando, mucho más si es tú padre.
Aunque no todo fue malo, de vez en cuando nos veíamos, salíamos de a ratos, pero lo que más me quedó marcado son los momentos en el que no estuvo presente, que eran más por cierto, mí terapeuta me explico que nosotros los seres humanos tenemos la autodefensa de ocultar el daño y hacer cómo que sí nada ocurrió, dijo que los sentimientos los guardamos en un supuesto congelador, por ejemplo, me comentó así, tomas una carne y la abres por la mitad, luego juntas la carne de nuevo llevándola al mismo congelador, la carne se compacta pero siempre estará presente ese corte, solo que ahora no se nota tanto, pero, ¿Qué pasa si se descongela la nevera? Volverá a notarse, volverá el dolor y los malos recuerdos, sería un ciclo que no sanaría nunca. Nuestros padres son los primeros amores, los primeros espejos, a los que seguimos porqué vemos un ejemplo a seguir, pero, ¿Qué pasa cuando fallan?, Duele y te hace dudar de sí uno es el causante de todo eso.
Pero la verdadera respuesta es la siguiente, no eres la causante de esas fallas, cada quién hace lo que mejor le parezca, el quería darnos el mejor futuro a nosotros, sus hijos, pero no se dió cuenta de que el dinero no era lo que nos hacía feliz, si no el tiempo que nos dedicó, que fue poco, porqué está bien, tienes para darme una casa, ¿Pero cuando estaba con fiebre alta y lloraba por tu ausencia? ¿Cuándo tenía mis actos en el colegio y quería que fueras a apoyarme? ¿Cuando yo hacía los mejores regalos del día del padre para tí y nunca ibas a buscarlos por falta de tiempo? ¿Cuándo tenía competencias de natación y nunca fuiste? ¿Las cartas que escribía para tí que nunca leíste?.
No hay dinero que pague mí infancia, no hay dinero que pague la falta de amor paterno, no te odio, actualmente no lo hago, incluso te perdono por tus faltas, por ser el causante de mí miedo al abandono, por todo lo antes nombrado, te perdono papá.

ESTÁS LEYENDO
Mi Dulce Secreto
Fiksi RemajaUna historia basada en hecho reales y ficción, tú cómo lector tienes la tarea de saber que estoy inventando y cuál es mi verdadera historia. ¿Te crees capaz de adivinar en verdad quien soy?