1. Llegada al inframundo

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P. O. V Sullivan:

-¡Ay, que ganas tengo de ver a mi querido nietecito! -me puse a fantasear en alto moviéndome por la dirección. -¡No queda nada para que comiencen las vacaciones! Podremos hacer tantas cosas juntos. -me movía como un flan de la alegría esperando a que el tiempo corriese para poder disfrutar con la familia.

Me senté de un salto en el asiento tras la gran mesa para ordenar algunos papeles antes de que terminase el día.

Cuando por fin iba a meterlos dentro de una carpeta, algo no muy pesado cayó en mi regazo tirándome todo por los aires.

Con los brazos levantados, parpadeando sin comprender, me quedé viendo a la chica que había caído del cielo sobre mí. Ella también me miraba embobada, para después comenzar a gritar.

-¡AHHHH! -se zarandeaba intentando salir empujando la mesa con fuerza a la vez que mi pecho.

-¡Ahhh! -comencé a gritar también sorprendido.

-¡Suélteme! ¡Déjeme ir! -decía pegando patadas casi cayendo al suelo.

-¡E-espera! ¡Un momento! -intenté sujetar sus brazos para detenerla. Esta se me quedó viendo con temor. -¿Qué naric-? -carraspeé. -¿Quién eres y por qué has caído del techo? -pregunté intentando calmar el ambiente.

Sentí que temblaba a pesar de quedarse quieta y callada. Agachó la cabeza para apartar su mirada de mí. Después se puso a inspeccionar el lugar con seriedad.

-¿Dónde estoy? -preguntó interesándose por otra cosa que no fuese mi pregunta.

-Oh. Estás en la dirección del Colegio de Babyls. -le dije con tono suave para no asustarla más de lo que ya estaba.

Ella me miró con el ceño algo fruncido, probablemente insatisfecha con la respuesta.

-Soy Sullivan. El director de este Colegio. Y tú, señorita, me debes explicaciones. -le dije algo más serio.

Ella hizo un rápido movimiento de hombros algo sorprendida, para después bajar la mirada.

Dejé que se levantase para así poder hablar mejor. Se sacudió la ropa algo arrugada para luego quedar encajonada como si estuviese tiesa.

-No tienes que preocuparte, no te haré nada malo. Solo quiero saber tu nombre. -apoyé mi brazo en la mesa prestando atención.

P. O. V T/N:

-Soy T/N.-dije con una voz aguda.

-T/N.-el señor Sullivan me sonrió algo más enternecido. -Perfecto, vamos avanzando. Por favor, dime... ¿De dónde eres? -extendió su mano para señalarme.

-¿Ser? Ehh... -me fijé en el exterior por la ventana sin moverme del sitio. -Soy de T/B (tu barrio).

-¿T/B? -comenzó a pensar. -Está bien. Te ayudaré. -se levantó. -Aún así necesitamos ir a mi casa. -levantó el dedo índice explicándose. -Allí tengo los recursos para poder mandarte al mundo humano.

Una humana entre las flamas del inframundo (Ópera x tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora