Profecías de Medialuna

Capítulo 4. ¿Quiénes son los hermanos Blake?

El reloj marcaban las 6:15 cuando la alarma del despertador sonó por primera ves esa mañana, unos pocos rayos de luz se colaban por la ventana iluminando la habitación. Causando que la joven de ojos azules se removiera inquieta en la cama, apenas había dormido esa noche, busco a tientas el causante de semejante escándalo lo mateo para acallarlo mas sin embargo una descarga de electricidad hizo su camino de la palma de su mano hasta el indefenso aparato del que saltaron chispas ya que sus circuitos estaban fritos.

—Mierda —murmuró con frustración no le quedo de otra que levantarse cuando Ethan fue a tocar a la puerta de su dormitorio.

Pateo las sabanas fuera de ella para levantarse y alistarse para ir al colegio, tomando el primer cambio que encontró del closet y se dirigió al baño, el gua tibia ayudo a desperezarse y relajar su cuerpo, 30 minutos fue lo que tardo en bajar al comedor, como siempre su madre tenia listo el desayuno. Tras varias discusiones con sus padres a principios de año accedieron dejarla partir al instituto, hoy era sin duda un día importante.

La universidad de Glasgow, era una de las más importantes instituciones educativas. El sueño de Anely, se estaba volviendo realidad. Ir a la universidad donde sus padres estudiaron. Deseaba que fuera tan normal como fuese posible, sin accidentes, coloco el bolso sobre el respaldo de la silla del comedor, su madre coloco un plato de frutas frente a ella. Centro toda su atención a su desayuno pues sabia muy bien lo que sucedía si dejaba divagar su mente.

Ethan jugaba distraídamente con su comida ganándose que mamá golpeara su nuca con el periódico que le estaba pasando a su padre, causando que Arabella y Anely rieran. —Creo que necesitare un despertador nuevo —Murmuro ella en vos baja sin apartar la mirada de su plato que termino devorando como si fuera su ultima comida, la risa burlona de Ethan no se hizo esperar en cambio su madre poso sus brazos alrededor de ella de forma cariñosa. —No te preocupes, cuando regreses te tendré uno nuevo. —hablo sonriendo su madre, cuando termino su desayuno se levanto depositando el plato en el lavaplatos.

Anely se dejo caer en las escaleras de la entrada de su casa, de su bolso saco un sobre blanco dentro se encontraba la aprobación de su matricula en la Universidad. Debía admitir, estaba nerviosa. El hilo de sus pensamientos fue interrumpido, pues su mente le mostro el rostro del chico que había conocido el día anterior. Levanto la mirada cuando escucho el ruido del motor estacionarse frente a la entrada la ventana del pasajero bajo y la gran sonrisa de Esmerine se poso en ella.

—Andando princesa, llegaremos tarde —mencionó soltando una suave risa la castaña tomo sus cosas y subió rápidamente al auto no estaba de humor para soportar un viaje con Ethan hasta el instituto sin proponérselo azoto la puerta con algo de fuerza ganándose una mirada molesta por parte de Esmerine. — ¿Mal mañana? Sabes no debes preocuparte pronto estarás viviendo una nueva aventura —su amiga intento animarla pero ella apenas sonrió, soltando un suspiro dejo caer la cabeza contra el vidrio de la ventana. —No será una aventura si no esta Esmerine Johnson, te extrañare amiga y aun no te has ido —la risa de Esmerine inundo el pequeño espacio, tomo la curva con velocidad al llegar al instituto, pero ni los vidrios polarizados detuvieron las miradas curiosas que atravesaban el cristal.

—Es de las pocas cosas que no termino de acostumbrarme como si nunca antes hayan visto un auto —bromeo Esmerine tomando sus cosas del asiento trasero para bajar del auto poco después. —Lo harías si dejaras de cambiar de auto cada semana, no todos pertenecemos a una familia original, y además tenemos un abuelo con una gran cuenta bancaria —Río negando Anely miro a su amiga quien había palidecido ante su comentario pero se recupero rápidamente termino recibiendo un empujón por parte de Esmerine quien ponía una de sus típicas caras raras. Ambas caminaron a la entrada principal del Instituto donde Anely aun no podía acostumbrarse a la belleza del lugar, que ni cuenta se dio cuando Esmerine desapareció de su lado pero así era ella aparecía y desaparecía como por arte de magia.