Profecías de Medialuna

Capítulo 6. Bienvenidos a la pesadilla

Era un día tranquilo, la nieve caiga sin parar dejando una fina y blanca capa cubriendo cada pequeño rincón de aquel paraje en la montaña, con tan solo tres días para que las agujas del reloj marcaran una nueva navidad y poco después las doce de la noche dando paso así a un año nuevo, Anely esa mañana tomo el auto de Ethan y salió rumbo a la ciudad, aunque sin saber que le esperaba un trago amargo.

—Mas rápido, Annie. Más rápido... —la suave risa de Arabella retumbaba por todo el coche cuando Anely tomo con velocidad la ultima curva antes de llegar al centro. Anely la miraba de reojo sin apartar la mirada del todo de la carretera tras reducir la velocidad al entrar a la zona poblaba y evitar un accidente. Tras unos minutos finalmente encontraron un lugar donde estacionar, la pequeña Arya bajo del auto y corrió hasta donde su hermana se encontraba para tomarla de la mano.

—Entonces ya decidiste ¿Qué le compraras a mamá y papá? —cuestiono Anely al ser arrastrada por la menor por toda la calle principal. —No, pero vi con Ethan un regalo que me gusto. —menciono viendo los escaparates de las tiendas con determinación.

—Annie, mira ese vestido tienes que probártelo —señalo la vitrina frente a ellas, un vestido corto por sobre las rodillas y de tono a perlado. Llamaba la atención de quien lo mirase, sin darle tiempo de objetar Arya arrastro a Anely dentro de la tienda. —Buen día, ¿Puedo ayudarles en algo? —pregunto la encargada sonriéndoles con rapidez Arya le explico cual era el vestido que quería que su hermana se probara. —Pequeña, tramposa... ya se lo que tramas y no funcionara os he dicho que no iré a la fiesta de navidad de los Williams. — murmuro Anely frunciendo el ceño ante la mirada de inocencia que Arya le dada.

—No se de que me estáis hablando, anda ve pruébate el vestido... —demando con firmeza. Algo que sorprendía a Anely era su poder de convencimiento, no había nada que la menor no pudiese lograr que hiciera. Su inteligencia iba más allá de una niña de 7 años.

—Estas hermosa... —menciono Arya al ver a su hermana salir del vestidor, el vestido parecía hecho a su medida. Señalo el espejo tras ella para que Anely se viera en el, no podía creer lo bien que se veía, a palabras de Arya lucia como una princesa de cuentos de hadas. —Increíble... —susurro Anely sin palabras.

Una tercera voz las sorprendió atrayendo su atención. —Nada mal querida, debo admitir que ese color te sienta bien... Ahora veo porque mi hermano esta tan encaprichado por vos —Arya observo con recelo a la recién llegada, aunque con un extraño sentimiento subiendo por su pecho que le costaba explicar de donde provenía. La chica las miraba con diversión desde el mostrador, sus cabellos rojizos caían sueltos por sobre sus hombros y las miraba con un brillo malicioso en sus ojos. —Señorita Cross, llego temprano ya tengo listo su encargo —hablo la empleada yendo tras el mostrador sacando una caja que coloco sobre la vitrina.

Brooke dejo de prestarle atención a las hermanas y de la caja saco un hermoso vestido en color plata ceñido al cuerpo lo inspecciono con detenimiento antes de colocarlo nuevamente en la caja con extremo cuidado, y entregarle a la encargada una tarjeta de crédito. —Perfecto, quiero que esa noche sea todo un éxito... —murmuro con fingida alegría. —Ya vuelvo Arya, iré a cambiarme no te muevas de aquí —pidió Anely a su hermana quien solo asintió en respuesta de pronto la emoción que aquel vestido le había generado se había esfumado.

Para molestia de Brooke la dependienta estaba demorando con el cobro de su vestido, suspiro con irritación y miro alrededor encontrándose con la pequeña que acompañaba a la joven Cas, de pronto su corazón dio un vuelco extraño. —¿Cuántos años tienes, niña? —le pregunto de forma un tanto brusca sobresaltando a la menor quien soltó el dije que sostenía en sus manos llamando la atención de la pelirroja.