VIII

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—¡Lan Zhan! ¡Lan Zhan! — sintió que alguien lo movió de un lado a otro de manera constante y fuerte pero gentil al mismo tiempo.

Abrió los ojos encontrándose con su esposo sonriéndole mientras se acurrucaba más en su pecho.

—Lan Zhan estabas diciendo mi nombre en sueños, ¿hay algo que tenga que saber? — Lan WangJi no perdió tiempo y le rodeó el torso con los brazos de manera posesiva, pegándolo más a su cuerpo si es que eso era posible.

Quería con ese abrazo trasmitirle emociones, sufrió mucho cuando era un niño, luego cuando protegió a los remanentes Wen, estuvo durante años intentando protegerlo pero fracasó estrepitosamente en cada ocasión.

—Solo fue un sueño. — Wei WuXian le sonrió con esa risa que lo ha tenido enamorado desde siempre, Lan WangJi le acarició la mejilla para intentar darle un beso su cuerpo se movió solo cuando pegó sus labios con los de su esposo pero se dio cuenta que tenía fiebre.

—Dame otro, ese no es un beso... — hizo un tierno puchero.

—Tienes fiebre. — Lan Zhan entendía que eso era un precio poco a pagar después de todo lo que había sucedido, se puso de pie incluso con los reclamos de su esposo que regresara a la cama.

Para darle medicina.

—Lan Zhan estoy bien... — le dijo aun así se tomó las píldoras, Lan Zhan regresó a la cama para abrazarlo, quería estar allí todo el día aunque sabía que no podía.

Sentía que era una tercera oportunidad de estar con él y no la iba a desperdiciar, comenzó a besarle el cuello aunque sabía que no debería porque estaba enfermo. Wei WuXian simplemente sonreía cuando sintió eso.

—Tengo algo que hacer... — le confirmó, Lan WangJi se detuvo recordando que no le había dicho que era lo que tenía que hacer, ahora lo vio de manera seria.

—¿Qué es?

—¡Lan Zhan es una sorpresa! ¿quieres echar a perder la sorpresa de tu frágil esposo? — Lan WangJi no dijo nada, esperando que el baño le hiciera bien, lo baño como todas las mañanas. Logrando así que la fiebre se le quitara. Wei WuXian sentía un dolor bastante insoportable en la sien, pero sabía que con un par de tes se le quitaría, Lan WangJi asumía que era una condición después de todo lo que sucedió.

Hacer esos hechizos sacaban facturas.

A pesar de que ambos tenían que ir por caminos separados no se separó de él.

—¡Papá! — apenas habían salido del Jinshi cuando Lan SiZhui salió a abrazar a Wei WuXian, este no entendía nada pero correspondió el abrazo mientras volteó a ver a Lan WangJi.

—Rabanito, ¿quieres algo? — Lan SiZhui se alegraba de todo corazón que su padre haya vuelto, ahora entendía porque nunca le habían dicho, pasaba más riesgo cuando se enteraran que es el hijo del temible Patriarca Yiling que un Wen.

—No papá, me alegra que estes bien... — lo dijo separándose de él.

—¡Otro que tuvo una pesadilla! ¿se pusieron de acuerdo? — le preguntó mirando a Lan WangJi mientras este solo miraba la escena.

Lan SiZhui solo lo observó con una sonrisa para alejarse, eso era extraño pero temía que él no recordara nada y que HanGuang-Jun intentara ocultarle todo.

Sin importar que Wei WuXian entró en la biblioteca sacando un artefacto guardado de los libros prohibidos, Lan WangJi lo observó mientras sacaba el frasco que el mismo confirmo que era para medir el tiempo, encontrándose así el frasco intacto pero vacío.

Wei WuXian observó el frasco de manera desconcertada. 

En la biblioteca no había nadie, cuando todos los discípulos estaban con miedo y evitándolo desde que lo vieron salir del jinshi.

Pequeño Wei YingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora