Nuevo año, nuevo comienzo. Aún en invierno podía sentirse esa aura de esperanza y vigor que le contagiaba a cualquiera con deseos maravillosos e improbables, que a la vez son la guía que da sentido a un período de nuestra vida.
Ambos felinos estaban jugando con el estambre. Pero sorprendentemente para algunos espectadores, con diferencia de las demás veces de antaño; No había jalones o mordidas de cachorros como hace más de un año ya del nacimiento de Sarada. No había brusquedad. No había maullidos flagrantes o adoloridos. No. Nada. Únicamente se encontraban recostados en diferentes extremos de la sala de estar, con un espacio considerable entre ellos, haciendo rodar el estambre hacia el otro.
Sin embargo, pronto se dio por asunto una especie de… Riña.
"Vamos Hinata, dime~... ¿Dónde lo guarda? Ya busqué dentro de sus zapatos, en los bolsillos de su saco, arriba del ropero y debajo de la cama ¡Incluso en sus calzones!" La gata negó decidida deteniendo la bola que le había sido lanzada. ¡No le diría por nada del mundo! Sobre todo, teniendo suficiente conocimiento de lo que Naruto haría si descubriera el escondite de la pulsera de cuero de Sasuke… "¡Por favor, cuéntame Hinata! ¡Te lo suplico!" Ella tenía la certeza de que él destruiría aquel tesoro, como venganza de que el azabache le hubiera negado sus premios de galletita durante ese mes transcurrido…
Y todo por un 'pequeño e indefenso mordisquito', según el gato frente a ella.
"No. No lo haré Naruto-kun". Maulló arrugando el tronco de su nariz, fue cuando rodó el estambre hacia el rubio para posteriormente sentarse, alzando la cola con rectitud. "Se lo quitarás, t-te conozco, y eso no lo voy a permitir".
"Pues él no debió quitarme lo mío primero", berreó cual niño por su juguete favorito, sentándose igualmente.
"No comprendo el po-por qué lo mordiste… Sasuke-nii no te había hecho nada", maulló defendiendo al susodicho ocasionando que el peli naranja hiciera un puchero por no poder explicar los celos que le invadieron aquel día que Sasuke le sobó la panza a la felina.
Aún así, Naruto admiró la manera en que su amiga mostró seguridad en sí misma. Es decir, hace unos años atrás ella nunca le hubiera refutado nada; por supuesto que no diría sobre el paradero de aquel objeto tan preciado por el Uchiha, sin embargo tampoco le regañaría u otorgaría cierta pelea como ahora.
Pensaba que esta evolución se debía a la confianza que conforme al tiempo ha tenido para con él. Pero por encima, afectó aquel problema que tuvieron con Toneri: En donde debía admitir, no sin cierto desagrado, que Hinata se había hecho más valiente, más audaz, en la primera vez desde que la conocía que lo había enfrentado de verdad.
Y aunque las razones que los llevaron al conflicto no fueron las mejores, aún así pudo hacerlos crecer… Tal vez con más fuerza en Hinata. Y para él eso estaba bien. De hecho, el cómo ella se desenvolvía con él actualmente le convencía que aquel despropósito con Toneri fue en demasía beneficioso.
Le encanta su manera de ser, siempre le había agradado por supuesto; su timidez, su bondad, su cariño y también, para qué mentir, su seductor cuerpo felino.
Sin duda… Se le podía llamar una hembra adulta. Y eso lo maravillaba.
Empero, a ello le venían los siguientes cuestionamientos:
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Hermosa gatita, Travieso gatito
FanfictionSasuke tenía una hermosa y pequeña gatita, llamada Hinata. Sakura tenía un travieso y enérgico gatito, llamado Naruto. Imagen hecha por Pixiv, ID 468643.