Capítulo 11//Amigas

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Al abrir los ojos, noté que tenía cierta presión en algunas zonas de mi cuerpo: En mi cuello, cintura, y cadera.

No sabía cuánto tiempo llevaba dormida, pero al girar el cuello para ver qué tenía a mi espalda, ví a Meguru enganchado a mi cuerpo como un koala. Apoyaba su cabeza en el espacio que había entre mi hombro y mi cuello, rodeaba mi cintura con su brazo, cosa que parecía volverse ya una costumbre, y tenía su pierna encima de mi cadera.

Miré mi teléfono para ver la hora y el tiempo que me quedaba antes de que sonara la alarma. Todavía quedaban 7 minutos. Intenté deshacerme del agarre de Bachira, pero era como las arenas movedizas, cuanto más tratas de salir, más difícil se hace.

Me costaba creer que alguien dormido se capaz de aplicar esta fuerza—¿Meguru?—Prové a ver si estaba despierto, pero ver el rastro de baba que tenía en la comisura de su boca, y el pelo todo desordenado, me confirmaron que estaba en un profundo sueño.

Acerqué mi mano con cuidado para quitarle el pelo que tenía en su frente, para ver mejor su cara. Era adorable.

Estuve un poco más forcejeando para librarme de su agarre, con cuidado de no dañar mi pie, y cuando finalmente lo logré, empecé a buscar un bañador.

Encontré uno de color azul marino, que dejaba toda la espalda al descubierto. Ese pequeño detalle no me gustó mucho, ya que se verían todos mis moratones.

Al pensar en ellos, recordé que yo todavía no había visto el estado de mi espalda, por lo que fui al baño, levanté mi camiseta en la zona de la espalda, y me puse de espaldas al espejo, para así girar mi cuello y poder ver cómo estaba.

La verdad, sí me sorprendió ver la intensa y alargada mancha violeta en el centro de mi espalda, además de unas manchitas individuales alrededor de la zona.

Todo eso se vería con el bañador que tenía, pero qué se le iba a hacer, no tenía muchas más opciones. Busqué una mochila donde poder guardar cosas que necesitaría para la natación, y rápidamente, aprovechando que Meguru dormía, me cambié de ropa a una más cómoda.

Poco después, empezó a sonar mi tono de alarma, sonido que pareció devolver a Bachira a la vida, aunque estaba algo deshubicado, por lo que tuvo que estar un tiempo procesando todo.

—Meguru, tenemos que salir un poco antes para pasar por tu casa y que puedas dejar tu mochila, y coger tus cosas de fútbol—Eso pareció hacer reaccionar a Bachira, ya que se levantó de mi cama de un salto.

—Cierto, ¿Vamos ya?—Reí ante su actitud. Me acerqué a él y empecé a peinar su pelo revuelto para intentar colocarlo.

—Sí, podemos irnos ya—Me acerqué a donde tenía mi mochila para nadar, quería cogerla, pero Meguru se adelantó, y se la llevó a su hombro, junto con su propia mochila del instituto.

No en quejé, y empecé a caminar hacia la salida con ayuda de las muletas. Antes de salir, nos despedimos de mi madre, y poco después, llegamos a la casa de Bachira.

Me invitó a pasar, y me senté en su sofá donde estaba su madre, con quién empecé a hablar mientras esperaba a Meguru. Él no tardó mucho, y como yo no podía andar demasiado, cogimos un autobús.

Al llegar, aún quedaban 5 minutos para que sea la hora. Meguru me acompañó hasta la piscina, donde me recibió alguien. Una chica de baja estatura, rondará el metro cincuenta y cinco, pelo rizado, muy rizado y de un color castaño claro. También tenía unos ojos verdes preciosos.

—¡Hola! ¿Tú eres Tetsu?—Esta chica parecía ser un año o dos menor que yo.

—Sí, imagino que ya os habrán contado.

Blue Lock// desde que te conocí// Meguru BachiraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora