Boxeo.

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Yang estaba emocionada por su próxima pelea de boxeo. Había estado entrenando duro durante semanas y se sentía lista para enfrentar a su oponente. La multitud rugía de emoción mientras ella subía al ring, su corazón latiendo con fuerza en su pecho.

El primer round comenzó con Yang bailando alrededor de su oponente, buscando una oportunidad para golpear. Su oposición respondió con un golpe de izquierda que Yang resolvió esquivar. Yang respondió con una serie de golpes rápidos y precisos que hicieron que su oponente retrocediera.

En el segundo round, Yang comenzó a mostrar su fuerza. Descargó golpes fuertes y certeros que hicieron temblar a su oponente, pero éstos obligaron a aguantar. Yang recibió un par de golpes, pero no se detuvo, y mantuvo su ofensiva con una serie de uppercuts que dejó a su oponente en la lona.

El tercer round comenzó y Yang sabía que tenía que terminar la pelea pronto. Con un rápido movimiento, Yang debió acorralar a su opuesto contra las cuerdas y comenzó a descargar una serie de golpes fuertes en su estómago y rostro. Su opuso intentó responder con un golpe de derecha, pero Yang lo bloqueó con un hábil movimiento y lo derribó con un gancho de izquierda.

La multitud estaba en pie, aplaudiendo y gritando en apoyo de Yang. La adrenalina corría por las venas de la boxeadora mientras se preparaba para el último round.

El cuarto round fue intenso. Yang y su oponente intercambiaron golpes en el centro del ring, ambos desesperados por ganar. La tensión en el aire era palpable. Yang lanzó un golpe poderoso que hizo tambalearse a su oponente, pero éstas permanecerán en pie.

Con el tiempo agotándose, Yang se preparó para el golpe final. Observando a su oponente de cerca, esperó el momento perfecto. Cuando su oposición lanzó un golpe de derecha, Yang lo esquivó hábilmente y lanzó un gancho de izquierda que conectó con fuerza en el rostro de su oposición, haciendo que cayera al suelo.

La multitud rugió de emoción mientras Yang celebraba su victoria. Se sintió agotada pero feliz, sabiendo que había dado lo mejor de sí mismo. La sensación de haber ganado una pelea tan dura era indescriptible, y sabía que se llevaría a cabo ese sentimiento de logro y satisfacción por el resto de su vida

Después de la pelea, Yang bajó del ring y corrió hacia su novia, Blake, que la esperaba en el área de vestidores. Estaba agotada y sudorosa, pero su rostro irradiaba alegría y emoción.

Blake la abrazó duro mientras la felicitaba, sintiendo su cuerpo vibrar de emoción.

¡Lo hiciste, Yang! ¡Lo lograste! – exclamó, sin poder contener la emoción.

Yang estaba feliz de ver a Blake allí. La besó apasionadamente y la levantó en el aire, girándola en círculos.

¡Gracias, amor! ¡Esta victoria es tuya también! –  dijo, mientras la abrazaba.

Blake sonrió, sintiendo su corazón lleno de amor y admiración por su novia. La había visto entrenar duro y sabía lo importante que era para Yang ganar esa pelea.

Estoy tan orgullosa de ti, Yang. Eres una campeona – dijo, mientras le acariciaba el cabello.

Yang se abrazó a Blake una vez más, sintiendo su cálido abrazo. Se sintió agradecida por tener a alguien como Blake a su lado, que la apoyaba en todo momento. Sabía que juntas pudieron superar cualquier obstáculo que se presentara en sus vidas

Después de la pelea, Yang y Blake se tomaron un tiempo para relajarse y disfrutar de la noche juntas. Yang llevó a Blake a un restaurante de sushi que había descubierto recientemente, donde celebraron su victoria con una cena especial.

Yᴏ Sɪ Tᴇ PᴇʀᴅᴏɴᴏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora