Rompiendo la cúpula

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A Beelzebub le dolía, nunca le gustó ver a los demás llorar, comprendía muy bien ese sentimiento de sentirse hasta el cuello por los problemas y conflictos, justamente por ese tipo de cosas es que había acabado sellado y era inútil pero no por eso significaba que se quedaría sin intentar nada.

-Wilbur- Hizo que el castaño lo mirara a los ojos y este aún desboronandose lo miro. -Tengo un idea para despertar a Luzu- Un destello de esperanza apareció en los ojos llorosos.

Wilbur limpio su rostro con sus manos y respiró hondo para calmar las emociones que se habían desbordado al ver la situación de Luzu, si quería ayudarlo debía tranquilizarse y hacer un plan, y por lo que dijo Beel parecía que ya tenía uno en mente.

-Dime tu idea- Estaba determinado.

Beelzebub sonrió al ver que Wilbur estaba listo para hacer lo necesario por su alma gemela, señalo la cúpula que estaba aislando a Luzu, era una barrera para que nada pudiera interferir con la ilusión que estaban dandole, así Luzu no podía resistirse y desaparecería lentamente por el poder de la gula, para detener su poder y despertar al chico debían primero romper la barrera.

-Golpea eso- Wilbur miro extrañado la orden. -Sigue golpeando la cúpula sin parar, eso distraerá al dios que está haciendo la ilusión en Luzu y podré encontrar un punto débil para romperla-

Wilbur entendió y hizo lo que le dijo Beel, comenzó a golpear la cúpula sin parar y grito el nombre de Luzu, parecía igual de desesperado que hace un momento pero en lugar de tristeza en su voz se veía rabia, estaba mirando con intensidad aquella persona vestida de negro que abrazaba a SU LUZU, ese dios oscuro que estaba dándole una ilusión a su amado, no le importaba que fuera un dios en cuanto lo pudiera tocar lo golpearía.

Por su parte Beel estaba mirando alrededor de la cúpula usando su poder para identificar el punto más frágil, conocía bien al dios oscuro que estaba haciendo esto entre todos los dioses oscuros era el más joven quizás por eso había acabado tan descarrilado. Ahora se lamentaba no haber estado para él.

Hace mucho, mucho
tiempo atras

Los 7 pecados capitales, así los llamaban los dioses en el mundo celestial, eran los 7 dioses más fuertes que fueron exiliados y ahora se les llamaba oscuros, aunque eso era otra historia mucho más antigua.

Ahora mismo Acidia la diosa oscura que era mejor conocida como el pecado de la pereza acababa de llegar con una gran sonrisa hasta el palacio donde se quedaban todos los exiliados, realmente habían formado su propio hogar mucho más acogedor de lo que alguien se podría imaginar.

Un castillo de piedra tan inmenso que al contrario de lo que alguien pensaría no era oscuro o aterrador, estaba lleno de flores que pintaban los alrededores, la luz del sol hacia brillar los ventanales, había no solo dioses y semidioses, si no humanos y animales caminando por el lugar, corriendo o jugando, un paraíso. Un paraíso creado por los 7 pecados.

-¡Acidia, bienvenida!-

-¡Buen trabajo hoy Acidia!

-¡Te ves muy linda!

Comentarios de bienvenida y halagos fueron dados por las personas que veían a la diosa entrar, apreciaban mucho a los 7 pecados que los habían acogido y cuidado tanto, aquellos que fueron abandonados por completo por los dioses eran resguardados por los dioses oscuros.

-Hermanos, ya llegue- Aviso la deidad cuando entro a la sala de reuniones de los 7 pecados, entre ellos se trataban como hermanos.

Recibió algunas miradas curiosas pues si la querida Acidia llegaba tan entusiasmada es que había encontrado algo y no se equivocaron, detrás de ella un pequeño niño se mantenía aferrado al vestido de la deidad.

-¿Quién es ese pequeño?-

-Anda saluda- Acidia dió una palmadita en la espalda del niño y este dió un par de pasos al frente.

-Hola...- Fue un susurro. -Soy Heberon-

-No es una ternura?-

•••

Y así es como el pequeño Heberon llegó a ser formado con los dioses oscuros, Beel vio al niño crecer y anhelar volver arriba, aquel cielo de dónde venía, lastimosamente no pudo convivir mucho con Heberon pues poco después fue sellado y no tuvo más contacto con sus hermanos o el exterior.

Por eso cuando el niño que conoció había llegado de la nada diciendo que tenía que encargarse del alma de Luzu se sorprendió, que hubiera entrado aquí significaba que le confío su alma ha alguien y como aún estaba ese pequeño infante en su memoria no cuestiono demasiado lo que estaba haciendo Heberon.

-Lo siento- Murmuró pidiendo disculpas por no haber estado ahí y guiarlo correctamente, por no cuestionar sus acciones y por tener que luchar contra él para ayudar a dos almas.

Dió un golpe con su poder causando primero una primera grieta en la cúpula, el cuerpo de Heberon que estaba abrazando a Luzu se sacudió, Beel sabía que probablemente lo estaba lastimando al romper esto pero debía hacerlo. Lo siento. Otra vez se disculpo mentalmente y dió otro golpe con su poder.

La cúpula se desquebrajo y se terminó en convirtiéndose en particulas de polvo, tanto Heberon como Luzu que hace un instante estaban aislado y profundamente dormidos despertaron de golpe.

-¡Luzu!- Un llamado lleno de emociones fue lo que salió de Wilbur que no dudo en acercarse hasta su querido.

Aparto al dios oscuro y rodeo con sus brazos a Luzu...

____________

¡Hola a todos!

Cada día me caen mejor los dioses oscuros y si han leído Lucky ya deben saber que me gusta poner a los malos de buenos y viceversa.

Heberon chikito ¿A poco creían que no iba a estar? Obvio que sí.

Por cierto Acidia es Acedia en latín, por eso la llamé así, en resumen la imagen lo dice todo:

Por cierto Acidia es Acedia en latín, por eso la llamé así, en resumen la imagen lo dice todo:

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Yo investigo para mis historias gente, ni para la escuela hacía tanto trabajo ha-


¡Os quiero!

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