El comienzo de una venganza.

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Capitulo 7

Eddie Munson

Salí de mi furgoneta, Abby me seguía hasta el instituto.

—Espera—pedí.

No dijo nada, solo se quedó parada a un lado de mi.
Reconocí el lujoso auto llegar al aparcamiento del instituto.
La rojita salió de ahí y se despidió de su chófer.

Estaba muy nervioso por lo que estaba por suceder.
Vivian llegó a mi luciendo muy brillante con su uniforme de animadoras, me ofreció su mano.
Yo le hice caso y entrelazamos nuestros dedos.

Abby abrió la boca formando una perfecta "O".

—No me lo creo—dijo, mirándonos con una sonrisa pícara.

Vivian se encogió de hombros, nerviosa, y seguimos nuestro camino.
Tan solo entrar, todos los ojos estaban en nosotros. No solo en Vivian, también en mi y nuestros dedos entrelazados.

Esta vez, no sentí las miradas fastidiosas, dónde murmuran cosas malas de ti. Creo que algunos sonrieron al vernos.

Es muy extraño y nuevo para mí. Nunca creí que me notaran de esa manera. Y creo que fue algo oportuno sobre está relación falsa. Ellos serían demasiado tontos si no sospechas que algo va mal, por qué hace un día que pasó la tremenda humillación.

Fuimos hasta las gradas del instituto. Hoy tocaba asamblea y partido de basketball.

Las animadoras ya estaban en sus lugares, esperando a Vivian y a otra compañera.

Creo que no tengo que decirles de quién se trata.

Observe a la rubia entrando a la asamblea mirándonos atentamente.

Viv se pone de puntillas para darme un beso fugaz en los labios, en cuanto ve a Chrissy entrar.

La primera vez que nos damos un beso.....

No lo quise dejar así, la tomé de la cintura y la bese profundamente. Ella me correspondió y sentí su mano apretar mi antebrazo. La había tomado desprevenida.

—Nos vemos hasta el almuerzo—dije, al separarme de ella.

Mantuve una sonrisa falsa hasta que volteo y veo a Chrissy. Mi sonrisa desapareció al verla y evite en todo momento tocarla.
Vi a los chicos esperándome hasta el fondo de las gradas.

Tenia que estar a primera fila —que fastidio— para ver a Vivian, era parte del trato.

Tenia que verse real nuestra relación.

Abby estaba muy contenta de estar a primera fila viendo a la banda entrar.

Durante todo el partido, Abby no dejaba de mirar a Robin. Estas dos se lanzaban miraditas misteriosas. No quise ser entrometido y solo dejo las horas pasar.

Tal y como era el trato, Vivian paso el almuerzo con nosotros y claro que se acopló muy bien a los chicos.
Todos carcajeaban sin parar y en ningún momento me molestó la cantidad de ruido que hacían. De hecho, su felicidad me contagió.

Una perfecta mentira #1 COMPLETA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora