El joven veinteañero de nombre Minho se encontraba en el Palacio de Zafiros, dentro de los aposentos del príncipe Jisung. Hacía dos días que se encontraba ahí, cuidando a su pequeño ser de las estrellas, esperando a que despertara.
Fue una odisea cuando llegó ahí; primero, por el viaje.
Como era de esperarse, él nunca había viajado al Reino Místico de las Estrellas, y la forma de llegar ahí fue un tanto... Brusca para él. El rey Chan le hizo tomarlo del brazo y que se sujetara fuertemente para poder llevarlo, y eso hizo, sin embargo, nunca se esperaba que la única forma de llevarlo fuera a través de una bola de luz que viajaba a alta velocidad.
Cuando llegaron a los cielos, disminuyeron la rapidez y pudo ver el tan mencionado Reino Místico debajo de sus pies. Un reino hecho de nubes, el piso era totalmente blanco, lleno de complicados diseños de estrellas y planetas. Las estructuras de las construcciones también eran muy complicadas, se asemejaban a diseños barrocos, pero totalmente hechos de nubes azules y blancas.
Los habitantes que podía ver, la mayoría tenían tez blanca —uno que otro eran morenos—, como si fueran muñecos de marfil, en los cabellos predominaban el azabache y el pelirrojo —a veces veía uno que otro rubio—. Se percató que los habitantes eran muy felices, no pudo notar ninguna piza de amargura o tristeza, se sintió un poco raro al darse cuenta de ese detalle.
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Cuando llegaron al Palacio de Zafiros no podía creer lo sus ojos estaban viendo, ¡era un enorme castillo totalmente hecho de nubes con esas piedras preciosas en toda su estructura!
Sin embargo, no pudo seguir contemplando esa construcción debido a que las sirvientas y mayordomos del palacio salieron alarmados a recibirlos y se armó un escándalo al ver al príncipe exiliado en los brazos del monarca. Todos los empleados se movieron rápidamente para atender a los príncipes heridos y para preparar la alcoba de Han.
El joven humano se sentía como un extraño en ese lugar, no sabía qué hacer ni a dónde moverse, hasta que el rey lo sacó de sus pensamientos.
—Minho, por favor acompáñame, quiero que me cuentes todo lo que ha pasado.
El humano de cabellos castaños asintió con su cabeza en silencio y procedió a seguirlo.
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Una vez llegaron a la oficina del rey, Minho se sentó en una de las sillas hechas de madera que se encontraban enfrente del escritorio y empezó a contarle toda su aventura con lujo de detalle al monarca, este último lo escuchaba con mucha atención e intriga.
—Por lo que escucho, te gusta mucho mi Jisung, ¿no es así?
Las mejillas del joven Minho se colorearon de un tono carmesí al escuchar esas palabras del rey, estaba muy nervioso, no sabía cómo responder ante tal pregunta.
—Bu-bueno Majestad... La verdad no sé cómo responder... Mire, hace mucho tiempo que cerré mi corazón ante los sentimientos románticos, y cuando conocí a Hannie, no fue la excepción... Sin embargo, cuanto más tiempo pasaba con él, me sentía feliz... Y cuándo lo vi en peligro, sentía un dolor indescriptible en el pecho, no quería perderlo, así que no dudé en usar el arco de las profundidades para poder salvarlo...
—Eso quiere decir que sí lo quieres.
El joven Lee se encogió de hombros y dirigió su mirada al suelo, y añadió: —SÍ. Lo adoro.
El soberano del Reino Místico de las Estrellas le dedicó una sonrisa de lado llena de ternura.
—Sabes que Jisung es el heredero de este Reino ¿cierto? Tiene que estar aquí en el palacio para cumplir con su destino.
—Su Majestad, discúlpeme, pero creo que eso tiene que decidirlo él.
—Oh, ¿por qué lo dices?
—Hannie ha pasado cien años fuera de la familia real, siendo un simple plebeyo. Él ya se acostumbró a esa vida, le gusta toda la libertad que ha tenido hasta el momento... No creo... Que quiera quedarse en el palacio sin darles explicaciones a sus padres adoptivos.
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El joven chico de las estrellas estaba despertando de su sueño profundo, abrió los ojos poco a poco, los sentía muy pesados.
—Hannie— Minho al percatarse de que su chico de las estrellas estaba recuperando la consciencia cerró de golpe el libro que estaba leyendo y empezó a acariciar suavemente los cabellos azabaches de su amado —Me alegra mucho que al fin despertaras.
—Honnie... ¿Cuánto tiempo dormí?— preguntó con una voz rasposa.
—Dos días, pequeño.
—Wow... sí que estaba cansado.
El chico humano sonrió de una manera divertida al escuchar el comentario de Han.
—Parece que ya estás bien... Me da mucho gusto.
— ¿Y Hyunjin? ¿Qué pasó con mi hermano?
Minho hizo una mueca de disgusto al escuchar ese nombre —Él está bien, está recibiendo su castigo por haber arruinado la paz de un inocente humano.
— ¿Un castigo? — eso alarmó a Han.
—Descuida, Hannie, sólo está encerrado en el palacio sin posibilidades de salir por un mes entero. La herida que le dejé no fue grave.
—Me hubiera gustado verte lanzar esa flecha, seguramente te veías muy poderoso.
—No sólo eso, también me veía muy guapo.
Los dos sonrieron divertidos, por fin estaban teniendo una conversación tranquila después de un tiempo.
—Hannie... Quiero decirte algo— las mejillas de Minho empezaron a teñirse de un color rosado.
— ¿Qué pasa?
—Yo...— pasó un gran trago de saliva y soltó un gran suspiro, intentando no ponerse nervioso —Me di cuenta, que... Te... Te quiero...— esas últimas palabras las dijo en un hilo de voz, casi imperceptible.
— ¿Me quieres? ¿De qué forma? — preguntó el príncipe inocentemente.
— ¡De forma amorosa!— el ceño del humano estaba fruncido, aunque su rostro estaba muy rojo —No puede ser, Han, sabes que me cuesta mucho expresar mis sentimientos y me haces decir esto.
El chico de las estrellas no dudó en abalanzarse sobre su humano favorito y posar sus labios con los de él, uniéndolos en un tierno y lento beso. Minho no lo pensó dos vez en corresponder el beso y posar sus manos sobre la cintura de Jisung.
Por fin el chico humano había abierto de nuevo su corazón.
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El chico de las constelaciones - [MinSung]
FanfictionLee Minho era un joven veinteañero que vivía una vida monótona y aburrida, vivía en el campo junto a sus gatos e iba a la ciudad a trabajar en algo que detesta. Sin embargo, un día, cuando él regresaba a casa, esta sufrió un choque de una extraña l...