Rayo de Sol || Sunny x Basil || Omori

Capítulo 4

Pov. Narrador(x).

Se había formado un silencio entre el azabache y el rubio, sin embargo, aquel castaño de había acercado para "salvar el momento", aún que para aquel rubio, solamente lo arruinaba un poco, puesto que quería pasar más tiempo con el azabache, aún que sea en silencio, le hacía sentir que no se había alejado.

Que aquel azabache aún no se olvidaba de él a pesar de los años, fingiendo que los años no pasaron.

—Dios, aquí estaban.–Dijo el de tes morena con una sonrisa.

—Ah, lo siento.– Contesto el azabache, que solo miro a su amigo de reojo, estaba más preocupado por el rubio, se notaba que mostraba preocupación por él.—¿Te encuentras bien?, ¿Puedes levantarte?

—Ya pre-preguntaste lo mismo do-dos veces Sunny, e-estoy bien.– Respondió el rubio algo nervioso por la cercanía del azabache.–Y si...me puedo le-levantar.

El moreno, se acercó con tranquilidad pero con una sonrisa leve, estaba cerca por si su amigo necesitaba ayuda con respecto a levantarse, pero como dijo Basil, no lo necesitaba. Él se levantó, aún con algo de dificultad, lo hizo.

Sunny, la notar aquello, también se fue levantando del césped, para poder estar frente a frente con el rubio.

—Te llevaremos a casa.

—¿Eh?– El rubio se notaba atónito ante aquello que salió de los labios del azabache, no era una pregunta, era ya una afirmación. –¡N-No hace falta Su-Sunny!, Ya...Ya debes estar muy ocupado.

—No hace falta, pero lo vamos a hacer, vamos. – Aquel azabache extendió su mano hacia el rubio.

Aquel rubio no lo podía creer, estaba claro que no lo podía creer, ¿Cómo podía hacerlo?, Habían pasado 4 años desde que no veía a aquel chico, que le rogara que no lo abandonará, y ahora que estaba frente a sus ojos, era como si todas las noches rogando, por fin sirvieran para algo.

Basil lo había hecho, había tomado la mano de aquel pálido chico.

—¡Bien!, Ahora podemos ir con tranquilidad, si sucede algo o te sientes mal, solamente te tienes que apoyar de Sunny. – Dijo el moreno con su cálida sonrisa.

—S-Si.– Asintió el rubio aún nervioso por tomarle la mano. —Mu-Muchas gracias por ofrecerse... ¿Eh?

Sin embargo, aquel azabache aprovecho para que el rubio, rodeara su cuello con su brazo para así tener un mejor apoyo a la hora de caminar

—Así está un poco mejor... –Mencionó el azabache que miro a aquel se ojos cristalinos con un semblante sereno pero... Que se sentía frío.

Aún así, aún si para otros fuera una mirada helada, para aquel rubio fue más que suficiente como para que su corazón empezará a dar pequeños brincos de felicidad.

—Gra-Gracias, Sunny.

—Sunny, Basil, vengan se hará tarde.– Mencionó el moreno dando pequeños saltos, pues quería ir ya a la casa de Basil para que esté logrará descansar como es debido

—Ya vamos. – Alzo un poco la voz aquel azabache, aún que parecía más un tono normal de hablar, pues este no acostumbraba a alzar la voz.

Fue con eso que los tres fueron a la casa de Basil, haciendo pequeñas pausas pues claramente aquel rubio tenía algunos moretones en su pálida piel, era claro que ese tipo de moretones se estaban haciendo costumbre.

Ahora los 3 se encontraban ahí, enfrente de la casa de Basil, mientras que Sunny seguía de apoyo para Basil, Kel enseguida se acercó para tocar el timbre.

—¿Hay alguien en casa? – Volteo Kel hacia atrás, pues no sabía si la casa está vacía o no.

—Debe estar Polly... Mi niñera. – Menciono aquel rubio intentando no estar tan nervioso

Y como si de un llamado se tratará, se escucharon unos pasos para luego abrir la puerta, notandose una joven como de 20 años aproximadamente, castaña de cabello ondulado, quien abrió con una sonrisa la puerta, pero cuando vio a Basil algo lastimado enseguida se preocupó.

—¡Oh, santo cielo, Basil, ¿Que sucedió?! – Aquella de cabello castaño se vio más preocupada, más al ver que aquel que estaba enfrente suyo estaba igual con un moretón en su brazo. — Pasen, pasen

La niñera se hizo a un lado viendo que los 3 pasarán, y apenas lo hicieron, se vio algo agitada intentando buscar un botiquín para ir tratando esos moretones.

—Tomen asiento, por favor. – Menciono la niñera antes de estar buscando las cosas

—Gracias. – Mencionó el azabache que se fue acercando al comedor para ir jalando una silla para poder sentar al rubio primero. — ¿Te duele mucho?

—A-Ah... N-No tanto, ya me si-siento mejor, Gracias aún así, Sunny. — Menciono el rubio con una sonrisa suave

Ya no me duele...

Porqué estás aquí ahora

Estás cumpliendo tu promesa

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¿Verdad?