Parte 3

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Axel levanto un brazo al aire para evitar que el nacho lo tocara, el triángulo de maíz gigante se acercó con tanta fuerza que lo hundió hasta el fondo del queso, Axel sintió como toco el fondo del recipiente con la espalda. Poco a poco el nacho se elevó nuevamente con una cantidad enorme de queso encima, Axel salto para evitar quedar en la profundidad, sabía que si se quedaba en el fondo jamás podría subir por la densidad del líquido.
Afortunadamente su cabeza quedo expuesta y poco a poco levanto los brazos para moverse por el queso, inclino la vista y vio al gigante meterse el nacho a la boca masticándolo lentamente, casi como una vaca, masticaba de manera lenta, Axel sintió escalofríos pensar en lo doloroso que debía ser morir triturado por dientes humanos. En la agencia investigaron la situación, era casi imposible que sobrevivieran a los dientes.

Connor el gigante dejo de masticar algo se le había atorado entre los dientes y luchaba por sacarlo con lengua, intento sacarlo metiendo sus gruesos dedos llenos de grasa.
El espía aprovecho esto y se apresuró al borde del recipiente de plástico transparente, jalo con fuerza y se dejó caer a la mesa de madera. Axel lucia como una gota de queso en la mesa. A unos metros se encontraba una montaña de pañuelos de papel usados, peligrosamente cerca de una de las piernas del gigante, se le ocurrió que podía limpiarse y después escalar por la pierna del gigante. Tenía mucho miedo, ya había probado la fuerza de Connor y no quería regresar a los pies, pero no tenía más opción.
Con los dedos se retiró el queso que pudo, se quitó la camisa y se dio cuenta que en algún punto había perdido el bóxer, ahora sintió lastima por el mismo, estaba desnudo, no se dio cuenta como llego a ese deplorable estado, además ya no tenía comunicación, recordó que había pedido refuerzos antes de arruinar el auricular, eso significaba que la misión debía ser abortada y según el protocolo, tenía que dirigirse a la puerta de la entrada donde un cilindro lo esperaría al día siguiente, vio su perspectiva podía ver toda la sala y a una gran distancia estaba la puerta de la entrada, primero tenía que bajar de la mesa, camino hasta los pañuelos usados, había un olor extraño, lo reconoció casi de inmediato, el característico olor del semen. El gigante se masturbaba mucho en ese sillón y la mesita.
El gigante se sacó lo que estorbaba en sus dientes y lo lanzo a la mesa. Axel se asustó, cerca de él cayo una cantidad considerable de saliva amarillenta, Axel noto que era una de sus botas, la bota se había atorado en los dientes del gigante. Se sorprendió de lo deformaba que había quedado la bota de cuero gruesa. Sin duda el gigante era poderoso sin saberlo, Axel termino de limpiarse a medida que el gigante se terminaba los nachos, se acercó a los gruesos vellos de la pierna del gigante, toco la superficie y noto la calidez de la piel de Connor. Escalo unos centímetros teniendo cuidado de no causar algún tipo de dolor, lo que menos quería ver eran más dedos del gigante, llego a los más alto, donde podía ver el pie inmóvil. A varios metros de distancia estaba el otro pie inerte.
Un rugido altero a Axel, el gigante había bostezado. Ya era tarde, el espía se aferró a los vellos y espero; el gigante se levantó poco a poco, camino a la cocina para tirar el resto del queso y los nachos, encendió la luz de sala.
En las latas de cerveza tiradas en el suelo había una fila de hormigas, el gigante reacciono con furia:
— ¡Mierda, estoy cansado de esta plaga! Elevo la pierna en la estaba aferrado Axel. El encogido grito, sabía que no podría sujetarse por la fuerza de la pisada del gigante.
Como intuyo, la fuerza del enorme pie aterrizando en las hormigas hizo que Axel cayera en el suelo con facilidad, incluso arranco los vellos de la pierna de Connor, el espía vio hacia arriba con horror. Otro pie venia hacia abajo, la enorme pisada hizo temblar el suelo el pie hacia crujir con facilidad a las hormigas cercanas, todas corrían despavoridas mientras los pies no dejaban de pisar por todos lados, Axel no quería terminar así, pero tenía demasiado miedo para mover un musculo. Una hormiga lo empujo y lo hizo reaccionar. Se levantó del suelo y corrió lo más que pudo. Necesitaba alejarse. Noto algo lejano, la alfombra de la sala, podía quedarse allí hasta el amanecer. Se lanzó en picada hasta caer en la zona afelpaba, parecía un enorme pastizal, los pilares de lana gruesa sobrepasaban su cabeza, se introdujo sin pensarlo, y se quejó varios metros cerca de la salida, si se internaba más en ese bosque lleno de polvo y ácaros o no saldría jamás.
El suelo seguía vibrando, Connor estaba molesto, realmente odiaba los insectos, luego de varios segundos interminables, las pisadas se detuvieron y la luz se apagó, Axel quedo en la oscuridad, escuchaba como las pisadas iban alejándose. Hasta quedar en un silencio cuestionable, los ruidos alrededor eran ensordecedores, los insectos, los autos afuera, pero se había entrenado para poder ignorarlos, minutos después escucho los ronquitos del gigante durmiendo, ya podía relajarse, intentaría dormir un par de horas mientras llegaban por él, la entrada principal está en la misma sala, podía salir fácilmente. Agradeció no terminar en el cuarto del gigante porque de ser así tenía que caminar el resto de la madrugada para llegar a la puerta, sin darse cuenta se durmió.
El sol salió, el bosque de tela en el que estaba Axel se calentaba por el calor, no se dio cuenta, pero había dormido más de lo que debía, un tipo de escarabajo pequeño empujo al encogido, abrió los ojos asustado al ver al escarabajo desaparecer entre los gruesos hijo de la alfombra, luego una hormiga y un piojo corrieron a su lado, había un ligero temblor en el suelo.
— ¿Qué pasa? Se preguntó cuando escucho un ruido que se hacía cada vez más fuerte.
Se molestó al notar que no podía ver más allá de los hilos de la alfombra sucia, solo podía ver el techo blanco, decidido a averiguar de dónde provenía el sonido decidió subir por dos hilos que estaban pegados y rígidos por un chicle viejo. Escalo fácilmente y lo que vio lo aterro, eran los pies del gigante empujando una aspiradora pequeña. Al parecer Connor se había cansado de los insectos en la casa y aprovecharía la mañana para limpiar.
Axel dejo salir una maldición y el corazón se le acelero, tenía que salir de allí lo más rápido posible, ya no le importaba si se había levantado tarde o ya lo estarían esperando en la entrada de la casa. Tenía que escapar de esa máquina infernal, si llegara a ser aspirado, la velocidad del viento y el poder de la succión lo desmembraría y moriría en un abrir y cerrar de ojos.
Salto del hilo donde estaba colgado y corrió esquivando basura y polvo que poco a poco se empezaba a levantar, las pisadas del gigante se hacían cada vez más cercanas y la succión de la aspiradora se hacía más potente. Connor levanto la manija de succión y apunto más lejos, donde escapaban unas hormigas, Axel vio cómo eran levantadas en el viento y como lo imagino, la velocidad del viento las desmembró antes de que la maquina se las tragara, no quería morir así. Se detuvo y pensó en una idea loca.
Corrió al lado opuesto, hacia la máquina, allí mismo descansaban los pies del gigante. Que aspiraba metódicamente la alfombra, Axel sudaba a mares y respiraba con fuerza, había ocupado toda su energía en llegar hasta las ruedas gastadas de la aspiradora. Estaría más seguro allí.
Desde su distancia podía ver la entrada de la casa aún más cerca, allí es donde debía estar para ser rescatado. No se dio cuenta cuando Connor empujo la aspiradora con los pies y Axel quedo expuesto en el blanco piso, el encogido vio hacia arriba donde el gigante lo miraba fijamente, ambos se miraban a los ojos.
— ¿Qué demonios es eso? Dijo Connor al ver al diminuto insecto a sus pies. Si sus ojos no lo engañaban parecía una persona una realmente pequeña.
Axel quería correr, pero sabía que sería imposible, lo alcanzaría en un instante. A Axel solo le quedaba una opción, pero esa era peligrosa. Podía ser aplastado en el proceso, retrocedió lentamente, el gigante se dio cuenta que el diminuto quería escapar así que bajo su mano para alcanzarlo. Axel corrió lo más rápido que pudo a la peluda alfombra, donde no dejo de correr ni un instante y escucho a Connor rugir por haber dejado escapar al extraño insecto.
Unos dedos gigantes aterrizaron cerca de Axel, estaba peinando la alfombra para conseguir al pequeño.
— ¿Habrá sido una personita? ¡Parecía una persona! Rugió Connor.
Axel corrió hacia otra dirección donde un pulgar aterrizo, esta táctica era peligrosa podía morir aplastado y Connor jamás lo encontraría, Axel corrió en línea recta. Un pie aterrizo cerca de él. Eso significaba que las manos y los ojos del gigante estaba lejos de él.
El encogido fácilmente había salido de la alfombra, muy cerca de la entrada, vio hacia atrás, allí seguía Connor buscando metódicamente en la alfombra, Axel corrió lo más que pudo a la puerta gigante de madera, debajo de ella había luz del exterior que lo segaba, había sido la noche más dura de su vida. Efectivamente allí estaba alguien esperándolo, se sorprendió. Era su ayudante.
— Hola señor, vine personalmente, me trajeron en un cilindro. Dijo el joven con un uniforme negro muy parecido al que Axel llevaba cuando llego.
— ¡Me alegra verte muchacho! Dijo Axel y abrazo al delgado ayudante.
— Lo veo desnudo señor ¿tuvo una noche difícil?
— Más de lo que crees. Dijo Axel a su pequeño ayudante y ambos vieron a Connor levantándose y elevando la gruesa alfombra al aire para sacudirla.
— ¿Qué hace el gigante?
Por desgracia me vio, me está buscando.
— Entonces vámonos de aquí, mandaremos a otro equipo a espiarlo. Tengo ropa para usted en el cilindro y algo de comida.
— Gracias Jeffrey eres un buen ayudante.
Con ayuda de Jeffrey bajo el escalón de la casa y empezaron a cruzar el camino de piedras del jardín de la entrada, todavía escuchaban al gigante en la casa.
— Casi llegamos. Dijo Jeffrey señalando el cilindro colocado en una esquina del camino de piedra.
— ¿Es un lugar peligroso para un cilindro? un gigante puede aplastarlo.
— Pero está diseñado para no ser aplastado señor.
— Sí, pero puede quedarse atorado en la suela de un zapato son conocimientos básicos Jeffrey.
Se detuvieron, sintieron temblores alarmantemente cerca, una bota vaquera con suela modificada apareció frente a ellos, un hombre gordo apareció en la entrada. Coloco un pie muy cerca de los encogidos, no podían ver su rostro, solo la pansa y las botas de alguna piel de serpiente y unas raras suelas gruesas. La otra bota aterrizo encima del cilindro, Axel y Jeffrey pudieron ver como el cilindro se encajaba fuertemente en la suela de la bota.
— Por ese motivo debemos dejar los cilindros lejos de la entrada, ahora estamos perdidos los dos. Dijo Axel viendo como el gigante poco a poco se caminaba, con el cilindro entre los huecos de la extraña suela de la bota vaquera. El gigante se acercó a la puerta de Connor y toco, Podían ver su sombrero grueso, parecía un cliché texano.
Connor abrió con fuerza y sin mediar palabras lo hizo entrar.
— ¡No podrás creer lo que vi, una personita! ¡Un hombre diminuto en la casa! Y cerró la puerta.

Espía EncogidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora