No me Ames. ~Kookv~

17~ El Final.

Gracias por amarme.

La cara del Omega estaba blanca del susto, su futuro cuñado lo aterraba.

Bajo las escaleras, el alfa al verlo, busco rápido con sus ojos a su hermano y supo que algo no estaba bien.

-¡Jung!. - Gritó el azabache furioso.

- Kookie, estoy bien lo prometo. - el Alfa pasó su mano por la mejilla del menor.

- No mi amor, nada está bien, nadie volverá a molestarte, no me importa si es mi hermano, tú estás primero.

La madre de Jungkook tomó la mano del menor al ver que su segundo hijo bajaba las escaleras.

-¿Que sucede hermanito?. - dijo irónico. - los ojos de Jungkook se volvieron dorados, y antes de que termine de bajar las escaleras lo tomó por el cuello. - ¡Ey!, solo jugaba. - levantó sus manos.

-No te vuelvas acercar a Mi Omega por qué no dudaré en golpearte.

- Tranquilo Jungkook, tú hermano no volverá a molestar, o yo mismo me haré cargo de hacer que lo entienda. - le dijo su padre tratando de calmarlo.

- Lo siento Tae. - lo miro a través del hombro de su hermano, este lo soltó. -No volverá a pasar.

-Claro que no. - lo empujó haciendo que su hermano caiga sobre su trasero.

-Solo estaba celoso. - murmuró levantandose del suelo, y sacudiendo su ropa.

-No me jodas Jung no tienes cinco años.

-Lo se, fui un inmaduro, de verdad prometo no volver a molestar. - se dió vuelta y subió las escaleras.

Para Tae aquella escena fue horrible, se sentía vulnerable al no poder defenderse solo.

Los padres del Alfa se disculparon varias veces por aquello que había hecho su hijo menor, luego la pareja se despidió del matrimonio, y se retiraron.

De regreso a casa el peli azul, estaba callado, no quería hablar lo que había pasado con Jung.

-Cachorro sabes que puedes confiar en mi. - preguntó preocupado, ya que solo sabía que algo había hecho su hermano pero no exactamente qué.

-Kookie, no quiero sentir más miedo. - le dijo mirando por la ventanilla del vehículo el cielo estrellado, la noche era perfecta.

-Quisiera llevarme todos tus temores, y tirarlos en lo profundo del mar.- detuvo el vehículo .- Mi osito quiero ser tú escudo, tú ángel guardián, el que sane todas tus heridas. - lo tomó de la mano.

-Quiero sentirme fuerte. - comenzó a llorar. - como hago, de donde saco valentía para enfrentarme a este mundo.

-Si pudiera darte mi valentía lo haría sin dudarlo, solo puedo mostrarte como hacerlo, déjame ir a tu lado.