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Sentimientos compartidos, Anhelos ajenos
Un hermoso mediodía en la ciudad.
El sol brillaba con calor a cada rincón, el aire refrescaba hasta a los altos edificios, incluso se podía admirar un pequeño arcoiris al horizonte. Un ambiente calmado y solemne disfrutado por todos en aquella ajetreada ciudad. Un ambiente que por desgracia era disipado por las sonoras y molestas risas en ladridos de un can vecino.
"Tonta. Te lo dije. ¡Te lo dije! ¡Creeme que si mi humano no me hubiera llevado de viaje con él, yo mismo te hubiera ido a buscar por toda la metrópolis sólo para darte un buen mordisco en esa tierna cabeza tuya!" Hinata se encogió en sí misma al escuchar los sermones de su amigo. No podía refutarle. Él tuvo la razón desde el principio, y reconocerlo nuevamente le causó una enorme vergüenza. Kiba suspiró: "Al menos el atolondrado de Naruto pudo hallarte y darle una buena paliza a ese estúpido gato".
La peliazul asintió con su nariz sonrojada.
"S-Si no hubiera sido p-por Naruto-kun… Yo no estaría aquí ahora". Bajó la cabeza, apenada, sus bigotes se estremecieron con cada recuerdo:
Pasaron sobre una que otra estructura de baja altura, regularmente en lugares de comida rápida o tiendas de ropa. Todavía podía verse el sol aunque oscurecía conforme los minutos.
Hinata según se alejaba, iba sintiéndose cada vez más arrepentida de la decisión que había tomado. A cada paso gatuno, recordaba a su amado y al dolor impregnado en sus ojos. Su cólera. Seguía por inercia a Toneri dejando que maullar solo; no podía concentrarse en nada más que no fuera la discusión que tuvo con su amigo hace casi ya una hora.
Comenzaba a dudar de que ese plan del peli nieve funcionara, sobre todo porque Naruto le había advertido que ni se le ocurriese regresar a su hogar.
Contuvo una lágrima.
"... De vez en cuando vengo a esa casa, siempre los humanos son demasiado dóciles, incluso más que nosotros cuando buscamos algo de comer. ¡Pero claro! Por ahora comeremos lo que te prometí". Volteó a verla, alzó su ceja imaginaria al notarla perdida en sus cavilaciones. "¿Qué sucede, Hinata-chan?"
"Yo, y-yo creo…" Fijó sus perlas en él y éste intuyó de inmediato lo que sucedía. "Creo que… No fue una buena i-idea ésto".
"¿Qué dices? Si la estamos pasando muy bien", agregó con un tono que podía percibirse hasta altanero, empero ella lo ignoró y continuó:
"Me equivoqué. Yo no debí hacerle esto a Naruto-kun, yo… No debí". Rompió a llorar desconsolada y el oji celeste no pudo más que subir su mirada y soltar un sonoro suspiro.
"Hinata, hiciste lo correcto. Te lo digo yo, tu amigo". La pequeña pantera estaba ensimismada. Se lamentaba y su cascabel en el cuello lo hacía con ella. Toneri cansado, maulló: "Mira, olvidate de todo lo que ha pasado, los reproches y confrontaciones; comamos algo y si Naruto no viene por ti durante este tiempo, entonces yo mismo te llevaré de vuelta a tu hogar".
A Hinata se le vió más tranquila, inclusive esperanzada, no obstante aún perturbada por el conjunto de emociones que invadían su corazón.
Ella accedió a su propuesta y lo siguió en un camino que le pareció eterno.
¿Naruto dijo aquello de verdad? Que no volviera nunca… Eso la ponía en demasía nerviosa y triste. No sabía que pensar. No sabía si lo dijo en serio o sólo por el momento. No sabía cómo tomarlo. O mas bien, le aterraba el hecho de no saber cómo él lo tomaría cuando ella regresara a casa. ¿Se enojaría? ¿le sería indiferente?
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Hermosa gatita, Travieso gatito
FanfictionSasuke tenía una hermosa y pequeña gatita, llamada Hinata. Sakura tenía un travieso y enérgico gatito, llamado Naruto. Imagen hecha por Pixiv, ID 468643.