We wither

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Descripción algo gráfica de la muerte

Estaba corriendo, por alguna razón, la barrera había comenzado a seguir un patrón extraño que estaba acabando con las pocas personas que quedaban en tierra

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Estaba corriendo, por alguna razón, la barrera había comenzado a seguir un patrón extraño que estaba acabando con las pocas personas que quedaban en tierra.

5 minutos, 5 kilómetros.

Ya ni sentía sus piernas, solo corría todo lo que podía hasta que la barrera volviera a encogerse.

El cronómetro le acompañaba en la agonizante carrera contra su vida.

Atravesaba los árboles del bosque, saltaba y huía. Por segundos, veía por el rabillo de su ojo a sobrevivientes quedarse atrás para automáticamente desintegrarse en el aire.

El corazón le iba a mil por hora, las desesperadas bocanadas de aire ni le servían, sus pulmones parecían igual de cansados que él.

Corre, corre, corre.

Llegó a un gran árbol, diferente a los otros; estaba parado en medio de un prado con un árbol de más de diez metros a su lado.

Levanta la vista y vé a algunas personas arriba, esperando a los afortunados que vencieron a la barrera.

Con todas sus fuerzas, escala rama por rama. Los dedos le escocen, sintiendo las astillas clavarse en sus yemas.

Sus brazos ya no daban para más, pero debía ser fuerte para la batalla final.

En la copa del árbol, habían 3 hombres. Uno de ellos su amigo de pijama amarilla.

No tenía planeado hablar con ninguno, tan cansado que simplemente se tiró encima de las frondosas hojas.

Se limpia el sudor con el dorso de su mano, todo el cuerpo le hierve, y su corazón todavía no lograba volver a sus latidos normales.

30:00

Oficialmente quedaba solo media hora, media hora para que uno gane, media hora para morir.

El cubo en el que se encontraban seguía encogiéndose; supone que todavía faltan personas allá afuera para que lleguén al punto.

Algo adolorido se va enderezando, quedando con las piernas suspendidas en el aire. Las balancea levemente, cómo si fuera un niño.

El tiempo corre y la barrera no deja de encogerse.

Baja su mirada al suelo, está tan alto que apenas divisa las flores amarillas repartidas alrededor del campo.

Oye como los otros charlan a sus espaldas, teorizando quién será el próximo en llegar.

El jóven castaño se impacienta, lleva una de sus manos a su boca, mordiendo con ansiedad sus maltratadas uñas.

Complicated || SproierDonde viven las historias. Descúbrelo ahora