Capítulo 2

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Al día siguiente desperté pensando en todo lo que pasó ayer, incluso llegue a creer que sería algún tipo de sueño, pero al ver mi muñeca, era claro que no. Más estusiasmada que antes. Me bañé y puse ropa, para seguido salir de mi habitación y bajar a la cocina. Cuando llegué pude ver a mi padre preparando el desayuno. El verlo me hizo pensar en si contarle acerca de lo que me sucedio, pero al analizarlo lo suficiente, preferí no decir nada, después de todo, incluso la simple idea suena fantasiosa.

—Buenos días, papá. —Saludé nada mas entrar a la cocina. 

—Buenos días, cariño. Perdona por no llegar ayer, tuve bastante trabajo. —Dijo dejando un beso en mi frente al acercarme. 

—Descuida, lo comprendo.

—Pero cuentame, ¿Cómo te fue en tu primer día de clases?

—En realidad me fue bien, hice nuevos amigos. —Sonreí emocionada.

—Me alegra escuchar eso. Bien, sientate para que desayunes

—Sí, está bien.

La mañana paso tranquila, desayunamos y cada uno se fue por su lado, no sin antes avisarme que se iría por unos días debido a un viaje de negocios, cosa que realmente no me afectaba, era algo normal y recurrente.

Caminé por las calles, en una cuadra vi que los chicos se encontraban reunidos. Estuve por acercarme, pero al parecer Cloe me vió y dijo algo a los chicos, a lo cual todos salieron corriendo. Me molesté por su acción, por lo que no hice el menor intento de seguirlos. Seguí paseando por las calles, hasta llegar a una heladería, dónde compre una paleta y fui a la colina a comerla. 

Cuando termine mi paleta, vi que mi brazalete brillaba, cosa que me extrañó, pero preferí ir al portal, por si las dudas. 

Llegué a la fortaleza Zorn, donde estaba Lalith esperandome en la misma sala del trono de ayer. Al verme se levanto de su asiento, comenzando a caminar a mi.

—Llegas tarde.

—Pero... Si llegué en el momento que el brazalete brilló.

—No importa, tienes que venir temprano. —. Sin darme oportunidad de hablar, siguió. —Ven, sigueme. —. La seguí por otros pasillos, hasta llegar a lo que parecía un campo de entrenamiento. Era enorme, en ambos extremos tenía lo que parecían ser estatuas con una boca bastante amplia. —Comenzaremos por la teoría, antes de entrenar bien.

>>—Estos son Senroks, sirven para anotar los Kai de cada equipo. Cada Sendokai cuenta de dos equipos, los cuales juegan con el uso del Dö, para después anotar un Kai en el senrok. Dependiendo de las reglas, el Senrok puede ser de cuatro Kais, dos o simplemente uno. Cuatro o tres Kai, es el Senrok azul, dos, rojo, y cuando solo es uno, el Senrok no cuenta con un escudo. ¿Entiendes?

—Sí, Senrok, Kai y Dö, hecho. 

—Bien, esto es un Dö. —Dijo mostrandome una pelota que tenía cosas verdes al rededor. —Lo que debes hacer con él, es canalizar el sen en él, para que el Dö pueda obedecerte. 

—¿Cómo lo hago?

—Cierra tus ojos, deja tu mente en blanco. Comienza a sentir la energía sen de tu cuerpo, para expulsarla y canalizarla en el Dö.

Hice lo que me dijo, pero no podía. Después de entrenar todo el día, desde meditación hasta lanzamientos, lo conseguí. Podía poner un poco de Sen en el Dö para evitar que se fuera a lados incorrectos.

Lalith solo se quedó obvservando, al ver que había mejorado considerablemente, y que me encontraba agotada, creyó prudente el darme permiso para irme a casa, cosa que hice casi de inmediato. Caminé rumbo a la salida de la fortaleza. Durante mi camino, comencé a ver todos los alrededores, y en culpa de mi descuido, choqué con alguien, provocando que cayera al suelo. Al levantar la vista, vi a la otra persona con la que choque, el cual parecía imperturbable. Era el otro sujeto que estaba a un lado del Mariscal, pero por más que trataba, no podía recordar su nombre. 

Una Historia Diferente (Sendokai)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora