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Entonces, ¿Cómo es que un chico como tú, se encuentra en el otro lado del mundo? — Preguntó el castaño, recargando los brazos sobre el barandal de madera de la terraza. Al final habían cambiado de sitió pues ahora la cocina estaba siendo ocupada para un concurso de segundero de botella.

Bueno, digamos que fue pura suerte. — dió un trago a su vaso — Al principio solo apliqué por diversión, pero alcancé el puntaje y no quise desaprovechar la oportunidad de conocer un nuevo continente. — Dejó salir una risa vaga, extendiendo los brazos sobre el barandal donde también estaba recargado y se estiró.

Ya hablamos mucho de mi, cuéntame de ti. Para ser inglés hablas muy bien el español.

Ahhh... — Miró al techo tratando de buscar las palabras. — Tomé clases en la academia. Y también vine a conocer más. — Fue lo único que dijo, cortando sus palabras con un trago de su vaso.

Okey. Pues... bienvenido seas, mi buen Wilbur. — Dio una palmada en su hombro.

A pesar de que solía ser una persona muy curiosa, respetaba cuando alguien no deseaba hablar más de la cuenta. Después de todo tendrían mucho tiempo para conocerse, o eso piensa.

Gracias.— Le dedicó una suave sonrisa, apoyando la barbilla sobre su palma aún sin despegar la mirada— Eres muy lindo, Quackity. — Las palabras salieron en un tono bajo pero romántico.

Solo soy amable. — Sonriente se encogió de hombros.

No, hablo en serio... — Se enderezó, acercándose unos pasos al menor acortando la distancia. — ...you're so cute. —

El menor no pudo evitar retroceder por inercia, viéndose acorralado contra el barandal. Las mejillas sonrojadas por el alcohol eran más evidentes por el calor corporal, tragó en seco y relamió sus labios nerviosos. No sabía que hacer, no quería empujarlo y arruinar el momento pues incómodo no estaba pero a la vez sentía que todo era muy apresurado. Volvió a la razón cuando sintió el tacto frío de los dedos del más alto, sosteniendo su barbilla con delicadeza.

So you think? — Dijo en casi un hilo de voz ahogado en un suspiro, sintiendo el aroma caoba de su perfume.

Yeah... — Ronroneo bajo, acercándose peligrosamente a sus labios, percibiendo el aliento ligeramente alcohólico del mas bajo.

Ambos cerraron los ojos dispuestos a dejarse llevar por su cuerpo, unir labios en un fogoso y sensual beso, acompañado de la fría noche de otoño y la música siendo prácticamente unísono... Hasta que la puerta corrediza se abrió de golpe.

Ay, wey.

Ésa tercera voz les sacó tremendo susto, separándose al instante y haciendo como si nada estuviese pasando.

Perdón, perdón. Ustedes sigan en lo suyo. — Se disculpó un sujeto que se veía hasta "el culo de ebrio". Caminó torpemente hasta el jardín para poder orinar. — Suputamadre. Sentía que no llegaba. — Dijo para si mismo.

Solo estábamos charlando. — Comentó el azabache, aún limpiando sus labios por el cosquilleo. Sabía perfectamente quien era el imbécil que los interrumpió.

Apoco si. — Pronunció con clara burla mientras subía su bragueta y regresaba a la puerta sin siquiera voltear a verlos. Pues no hacía falta.

Una vez sonó el seguro de la puerta, soltaron el aire que estaban reteniendo inconscientemente. Ambos se miraron unos segundos en silencio para después romperlo con una risa avergonzada.

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⏰ Última actualización: Apr 06, 2023 ⏰

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𝙴𝚕 𝚌𝚑𝚒𝚌𝚘 𝚍𝚎𝚕 𝚊𝚙𝚊𝚛𝚝𝚊𝚖𝚎𝚗𝚝𝚘 512 ☀︎︎ 𝒍𝒖𝒄𝒌𝒊𝒕𝒚 ☀︎︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora