Capítulo 2

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En cuestión de segundos todo se llenó de personas con uniformes, caros seguro, y aquella avalancha de hormonas empezaron a arrastrarme.

Empecé a perder el equilibrio, hasta que de un momento a otro caí.

¿¡Por qué están todos tan alterados!?

Mis ojos se abrieron al ver lo que había delante de mí: los pedidos en peligro de ser machacados por alguien.

Arrastrándome por el suelo fui hasta ellos.

Justo cuando iba a tocarlo.

Justo cuando iba a rescatarlo.

Unos zapatos de piel roja los pisotearon.

No....no no no no.

Ahora tendría que pagar por ellos, volver a hacerlos y traerlos de nuevo....Esto no me puede estar pasando....

Toda la gente estaba hecha un corrillo, gritando, como fans locos por su ídolo, a alguien.

Me levanté y cogí las cajas de los pedidos....o lo que quedaba de ellas. Miré por el suelo, puesto que al parecer todos los zapatos eran blancos por norma del uniforme, iba a ser fácil encontrar al culpable con zapatos de piel roja.

Me hice hueco entre la gente, poco a poco iba llegando al estúpido zapatos rojos. Poco a poco iba a enterarse esa persona de lo que son los modales.

- ¡Eh tú! - grité a la persona que estaba de espaldas a mí.

Este se giró.
Este y siete más.

Todos eran bastante altos, delgados, guapos. Muy guapos.
Ninguno de ellos vestía el uniforme, tal vez no sean estudiantes de aquí.

- ¿Eh tú? - dijo, de una forma burlona, el que parecía el cabecilla.

En cuestión de segundos, todos hicieron un corrillo alrededor nuestra.

- ¡Estúpida! ¡Háblale bien! - gritó una de las chicas

El "cabecilla" de los ocho levantó una mano como gesto para que se callara y esta le hizo caso mientras hacía grititos como de ¿felicidad?, no lo sé, pero parecía contenta porque el señor "Sin-modales" le haya hecho un gesto.

Este se acercó a mí y, asqueado, agarró el cuello de mi ropa.
Seguidamente me empujó con asco.

- Esa ropa sin calidad, eres una sucia pobre.

Tch....¿¡Que le pasa a este imbécil!?

- ¿P....perdona? – me quedé petrificada. - Él se volvió a girar hacia mi arqueando una ceja. - No sé en qué mundo vives, pero solo vine a entregar un pedido y tú y tu arrogancia lo habéis pisado. No pedía que pagaras por ello ni mucho menos, solo quería unas disculpas - dije intentando calmarme.

Él se acercó lentamente a mí de nuevo.

Cogió una de las cajas destrozadas y manchadas de nata y chocolate por uno de los pasteles que iba ahí y, sin más, la tiró sobre mi cabeza.

La nata caía por mi pelo, mi cara y mi ropa.

Todos aquellos estudiantes se reían a carcajadas.

Los otros siete altos se reían disimuladamente mientras el estúpido se carcajeaba con aires de grandeza.
Y si no fuera poco, sacó un puñado de billetes y me los tiró encima como si fueran poca cosa.

- Eso es por el pedido, ¡ah! Y cómprate ropa nueva.

Todos rieron más y más.

Los ocho se giraron dispuestos para irse.

- ¡Imbécil! - grité mientras iba hacia él.

Eché mi pierna hacia atrás y la impulsé hacia delante con todas mis fuerzas. Justo a mi diana: su entre pierna.

La imagen se había congelado. Parecía que todo se había pausado.

Todos los alumnos a nuestro alrededor estaban sorprendidos, incluso algunas niñas....¿lloraban?
Uno de los siete altos, se tapaba la boca aguantando la risa, otro de ellos, un poco más bajo, con melena corta de pelo color azabache tenía la boca tan abierta que podría comerse un pastel entero de un bocado. El otro con el pelo rubio y pecas se reía a mas no poder. Así todo el resto de sus compañeros.
Por último, el imbécil, con su pelo rubio cobre, un poco larguito, estaba arrodillado sujetando sus partes con una expresión de dolor horrible.

De repente todo dejó de ir a cámara lenta.

Había mucho ruido y el cobrizo estaba tirado en el suelo.

- Seré pobre, pero no soy tonta, y tengo modales.

Sin más, me fui mientras la miradas de todos aquellos me seguía hasta el final.

Mientras subía en mi bicicleta y volvía a la cafetería me di cuenta de que aquel lugar llamado "UWK" no era un castillo, ni la casa del presidente, ni la de los reyes....era la Westar Key University, la universidad a la que solo asiste un pequeño porcentaje del país, los más ricos, y quienes se aseguran el mejor de los futuros.

Yo no.

Nunca.

 Esta la tenía en borradores, ya está completa asi que solo iré subiendo capítulo tras capítulo.

¡Espero que lo hayáis disfrutado muchísimo!

¡Muchas gracias por todo el apoyo! ¡Nos vemos en otras historias!

AUTORA DE: Kaori, la esfera mágica.

EDITORIAL: Ediciones Arcanas.

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♡¡Hasta pronto!♡

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