𝗟𝗢𝗩𝗘 𝗢𝗙 𝗠𝗬 𝗟𝗜𝗙𝗘┃𝗕𝗘𝗡𝗘𝗗𝗜𝗖𝗧 𝗕𝗥𝗜𝗗𝗚𝗘𝗥𝗧𝗢𝗡

𝐎𝐍𝐂𝐄

A la mañana siguiente desperté irradiando alegría.

Lady Bridgerton lo notó y se puso muy contenta por mí.

─Buenos días, Violet! ─exclamo sin poder ocultar la enorme sonrisa en mi rostro.

─Buenos días, Olivia... veo que has despertado muy feliz. Algún motivo en específico por el cuál estás así? ─pregunta riendo ligeramente.

Me sonrojo y niego, mintiendo.

─No... solo estoy feliz! Le agradezco de nuevo por haberme dado un lugar donde dormir... muchas gracias de verdad. ─digo abrazándola. Ella me corresponde y sonríe.

─Me alegro mucho... y no te preocupes, sabes que aquí tienes otra familia. ─asiento sonriéndole.

Veo bajar a Benedict y automáticamente siento mis mejillas arder.

─Buenos días, madre... señorita Bennet. ─habla, acercandose a nosotras. Mi corazón se acelera.

─Buenos días... ─contesto mirándolo por unos segundos.

Cuando Violet abandona el salón, suspiro nerviosa al encontrarme completamente sola con él.

Estoy por agarrar una taza de té cuando siento un par de brazos rodear mi cintura por detrás. Suelto un grito ahogado y me doy la vuelta. Benedict me sonríe travieso.

─No podía aguantar más las ganas de abrazarte... ─murmura acercándose más.

Me sonrojo y niego sonriendo.

─Benedict... alguien podría entrar en cualquier momento! ─exclamo moviendo mi cabeza hacia atras cuando se inclina hacia mí para besarme.

─¿Y qué? No me importa... ─contesta sonriendo juguetón.

Pongos mis ojos en blanco y río.

─Vamos... solo un beso... ─susurra acariciando mi mejilla. Cierro los ojos cuando siento el contacto.

─Bened... ─no puedo continuar hablando porque me calla de un beso.

Al principio intento alejarme, pero luego sonrió contra sus labios y le correspondo.

Aunque solo duramos unos segundos, porque escuchamos la puerta abriéndose y yo me separo rápidamente.

Anthony está ahí parado mirandonos con una ceja alzada, pero no dice nada y continua caminando.

Benedict ríe y yo le golpeó el hombro ligeramente.

─¡No te rías! ─lo regaño. ─¿Y si ahora tu hermano les dice a todos que nos vio besandonos... o peor, nos obliga a casarnos! ─digo preocupada.

Él me mira todavía sonriendo pero noto que tiene las cejas algo fruncidas.

─No lo hará... no te preocupes. Aunque... ¿tan malo sería que nos casaramos? ─pregunta bromeado, aunque me doy cuenta de que está algo dolido.

No contesto.

A ver, la idea de casarme siempre la deteste... aunque yo creo que es porque toda mi vida la palabra casamiento estuvo relacionada con ancianos y obligación. Pero ahora, ya nadie me va a obligar a comprometerme con un hombre que no me gusta... y Benedict... él... él sí es el tipo de hombre que me gusta... creo.

Lo miro y niego rápidamente.

─No! No me refiero a eso... pero no sería una manera linda de quedar comprometidos...

Él sonríe y asiente.

Nos quedamos mirándonos y sonriendonos como tontos.

─Eres hermosa... ─murmura mordiendose el labio ligeramente.

Siento mis piernas flaquear y río nerviosa.

─Sí... ─contesto. Frunzo el ceño cuando razono mi respuesta. ─¿Que dije? Quiero decir... gracias... tú también eres hermosa... hermoso! ─me corrijo. Sonrío avergonzada y siento mis mejillas arder.

Benedict ríe y niega con la cabeza.

─Lo siento... ─me disculpo riendo.

─No tienes que disculparte. Es muy gracioso ver como te pones nerviosa cada vez que te halago. ─contesta burlón.

Ruedo los ojos y lo empujó ligeramente.

─Benedict! Deja de molestar a mi amiga! ─Violet, Eloise y Anthony entran.

─Hola, El. Que alegría verte! ─exclamo abrazandola.

─¿Te encuentras bien? ─me pregunta mi amiga en broma, sorprendida porque la abracé. Usualmente no abrazo a nadie.

─Ha estado así desde que despertó... me pregunto porqué... ─dice Violet divertida.

─Oh, yo creo saber el porqué... ─Benedict susurra juguetón. Noto que Anthony sonríe ligeramente.

Yo lo miro sorprendida y nerviosa.

─¿Como dices? ─le pregunta Eloise entrecerrando los ojos.

─Nada... ─contesta él. Yo suspiro y miro a Eloise.

─Vamos, El. Quiero mostrarte un poema que escribí anoche... ─hablo sonriendo. Ella asiente emocionada.

Veo a Benedict con las cejas alzadas. Él no sabía que yo escribía poesía.

─Avísennos cuando el almuerzo esté listo! ─Eloise grita. Las dos nos dirigimos a mi cuarto riendo.

________________________________