XVI - What can I say?

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Durante todo el camino los adolescentes pudieron contarle a Aaron todos sus logros tanto en sus clases como en sus respectivos clubes. Charles profundizó en lo que ahora tendría que hacer como presidente de su club, y Jack habló emocionado de como se había planeado una salida al campo para su club, el cual al final había decidido fuera el de astronomía.

—Iremos tan adentro del campo como podamos para evitar la contaminación lumínica y observar bien las estrellas y... ¡Para, para! – Ante lo sorpresivo de su exigencia, Aaron apenas pudo pisar los frenos. —¡No tardo!

Bright bajo y rápidamente entro a la pequeña bodega que estaba en una esquina, ante la confundida mirada del adulto.

—¿Que va a hacer?

—Usualmente paramos para que pueda comprar algo de jugo ahí

—¿Por qué? – El adolescente solo se encogió de hombros. —¿Tu no bajas?

—No, yo estoy bien. – A eso le siguió silencio, hasta que Aaron decidió romperlo.

—Charles.

—¿Hm?

—¿Cuál es tu opinión sobre Adam y sus hijos?

—Adam es agradable, al igual que los más pequeños... Pero mimas demasiado a Jack.

—No lo mimo.

—Lo haces.

—No es algo que note... Pero parece que tú si, y que te molesta.

—Es molesto por la actitud de él, no la tuya.

—¿De verdad te parece así?

—Si, es él quien se aprovecha.

—¿No te molesta?

—¿Por qué habría de hacerlo? Se que es normal.

—¿Normal que?

—Normal que los padres alfa quieran cuidar y mimar más a sus hijos Omegas.

—¿Qu-? Yo no... – No hubo más tiempo de corregirlo, pues el Omega ya había vuelto.

—¡Ya vine...! Oh.

—¿Que?

—¿Sucedió algo? Estás todo rojo.

—No lo estoy. – Y sin querer discutir más, Aaron volvió a acelerar.

El Omega vio a su hermanastro con confusión, el cual discretamente le hizo una seña de que todo estaba bien.

El resto del camino fue más silencio, hasta que el adulto, ya con la pena un poco dispersa preguntó por aquello que había comprado el Omega, recibiendo de respuesta algo sobre un jugo exclusivo de esa tienda que sabía mejor que la basura de la cafetería, seguido también de una queja sobre las pocas opciones de jugos naturales que tenían, limitándose a naranja.

Cua do llegaron a los terrenos de la institución educativa, ambos alfas suspiraron aliviados de que al fin el más bajo se callaría. Con un simple adiós, el Omega bajó y corrió directo a dónde otros dos alumnos se encontraban. Esto fue visto por el mayor, que también vio cuando se lanzó a abrazar y casi colgarse de un alfa rubio y alto, el cual al sentirlo encima solo lo levantó más. Los celos de padre aparecieron, por lo que salió del auto también, cosa que apenas y pudo ser advertida por Charles, el cual también se había acercado a su grupo de amigos.

—¿No me presentan, niños? – Cuestionó ya usando el mismo truco que había usado con Evelyn.

—Ah, bueno... – Jack no sabía cómo calmar la situación, aún así no tuvo oportunidad.

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