Descubriendo a la Rojita P.1

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Capitulo 9

Eddie Munson

Es que no lo entiendo...¿Es normal sentirme terrible por ella?
¿También es normal que de pronto me interese conocer su vida?

Me siento confundido. No si es curiosidad o interés. Pero voy a descubrirlo.

Mi madre le había encantado Vivian para mí. Decia que por fin había encontrado algo bueno que no sea Abby, siempre me quiso emparejar con ella.

Muchos lo llamarían acoso pero en realidad solo evito a los estúpidos empleados que me miraban mal con tan solo pasar cerca de la mansión.

Malditos prejuicios...

Tuve que ingeniármelas para entrar por su ventana por la noche. Supe que era su habitación cuando vi todo muy ordenado y grande con colores pastel.

Divague por las cuatro paredes, era mucha mi curiosidad que no note nada que tenga que ver con tecnología.

Unos sollozos llenaron la habitación por completo y de pronto dejaron de escucharse.

—¿Que haces aquí?—pregunto Vivian a mis espaldas.

Gire sobre mi propio eje para verla. Su cuerpo estaba envuelto en una toalla y su cabellos rojizo se notaba oscuro por la humedad.

—No creí que te estuvieses duchando a estas horas—respondí aún mantenido esas inmensas ganas de mirarla de arriba abajo como un pervertido.

¿Que carajos me está pasando?

—Necesitaba una forma de relajarme—sorbio su nariz aún viéndome extraño.

—¿Estabas llorando?

—No... me entró shampoo en el ojo

Por su puesto que estaba llorando. Cualquiera se daría cuenta en como retiene los sollozos y sorbe la nariz.

—Normalmente estás durmiendo cuando llego—miento solo para molestarla. Me gusta ver cómo sus mejillas toman un color parecido al de su cabello y su mirada se horroriza.

—¿Me espías mientras duermo?—se asusta .

—Es fascinante...—asiento, rascando mi barbilla—... Estaba bromeando—digo al fin después de unos segundos admirando su rostro pálido.

Soltó una bocanada de aire. Si que fue divertido...

—¿Por qué estás aquí?

—Ni si quiera se yo por qué estoy aquí—confesé y es que es verdad. Simplemente mi impulso me llevo aquí—Ademas...soy tu novio ¿No es así?

—No lo eres cuando estamos a solas—me recordó.

—Bueno, también somos amigos.

—Tu mismo me dijiste que no lo somos—replicó.

¿Yo?¿En qué momento?...

Oh, si...ya recordé.

—Lo decía también de broma—solte una pequeña risa falsa.

Una perfecta mentira #1 COMPLETA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora