¿Dónde esta el amor? Fic Camren

Aquella chica

Cruzando la puerta me tope con una chica, no era tan alta, al menos de mi estatura, delgada, tenía una cara bastante angelical, pero sus ojos se notaban tristes, sin vida, paso a mi lado sin verme y situó varios asientos atrás de mí, seguida de una chica un poco más baja, buen cuerpo y una cara seductora pero inocente, imagine que era amiga suya al sentarse tras aquella chica de ojos tristes.

Me obligue a poner atención cuando llego el maestro, pero aquella chica seguía en mi mente, no la había visto antes y me resultaba extraño aquello, supuse que Ally sabía quien era esa chica

-Ally - La mire mientras dejaba de escribir para ponerme atención

-Mande - Se giro para quedar frente a mí

-¿Conoces a la chica que entro antes del maestro?

-Sí, ¿por? - Levanto una ceja y sonrió

-No la había visto antes, solo eso - Dije con total naturalidad de ocultar mi evidente curiosidad

-Ah es que casi no entra, es una chica rebelde, muy despreocupada, un desastre andante, se llama Camila - Dijo restando importancia

-Ya veo - Me gire mirando hacia el frente

Aquella chica llamaba mi atención, no porque fuera hermosa, aunque no niego que es condenadamente hermosa, pero lo que llamaba mi atención eran sus ojos que demostraban muchas cosas y me provocaban acercarme a ella, como si me llamasen.

Las clases siguieron sin ninguna sorpresa más, salí del salón y encontré a Camila recargada en el barandal sola, yo fui la ultima en salir, así que ella y yo estábamos solas.

-Hola - Me miro y sonrió, esa sonrisa era linda pero falsa y lo sabía porque yo había fingido la misma sonrisa hace tiempo

- Hola - Le contesté

-¿Eres nueva? - Me preguntó mirándome de pies a cabeza

-Ehm.. sí, podría decirse que sí, aunque ya llevo 3 días aquí

-Oh, vaya, creo que ya debo entrar más seguido a mis clases - Se rió

-Creo que sí

-Bueno igual, mi nombre es Camila Cabello ¿y el tuyo?

-Soy Lauren Jauregui, mucho gusto - Estire mi mano para saludarla

-Bueno, creo que es hora de irnos - Me dijo mientras se dirigía a las escaleras, la seguí y cada una tomo su dirección para su casa una vez afuera de la escuela, no podía dejar de pensar en ella, en esos ojos tan hermosos, un café chocolate intenso, sencillamente embriagador, pero muy tristes, una sonrisa deslumbrante, a veces tímida, pero falsa, yo quería ver una sonrisa verdadera, quería ver un brillo en sus ojos, solo quisiera verla feliz.