Sonrisa interna.

105 10 15
                                    

Capitulo 21

Vivian Jones

—Ya no mientas, sabemos que Isabella escapó.

Las palabras de mi madre taladran en mi cabeza y yo no soy capaz de reaccionar.
Eddie se marchado junto con su familia hace un momento.
No puedo sacar de mi mente el recuerdo de su expresión cuando mi madre confesó mi compromiso con los Harrington. El se decepcionó de mi, sus ojos me lo decían.

—¿Sabes a dónde pudo irse?—me pregunta mi padre, su voz suena con más autoridad de lo normal.

—No—miento.

Sigo con mi vista en un punto fijo al suelo.

—Entonces si sabías que escapó—dice mi padre y se cruza de brazos.

Se que mi respuesta anterior no era la correcta y la he cagado. Ahora solo queda decir la verdad.

—Si.

Mi padre suelta un suspiro muy profundo. Ya se a enfadado y se contiene.

—Muy bien, ahora que has cumplido diez y ocho, tu compromiso ya dio un gran paso.

Subo la mirada para observarlo con desprecio, pero por dentro, se que sus fantasías de arruinarme la vida no se harán realidad. Me iré de aquí como lo hizo Isabella, de alguna u otra forma, me iré.

Asiento una sola vez con la cabeza y me voy directo a mi habitación. Mientras subo cada escalón, mi sonrisa se va ensanchando. Será satisfactorio ver cómo yo les acabaré de arruinar su vida, Isabella ha hecho una parte de ese trabajo al irse. Ellos se quedarán solos y desamparados.

Ahora tengo que hacer algo importante.

Tomé el walckie y presioné el botón.

—Eddie, ¿estás ahí?...—esperé unos segundos y el no contestaba—...se que estás escuchándome, necesito hablar contigo.

Suspiro y me dejo caer en mi enorme cama.
Si, la he cagado en todo. Debí irme con Isabella, debí haber hecho mi vida lejos de esta mierda, debí decirle a Eddie sobre mi compromiso.

Te espero en Blue Coffes.

Me levanté tan rápido como pude al escuchar su voz a través del walckie.
Salí por mi ventana y fui directo a dónde me dijo.

Tarde un poco más, pues está vez no tenía ningún tipo de trasporte.

Ahí lo ví, tomando una cerveza mientras me espera. Me adentre al local y tome asiento a un lado y el me mira por un microsegundo.
Ninguno dice nada y se forma un incómodo silencio.

—Lo siento—decido romper el silencio.

—¿Lo sientes?—el me mira por fin a los ojos, tiene una expresión que he visto antes pero nunca la usó conmigo. Esta enfadado—¿Sientes haberme mentido?

—No te mentí, solo no te lo mencioné antes, y fue un error.

—¿Y por qué nunca lo hiciste?

Una perfecta mentira #1 COMPLETA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora