hermano menor

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Capítulo LXXVIII
Pequeño.

Narrador omnisciente:

Ninguno de los dos volvió a hablar el resto del camino, poco después llegó tu profesora Sara con uno de tus hermanos menores.

El niño volaba en fiebre, no paraba de llorar y parecía que en cualquier momento se iba a derretir. Nunca habías estado con niños o mejor dicho con bebés, no eras muy hábil con estos la verdad, por lo que te ponía algo nerviosa escuchar los lamentos del bebé.

Sara: perdonen que lo traje, pero la señora Jessica no lo quiere cerca, se encerró en su habitación con Gael y me dejó a Gabriel conmigo, dijo que se lo traiga -- soltó desesperada --

Thomas no sabía tampoco que hacer, no sabía mucho realmente de como cuidar a un bebé cuando se encontraba así. Cuando eras bebé no era normal que enfermaras, y usualmente era fácil calmar tu llanto con solo darte algo brillante, pero eso no servía con Gabriel, el solo lloraba como si lo estuvieran asesinando.

La reunión con Dumbledore iba a empezar, por lo que te dieron a tu hermano para que lo cuides hasta que ambos salieran de la oficina, solo asentiste y con algo de incomodidad sostuviste el bebé.

Gabriel dejo de llorar poco después de que ambos entraron q la oficina, te miraba fascinado, jamás ambos se habían visto por mucho tiempo, también lo mirabas fascinada, era un bebé algo regordete para su cantidad de meses.

Meliza: mejor vayamos a mi habitación, aquí es incómodo -- le dijiste mientras comenzaste a caminar --

Gabriel se quedó en silencio todo el camino, solo te miraba y en algún punto se puso a jugar con el collar que traías, varios alumnos los miraban enternesidos, no era común ver a niños tan pequeños en el castillo.

Ambos llegaron sin problemas a tu habitación, dónde con cuidado lo dejaste en tu cama para comenzar a buscar algo, estabas segura de tener alguna poción que le quitará la fiebre, después de todo si le dabas menor cantidad de seguro no le haría nada.

Así como lo habías dicho paso, le diste menos de una cucharada de dicha poción y Gabriel ya estaba en perfecto estado, pero ahora no sabías que hacer con el, solo te recostaste a su lado y te quedaste mirandolo, era un vivo clon tuyo, sabías cómo te veías de bebé por retratos y fotos que varias veces te habían enseñado en el pasado y el era un calco exacto a como te veías.

Tenía apenas unas diferencias a ti, cómo varios lunares que tú no tenías, uno en la mejilla izquierda en el centro y dos en el ojo derecho por ejemplo.

Por su parte Gabriel solo te miraba fascinado, desprendias una tranquilidad que jamás había llegado a sentir, todo en tu habitación tenía brillo, cosa que llamaba su atención, desde los Marcos de los cuadros, hasta las letras de las portadas de los libros del estante brillaban cuando les daba la luz, simplemente era una maravilla para el pequeño niño.

Luego de varios minutos en silencio Gabriel volvió a llorar y ahora no sabías porque, su cara en menos de cinco segundos se había puesto roja por completo y pataleaba hacia todos lados, a lo mejor estaba aburrido.

Fuiste hacia tu tocador y tomaste un collar que no te gustaba mucho, era una cadena de plata que tenía un extraño color naranja, con un ojo de tigre rojo como adorno principal, simplemente era todo lo que no te gustaba. Se lo diste para que al menos jugara con eso, cosa que sirvió por un rato, pero luego solo lo tiro al suelo y volvió a llorar.

Suspiraste mientras dejabas el collar en tu mesa de noche, no sabías que más darle por lo que lo tomaste en brazos y saliste a dar una vuelta por el castillo con el bebé.

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