prologo

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—¿Ya grabaste la campaña para Converse? —preguntó el hombre sentado en el escritorio.

Sunoo asintió. —Está programada para publicarse mañana, más o menos a las seis de la tarde.

—Aún hay algo que quiero hablar contigo, pero es algo que implica a dos personas más, así que estamos esperándolas.

Sunoo bufó molesto pero no dijo nada. Después de unos veinte minutos, alguien tocó la puerta y el mayor de los Kim asintió para que pasaran.

Un hombre alto, de unos cuarenta y cinco años, entró con paso firme. Sunoo apenas le prestó atención hasta que vio a su peor pesadilla detrás de aquel hombre, caminando hacia el escritorio de su padre.

—Buenas tardes —saludó el recién llegado. Sunoo estaba demasiado en shock para responder.

Sunghoon tomó asiento a su lado sin preguntar, vistiendo su habitual atuendo de rockero: una camiseta blanca de Black Stones con las mangas recortadas, mostrando sus musculosos brazos, pantalones de cuero ceñidos y botas negras. Su arete de cruz en la oreja izquierda completaba el look.

—Los citamos aquí porque queremos hablar de algo muy importante que los implica a ambos —explicó el mayor de los Kim.

—Ambos tienen muchos seguidores en las redes sociales... Pensamos que sería beneficioso para ambas marcas que ustedes se relacionaran.

Sunoo soltó una risa nasal mientras Sunghoon permanecía serio, simplemente escuchando.

—No sé si sepan, pero Sunoo no me puede ver ni en pintura —explicó Sunghoon.

—Va a hacer un esfuerzo, ¿verdad? —Kim Jihu miró a Sunoo con severidad. Sunoo asintió con los puños apretados y la mirada gacha.

—¿Quieren que nos casemos o algo así? —bromeó Sunghoon.

—Pues algo así —intentó bromear el mayor de los Park, sin éxito.

—¿Es broma no?—Sunoo hablo por primera vez desde que habían llegado los Park.

—No es una broma, Sunoo —respondió su padre.— Lo que está de moda es ser LGBT-friendly. Pensamos que, si ustedes fingen una relación, nos iría bien a todos.

—Papá, sabes que tengo pareja —protestó Sunoo.

—Todo es ficción —dijo Jihu mirando a su hijo.— Puedes no aceptar, pero si nuestras ventas siguen así, no podremos pagar Decelis. Piensa bien.

Sunoo suspiró. En Decelis estaban los mejores músicos y si quería llegar a ser uno, no podía dejar la academia.

—Está bien —murmuró, aceptando.

Así comenzaba una tormentosa (o no) mentira.

Roller Coaster - SunsunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora