Parte 2

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Axel tosió repetidas veces hasta que le dolió el pecho, había tragado demasiado polvo, miro hacia arriba por el agujero del basurero de la cocina, milagrosamente el basurero estaba vacío y lo único a su alrededor era montañas de polvo y hormigas muertas, si hubiera estado lleno, probablemente jamás encontraría la salida y moriría antes de siquiera llegar a la mitad, así había perdido a muchos de sus agentes, morían escalando entre los escombros de basura. Toco su pecho en busca de sus artefactos y descubrió que casi todos se habían perdido. Las cerdas de la escoba lo sacudieron tan fuerte que le había arrebatado sus cosas.
La luz de la cocina llegaba hasta el basurero, afortunadamente podía ver bien la superficie, comenzó a buscar sus cosas, encontró sus paquetes alimenticios, un gas anti-plagas, su bastón eléctrico, pero no su arma, tal vez el gigante la había hecho añicos con el pie, dio un grito de júbilo cuando encontró lo que más quería. Su gancho para escalar, lo tomo y se cercioro de que no estuviera roto; una voz en su odio lo asusto, era su ayudante desde la agencia y por el tono de su voz Axel pensó que el pobre joven estaba realmente asustado.

— ¿Jefe? ¿Señor? ¿Sigue allí? Repetía el pobre ayudante numerosas veces.
— Deja de preguntar eso, no respondía porque estaba buscando mis cosas. Respondió Axel irritado.
— ¿Qué le sucedió señor? todos esos gritos, me alarmaron.
— El maldito gigante barrio la cocina, no importa cuánto nos esforcemos por ser cautelosos siempre acabamos entre la mugre de una escoba.
— Pero gracias a Dios está bien, me alegro por eso.
— Si, muchos acaban como manchas rojas en el suelo. Pero soy el jefe, me las puedo arreglar, me comunicare luego, desconectare la línea.
— Jefe no...
Axel corto la comunicación y se guardó el auricular en el bolsillo del pantalón y lo aseguro muy bien, odiaba que sus subordinados lo escucharan dar gritos de pánico, se quitó la pesada chaqueta y se aseguró de no olvidar algún artefacto importante, solo se quedó en su camiseta de algodón sin mangas, incrusto la garra de su escalador en el grueso plástico negro y comenzó a escalar como una araña, rápido, ágil y sin titubear, el material de la bolsa era tan resistente para él. Casi 15 minutos después estaba en la cima. Desde allí tenía un panorama de toda la cocina, era pequeña y poco amueblada, El gigante Connor era soltero y no tenía muchas visita, intuyo Axel, esa era la señal que buscaba, alguien tan solo... escondía algo, ahora la pregunta era: ¿dónde escondía sus secretos? era imposible para Axel escalar a cajones de los muebles así que pondría en marcha su misión original, escalar al cabello de Connor y desde allí vigilarlo, por la foto que le entregaron, el cabello de Connor era abundante y grueso, sería fácil vivir allí durante la misión.
El gigante ya no estaba en la cocina así que Axel con toda confianza anclo en gancho a la superficie y se deslizo hacia abajo. Faltaban unos metros para llegar al suelo cuando el gancho hizo un sonido extraño y se rompió la cuerda, Axel dejo salir un grito antes de caer de golpe al suelo, se quejó un poco del dolor y se incorporó como pudo.
— Mierda, si estaba roto después de todo, que suerte la mía, hasta aquí llego mi instrumento más útil.
Axel camino unos metros cuando se asustó, cerca de él estaba la escoba, se sintió un tonto al ver su temor ante un objeto que era inofensivo sin la manipulación humana. Se paralizo cuando a lo lejos escucho un rugido, era el gigante que había eructado, al parecer Connor estaba tomando cervezas en la sala, el resto de los ruidos venían del televisor. Más allá de la cocinar había oscuridad, el gigante era de los que miraban televisión con las luces apagadas, Axel maldijo en silencio, odiaba las casas a oscuras, aun mas porque había perdido sus gafas especiales para ver en la oscuridad.
El espía encogido camino con confianza por la loza blanca del suelo y comenzó a caminar con cautela por la oscuridad de la sala, no podía ver nada, los muebles cubrían el panorama, un sofá individual de cuero negro cubría la luz azul del televisor y desde su perspectiva, Axel podía ver solo el cabello del gigante, era su objetivo, camino por el suelo, esquivando una bolsa de chettos vacía y polvorienta, una lata de cerveza que aun goteaba y un par de sandalias bastante usadas, Axel presto atención a la lata, la toco, en la boquilla de la lata todavía había saliva, más a la distancia había otra lata en el mismo estado, pero sus ojos no se apartaban de las sandalias azules.
Axel sintió escalofríos, podía ver la huella de los pies de Connor en las suelas de las sandalias, estaban tan gastadas y el olor salado de los pies era penetrante "odiaría terminar allí" pensó el espía alejándose un poco. Otro eructo surgió de Connor y desde su posición otra lata vacía de cerveza venia en picada directo hacia Axel, el pequeño hombre dio un brinco hacia atrás para esquivar la lata, su espalda quedo pegada a la enorme suela de la sandalia, desafortunadamente la lata impacto con la otra lata vacía y este rodo hasta la sandalia más cercana.
Como si de barcos se tratara, la sandalia se inclinó y la parte donde se apoyaba el pie cayo directamente en Axel, que grito con horror y sintió toda la presión del objeto en el cuerpo, era de goma acolchada así que esto no lo mato, pero tenía la cara aplasta contra el suelo y la suela con olor intento de la sandalia, tenía los brazos atrapados y por más que levantara la cabeza o las piernas no podía moverse, le costaba respirar, lo único que podía hacer era gritar con todas sus fuerzas. Era demasiado pequeño como para llamar la atención. Se sintió humillado al verse así, contra el suelo y con mal olor.
Movió los ojos, pero no pidió ver más allá que el azul y el gris de la mugre de la sandalia, estaba totalmente cubierto. Intento deslizarse, y poco a poco sintió como se movía por la superficie del suelo. Entre más se movía como gusano más mugre se le pegaba al cabello y a la espalda, dio un par de arcadas por la asquerosidad y pensó algo: si estuviera desnudo podría moverse más rápido por la suciedad que servía como un tipo de lubricante, cansado de respirar el fétido olor. Deslizo con dificultad los brazos hasta su pantalón. Saco su auricular del bolsillo y se lo coloco en la única oreja libre, luego se soltó el botón del pantalón, se sintió más liviano, comenzó a deslizarse como gusano otra vez y se dio cuenta de que era más fácil así, poco a poco el pantalón se fue resbalando de su cuerpo hasta quedarse únicamente en su camiseta, sus boxers y sus botas militares, Axel se deslizo con más facilidad y llego a un parte donde había un tubo de plástico grueso, imagino que era la parte de la sandalia donde se colocaba el dedo gordo del pie, Axel se sujetó de el con fuerza para intentar salir de ese infierno con olor a sudor acumulado.
Axel sintió un jalón, el viento empezó a moverse a su alrededor y vio cómo iba hacia arriba, estaba pegado a la suela de la sandalia y el gigante Connor la estaba levantando, como si de un juego mecánico se tratara, la sandalia giro en el aire, el encogido no pudo hacer otra cosa que gritar mientras Connor lanzaba la sandalia al suelo y poco a poco un pie comenzaba a asomarse, caían restos de mugre acumulada de las plantas de los pies, el dedo gordo se acercaba amenazante, Axel se trató de despegar de la pegajosa mugre de la sandalia, en el momento justo se levantó, para evitar morir destripado, pero quedó atorado entre el dedo gordo gigante y el tubo de plástico de la sandalia, Axel trato de buscar su arma, pero recordó que ya no tenía nada. Su pantalón había desaparecido en alguna parte de la sandalia y seguramente el peso del enorme pie lo había triturado todo, solo estaba allí presionado con fuerza y mojado por el sudor de entre los dedos.
El gigante empezó a caminar, Axel sentía como el cuerpo era presionado con fuerza en él tuvo cada vez que Connor daba un paso, el pequeño pegaba puñetazos a la piel entre los dedos, pero la misma suciedad amortiguaba los golpes, intento gritar, pero solo podía ver la quijada de su gigantesco captor, ni siquiera tenía idea de que un diminuto espía sufría a sus pies.
Connor caminaba por el pasillo oscuros. Hasta que una luz cegó a Axel, el gigante encendió la luz de su habitación, un teléfono sonaba, el gigante hablaría con alguien, a pesar de su situación Axel presto atención.
— Hola, ¿Natán? Dijo el gigante con voz grabe, obviamente Axel no podía escuchar a Natán.
— ¿Así? ¿Dices que aquí? Connor vio a todos lados como buscando algo.
— ¿Cuando...? volvió a decir Connor.
Después de un largo rato en silencio, Connor contesto:
— De acuerdo mañana por la tarde. y colgó.
Connor dejo su teléfono en su cama y comenzó a caminar otra vez a la sala, Axel sintió nuevamente el dolor en todo su cuerpo, segundos después el gigante se detuvo en la sala, salto al sofá con intensidad y Axel solo grito por la intensidad de la sacudida, el gigante grito de placer al estirarse y acto seguido inclino los pies para lanzar las sandalias por el aire, una sandalia salió disparada y quedo atorada entre unos libros en un mueble cerca del televisor, luego lanzo la sandalia donde estaba Axel, esta era su oportunidad.
Axel se sujetó con fuerza a la piel sucia del dedo de Connor y a pesar de la fuerza del pie, evito ser lanzado por los aires donde seguramente moriría, se había sujetado con tanta fuerza que hizo sangrar a Connor.
Lo que el encogido no vio fue un dedo gigante de la mano de Connor acercarse justo donde estaba Axel, Connor sintió que un bicho lo mordió.
— ¿Porque hay tantas malditas hormigas? Dijo antes de tomar a Axel entre sus dedos.
Axel grito por el pánico, estar entre los dedos de una mano significaba la muerte, gracias a la oscuridad, Connor no vio que la criatura entre sus dedos era un ser humano, presiono con fuerza y se dio cuenta que la criatura chillaba.
— No sabía que estas mierdas chillaban. Dijo Connor sonriendo, volvió a presionar a Axel y el pobre hombre volvió a chillar, Connor se mostró divertido.
— Increíble, cada día se aprenden cosas nuevas de los insectos. Al decir esto, Connor movió sus dedos para lanzarlo por los aires.
La gruesa uña del gigante hizo crujir el brazo derecho de Axel que grito aún más, con su otra mano toco el auricular en su oído por la desesperación, si de algún modo sobrevivía ya no podría moverse, seguramente la caída le destrozaría las piernas o le reventaría la cabeza al aterrizar.
— ¡Hola, hola me escuchas! ¡Manda refuerzos! Grito Axel antes de ser lanzado por los aires con el brazo lastimado. Axel se golpeó en una lámpara de cristal en el techo, gimió de dolor, al intentar moverse su cuerpo cayo otra vez al vacío.
— ¿Señor, señor que sucede? Alcanzo a decir su ayudante. Pero la llamada se cortó, Axel había caído en un recipiente pequeño con Aderezo de queso para nachos en la mesita de noche donde descansaban los pies de Connor, había muchas latas de cerveza alrededor pero justo tenía que caer allí para morir sofocado por queso. El auricular se arruino para siempre, mientras que el pequeño espía luchaba por su vida en la espesa mezcla en la que se agitaba.
Intento elevar sus piernas, pero en este acto, perdió sus botas, movió su brazo bueno para tratar de nadar en el espeso liquido anaranjado y con olor intenso, se detuvo cuando vio la sombra de algo en forma de triángulo que se acercaba, era el pulgar del gigante que se acercaba con un nacho.

Espía EncogidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora