Un regalo

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Y como otro día está hundido en su cama sin ganas de existir, maldiciendo haber despertado aquella mañana. Su vida era realmente deprimente desde que Quackity declaro que se rendía, que ya no le interesaba continuar con aquella revolución que solo estaba llevando a más caos en Karmaland, en ese momento estuvo inmensamente feliz pensando que tendría a su lindo patito de vuelta, pero no fue así.

La puerta de su habitación fue abierta y cubrió su rostro con la sábana, sabía perfectamente quien era, pues solo había una persona además de Vegetta que lo seguían tratando de animar.

-Vete- Pidió, aunque sabía que sería ignorado.

-No lo haré hasta que te vea comer algo- Era la misma discusión de todos los días, Sapo peta ya estaba acostumbrado.

-Ahg, está bien- Se rindió, tenía claro que hoy tampoco ganaría la pelea.

Quitó la sábana que lo cubría y se incorporó en la cama, no pudo evitar lanzarle una mirada a Sapo peta que decía claramente espero no verte mañana aunque el contrario solo le sonrió en respuesta, la verdad no comprendía porque se esforzaba tanto, los demás se habían rendido después de unas semanas, pero Sapo peta y Vegetta parecía que tenían demasiado tiempo libre.

-Sabes está vez traigo un regalo- Se veía realmente emocionado.

Simplemente siguió masticando el emparedado que le había traído, lo que sea que fuera ese regalo dudaba que le gustará, pero ya que era imposible sacarlo de su casa por las buenas simplemente dejo que continuará.

Sapo peta interpretó la falta de una respuesta como algo positivo y saco un hermoso espejo de mano, algo que confundió por completo a Luzu, lo suficiente como para que preguntará.

-¿Un espejo?- Era la primera vez en meses que mostraba algo más que fastidio o indiferencia.

-Con esto podrás ver a tu alma gemela- Explico Sapo peta.

De inmediato la curiosidad se convirtió en fastidio y se puso a la defensiva, cualquier cosa que tuviera la más mínima relación con Quackity le hacía querer llorar mientras lanzaba cosas y gritaba.

-No voy a usar esa cosa, lo último que quiero es verlo con ese oso...- Replico mientras se volvía a cubrir con la sábana.

-Aun así, lo dejare aquí- El espejo de mano fue depositado delicadamente en la mesita de noche.

Después de eso Sapo peta se retiró sin más insistencias, probablemente porque ya había comprobado lo importante, que Luzu hubiera comido hoy.

Las horas pasaron y por alguna razón no era capaz de pegar ojo, generalmente se ponía a dormir después de las visitas o intrusiones, era lo mejor para evitar su triste realidad pero en esta ocasión parecía que aquel espejo había generado suficiente incertidumbre como para que no lo dejara descansar.

-Maldita sea- No podía creer que enserio iba a usarlo.

Una parte de él seguía anhelando ver a Quacks, sus hermosas alas, su cálida sonrisa, aquellos ojos hipnóticos y esas hebras oscuras que se escapaban de manera rebelde de su gorro.
Seguía estúpidamente enamorado de él, así que la tentación de verlo ganó en su corazón.

-Solo quiero ver que este feliz- Era lo único que le importaba.

Sus manos tomaron el espejo y lo inspeccionó, no tenía ni idea de como usarlo pero no creía que fuera tan complicado.

La superficie parecía ser de vidrio aunque no reflejaba nada y tanto los bordes como el mango tenían decoración hecha de oro, estaba empezando a pensar que Sapo peta le acababa de dar una cosa inútil muy costosa.

Suspiro y estaba por guardarlo en algún cofre cuando la superficie destelló, algo comenzó ha aparecer y aunque al principio era demasiado borroso la imagen se fue haciendo cada vez más nítida hasta que pudo diferenciar lo que el espejo le mostraba.

Un chico alto, probablemente más que él, cabello alborotado color chocolate con un mechón blanco que era encantador, tenia un cigarro entre sus dedos y sus ojos... No podía verlos con claridad estaba muy lejos, realmente el ángulo era algo extraño era como si el espejo estuviera tirado en el suelo a los pies del extraño.

-¿Quién eres?- Pregunto como si alguien fuera a escucharlo.

Para su sorpresa el chico en el espejo miro hacia abajo como si enserio lo hubiera escuchado, en su rostro se podía ver sorpresa y luego una gran sonrisa.

Es encantador y aterrador.

Su cuerpo se estremeció como si de una presa se tratase, estaba a salvó, lo sabía pero aún así esos ojos que parecían decirle que no había escapatoria también lo llamaban y en contra de esa aterradora sensación deseo estar más cerca, quería poder ver sus ojos frente a frente.

-¿Qué haces aquí pequeño?- Aquella voz fue como una caricia.

El chico que por ahora había autonombrado "guapo" se inclino acercándose a él y lo tomo, bueno no literalmente básicamente había tomado lo que sea que le estuviera permitiendo verlo ¿Quizás otro espejo?
Bueno agradecía que ahora estaba viendo su rostro más de cerca.

-¿Estás perdido? Los blob no acostumbran alejarse de su casa- Ahora estaba muy confundido.

¿Un blob? ¿Qué era eso? ¿Porqué lo llamaba así? Su mente no lograba hilar nada, solo tenía claro que lo que el chico guapo veía no era un espejo.

-No soy un blob- Deseaba poder explicar las cosas.

Y otra vez como si pudiera escucharlo el castaño atreves del espejo soltó una leve risa algo burlona.

-Eres realmente curioso, que estés diciendo blob, blob, blob...- La mano que tenía el cigarro se acercó a él.

De la nada la perspectiva que tenía se movió, era como si hubiera girado la cabeza ¿Acaso era una cosa viviente? ¿Lo que veía ese chico era una criatura?

-Deberia devolverte pero eso puede ser más tarde- Por alguna razón eso no le pareció muy bueno para el pequeño ser que parecía estaba en las manos del extraño.

Y luego todo se puso negro, pudo deducir que había sido puesto en un bolsillo, más que nada porque aún escuchaba lo que pasaba, pasos y algunas voces.

-¡Ahg!- Se sentía algo frustrado.

Soltó el espejo y la superficie volvió a no reflejar nada, aunque ahora mismo no le importaba estaba procesando muchas cosas, aunque la principal pregunta en su cabeza era si ese chico era su alma gemela. Tenía que serlo, eso o el espejo estaba roto.

¿Entonces Quackity no es mi alma gemela?

Tenía sentimientos por el pato, pero era inevitable no cuestionarse las cosas cuando al ver a ese chico en el espejo su corazón y todo su cuerpo reaccionaron, era como si lo hubiera estado esperando.

-Odio el amor- Declaró y decidió que lo mejor sería dormir, mínimo intentarlo, mañana interrogaría a Sapo peta sobre el espejo.

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