Capítulo 4

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Estaba nuevamente en casa, me encontraba sentada en la cama de mi habitación viendo de nuevo la vieja cámara de rollo, por fin podría usarla como planeé aquella vez hace 2 años, me levanté y la puse dentro de la caja que contenía algunas fotografías y documentos importantes, cerré la caja con algo de cinta adhesiva y la puse sobre las otras 4 cajas que llevaría conmigo, ahora sólo faltaba guardar mi ropa, aprovecharía la ocasión para deshacerme de algunas cosas que ya no usaba.
Luego de una hora (o quizá un poco más) meditando la utilidad de mis prendas con respecto al clima del lugar al que me mudaría, pude hacer mis maletas y llené un par de bolsas de basura con lo que ya no necesitaba, me tomé unos minutos para descansar así que me acosté, puse algo de música a volumen bajo y me estiré sobre la cama haciendo que algunas de mis articulaciones emitieran sonidos por aquella acción, abrí el cajón de mi mesa de noche y saqué mi paquete de cigarrillos, tomé uno y lo encendí, ésta vez no iba a fumarmelo, sólo lo dejé consumirse sobre el cenicero, miraba el techo sin pensar nada en particular, tal vez pasaron 2 o 3 canciones más cuando comencé a quedarme dormida...
Desperté algo sobresaltada creyendo que era tarde, cuando vi la hora en mi celular, me di cuenta de que sólo había dormido 20 minutos, ya entonces un poco más tranquila, me levanté y bajé a la cocina, mi madre estaba trabajando así que debía preparar la comida, no me compliqué demasiado con eso y sólo preparé un spaghetti, la verdad amaba cocinar pero no disponía de mucho tiempo antes de que ella llegara, una vez lista la comida me fui a dar un corto baño.
La tarde había transcurrido rápidamente, ya era de noche, no podía dormir, pensaba en cómo se me iban volando los días, ya sólo me quedaban unos cuantos días antes de irme, era emocionante y triste, la idea de estar sola me ponía nostálgica, ya no tenía miedo, pero en realidad toda mi vida había estado acompañada, siempre tenía a mi familia cerca, y pronto dejaría de ser así, porque comenzaría a caminar por y para mí, y eso era lo emocionante, aún me faltaban cosas por conseguir y empacar, ya era algo tarde y sabía que este desvelo afectaría mi desempeño de mañana, así que puse algo de música clásica para lograr conciliar el sueño, no tardé más de 5 minutos en quedarme profundamente dormida...

Una semana después...

Estaba abordando el avión, hoy era el gran día, mis padres me habían llevado al aeropuerto, fue una despedida muy emotiva, pero sabía que los vería pronto, quizá no como quería, pero pronto, además, nada malo podía pasar, si fracasaba, simplemente debía volver a casa y buscar otra oportunidad, si todo salía bien, haría lo que quisiera y sobre todo, viviría tranquilamente y de la forma en la que yo eligiera, no de la que se me fuese impuesta.
Me relajé, me puse mis audífonos y miré por la ventanilla, a ratos veía alguna serie o película, no quería quedarme dormida, saqué algunas fotos de las nubes y el atardecer, llegaría a Los Angeles aproximadamente a las 20:00, de ahí me hospedaría en un hostal al sur de la ciudad mientras encontraba un apartamento para establecerme.
El vuelo se demoró 40 minutos más de lo esperado, pero por fin había llegado, fui a recoger mis maletas y salí a tomar un taxi, el viaje al hostal fue bastante largo, iba de un extremo a otro en la ciudad, y a decir verdad, había costado bastante mi traslado, era de mi conocimiento que el transporte público aquí era casi inexistente, así que tenía 3 opciones:
1. Caminaba aunque eso sólo era posible en distancias cortas y donde el tiempo no fuese limitante
2. Compraba una bicicleta, la cual tampoco era la mejor opción para trasladarme al trabajo
3. Si o si debía conseguir un auto
Me encantaría decir que una motocicleta como la que tenía en mi ciudad natal, pero trabajaría en un hospital, estaba expuesta a las manchas en la ropa y el clima no era el mejor amigo de los motociclistas, así fuese sol o lluvia, eso sin contar que esta ciudad tenía un ritmo de vida mil veces más acelerado en comparación al lugar en el que había vivido toda mi vida, así que era bastante peligroso, también estaba mi gran probabilidad de desarrollar melanoma, no, basta, dejaré de quebrarme la cabeza y simplemente conseguiré un auto, provisionalmente me hospedaría cerca del hospital y en la medida de lo posible conseguiría un apartamento no muy lejos de ahí.
Luego de otros largos 40 minutos hasta el hostal por fin había terminado el viaje completo, bajé mis 2 maletas y entré al lugar, en realidad era una casa que habían acondicionado perfectamente para funcionar de esta forma, pero era muy linda, acogedora, al entrar a la recepción fui recibida por una mujer sonriente, era un poco mayor, no lo suficiente para ser longeva, pero ya tenía unas cuantas canas.

Elecciones (Evan Peters y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora