Una vida tranquila

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1820 fue el año en el que Eloise contrajo matrimonio con sir Phillip Crane, un hombre proveniente de paisajes rurales, amante de las plantas, tímido por naturaleza, dedicado a la docencia y que desde ese momento, dedicado también a proveer a Eloise de todo lo que estuviera en sus manos.

La amaba, de verdad lo hacía.

Hacían el amor en la cama casi cada noche; en el sofá, la mesa, el suelo, frente a la chimenea, en el invernadero, en la casa de su madre, detrás de un árbol, e incluso, en un armario a la mitad de una velada.

Memorizó cada centímetro de su piel, ella hizo lo mismo.

A Phillip le era casi imposible alejarse de ella, y cuando lo hacía, le llenaba de dicha mirarla correr hacía sus brazos cada tarde después de la escuela.




Había entonces así transcurrido un año. Un año en el que la incertidumbre comenzó a generar preguntas.

Eloise no había logrado quedarse embarazada.

Phillip, por un lado, agradecía cada minuto teniéndola para él, pero, por otro lado, las preguntas invadían su cabeza:

¿Es que ocurría algo malo?

Recordó aquel fin de semana en Escocia, de visita a su hermana recién casada. Recordarían la cabaña en la que decidieron dormir, como aquella noche hicieron el amor dos veces, vaciándose enteramente en ella.

Porque no ansiaba hijos tan pronto, pero los anhelaba.

Eloise no hablaba de ello, pero deseaba quedarse encinta. Por alguna inexplicable razón, deseaba concebir un hijo de Phillip. Aquella noche hicieron el amor como nunca, gimieron y lloraron, gritaron y sintieron. Fue la noche en la que llevaron sus cuerpos al límite, y disfrutaron de cada roce entre ellos.

Dos meses y medio después, Eloise rezaba con su madre en la iglesia, y recordó que no, no había llegado su regla.

Phillip cumplió su promesa, cada día, tarde y noche, se dedicó en cuerpo a alma a venerarla, respetarla, amarla y velar sus sueños.

El recordaría esos meses para toda la vida, el día cuando ella, con miedo, le dijo que estaba encinta.

Y nació Penelope,

Y después Georgiana,

Y al final Frederick.

Tenía tres hijos, que junto con Oliver y Amanda, los hijos gemelos de su hermano George, era suficiente para llenar cualquier espacio de risas y gritos chillones.

Tuvieron una vida tranquila, Eloise por un lado, encontró la libertad que siempre quiso en el lugar menos pensado: el matrimonio. Phillip por otro lado, encontró el amor, que era aquello que nunca tuvo hasta que la conoció a ella.












Nota:

Llegamos al final de otra historia, como siempre, quiero agradecer por la compañía.

Dejaré de escribir un tiempo, seguiré reeditando mis otras historias cuando tenga tiempo, por ahora, quisiera enfocarme en otras actividades de mi vida. Además, estamos en temporada de calor y el clima no me permite pensar (soy team frío).

Les mando un fuerte abrazo y tal vez me pase por aquí cuando tengamos noticias sobre las nuevas temporadas, en especial, todo lo relacionado a philoise.


BRIDGERTON || ELOISE & PHILLIP || PHILOISE ||EN EL 1820Donde viven las historias. Descúbrelo ahora