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La luna ya empezaba a hacer presencia luego de un día tan bullicioso, las personas empezaban a hacer la fila para retirar los alimentos que les correspondían a ellos y sus familiares, para luego retirarse a prepararlos.

– Atzel – Comenta su nombre una voz que se encontraba a su lado provocando que deje de prestar atención a la actividad que se estaba realizando.

– No pensé que vendrías a mi hoy, deberías haber descansado –

El mago solo pudo emitir un suspiro mientras negaba levemente para mirar el panorama a su alrededor mientras continuaban hablando.

– No me gusta dejar las cosas para el día siguiente y más si solo es un reporte de estado –

– Entonces te escucho –

– Los hombres son los que están en peor estado aunque eso ya era algo obvio, las dos mujeres y los niños solo tienen una que otra herida superficial que ya fueron tratadas, también presentaban leves síntomas de desnutrición –

– ¿Y el bebé que traían? –

– Está completamente sano –

Tras un asentimiento de parte del pelinegro el ambiente queda en silencio, salvo por el mago que no se marchaba como normalmente lo hacía después de informar.

– Escupe lo que tengas que decir Hans –

– Tu maná está alterado, o más bien creo que hay algo que te perturba, ya que normalmente no actúa como lo hace ahora... – Habla rápidamente lo que hace que apenas se le entienda.

– No es nada –

– Estás mintiendo –

– No estoy mintiendo –

– Que si –

– Que no –

– Oh vamos soy tu amigo, merezco saber que es lo que te tiene así –

– Solo pienso si estamos haciendo bien las cosas –

– ¿Otra vez con eso? – Le cuestiona a Atzel mirándole un poco incrédulo – Lo estás haciendo bien, no tienes que empezar a dudar de eso –

– Es fácil decirlo para ti – Dice el ojiazul – Pero soy yo el que carga con las vidas de más de 100 personas en sus manos –

– Es por eso mismo que se que lo estás haciendo bien –

– ¿Que? –

– Si no lo estuvieras haciendo bien,  ¿Crees que toda esta gente estaría aquí por voluntad propia? – Dice Hans con una sonrisa en el rostro – Ellos confían en ti porque saben eres un buen líder, uno que pone primero a su gente que a sus intereses propios –

– Estás muy hablador el día de hoy –

– Solo soy hablador cuando es necesario – Golpea levemente su espalda como una forma extra de animarlo – Y nuestro líder debe recibir palabras de ánimo de vez en cuando para seguir haciéndolo tan bien como ahora –

– Mejor vamos a buscar lo que nos corresponde para comer – Menciona mientras comienza a caminar al ver que ya quedaban pocos en la fila.

Con el tema principal ya dado por terminado los dos continuaron conversando sobre algunas cosas que debían de solucionar de su pequeña comunidad en los próximos días.

El Séptimo Contratista Donde viven las historias. Descúbrelo ahora