37-. Primer encuentro

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-QUEEE?

-Shhh Ino! Baja la voz, todos se nos quedan viendo- le dije a mi amiga mientras intentaba hacer que se calmara

-Frente, estás segura de lo que dices? Y si alguien más los sabe... Sasuke por ejemplo?

-No me había detenido a pensar en eso-... Era verdad, en ningún momento cruzó por mi mente el que Sasuke pudiera saber cual fue el primer regalo que yo le dí a Itachi pero... Porque el haría algo así? Además no cuadraba con lo que me dijo Konohamaru.

-No, lo descarto totalmente, no se que pensar- Tome mi cabeza con frustración

-No haz pensado en colocar una cámara o algo así? -Preguntó mientras se llevaba otro trozo de tarta a la boca

-Lo considere pero... no es algo muy extremista?

-Sakura, estás en un enigma, quieres averiguar qué es lo que está pasando, pienso que puedes intentarlo y así darte cuenta de una vez por todas quién ha estado irrumpiendo en esa habitación

-Tienes razón, sigo pensando que es Sarada, pero Shisui no cree lo mismo- Note como mi amiga se tenso al escuchar su nombre

-Ese idiota no ha de saber siquiera como se llama- murmuró a lo bajo

-Vaya, no creí que escuchar el nombre de SHISUI te pusiera tan de malas, la verdad es que no entiendo por que- se puso tan roja como un tomate

-No digas estupideces, además ese tema no es relevante ahora mismo. Concéntrate Sakura! Tenemos que idear un plan. Alguien está intentando jugar contigo, descartamos a Sasuke y Sarada, por más que me moleste admitirlo... creo que Shisui tiene razón, mi pequeña es un ángel.

Rode los ojos, para nadie era secreto que tanto Ino como Shisui amaban con locura a mi Hija y obviamente siempre saltarian a defenderla

Así transcurrió la tarde, intentando averiguar y descartando sospechosos. Me sentía como en la universidad, todo iba bien.

-Necesito ir al tocador, no tardo- Ino se levantó, miré mi reloj. Ya era un poco tarde, lo mejor sería ir pidiendo la cuenta en lo que regresaba mi amiga.

Saque mi billetera, tome mi móvil para enviar un texto a Sarada, cuando de pronto una sensación de ser observada me invadió.

Automáticamente mis ojos viajaron hacía donde provenía esa vibra tan extraña, un mareo se apoderó de mi sistema. Ahí del otro lado de la acera, frente a la cafetería parado en una esquina, me miraba fijamente, mis manos comenzaron a sudar, la piel se me erizó por completo

Ita.. Itachi?

InocenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora