Disclaimer: Los personajes de Naruto no son míos, son propiedad de Kishimoto.
Summary: Hinata y Sasuke tienen una reveladora conversación.
Pairing: SasuHina RTN
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Mitología Nórdica
Hinata la Diosa del trueno, estaba se encontraba sentada en el alfeizar de la ventana de su nueva habitación, mirando el cielo estrellado de Midgard, buscando alguna señal de... Él. Hacía eso todas las noches desde que el Ragnarok había destruido Asgard. Evento en el cual se había separado de su compañero, Sasuke el Dios de las mentiras e ilusiones.
La Hyūga había pensado que el Uchiha la iba siguiendo mientras huían de la devastación. Pero cuando aterrizo en aquel bosque en Midgard, se dio cuenta de que estaba sola.
Soltó un suspiro de cansancio. Otra vez no había rastro de Sasuke. Aun así, siguió observando el firmamento. Estaba tan concentrada mirando las estrellas que no se percató de que las sombras en su habitación comenzaron a moverse de forma anormal.
—¡Ah! Koneko-chan —sonó una alegre voz en la oscuridad de la habitación—. Por fin nos volvemos a ver.
Hinata, rápidamente, se volteó con su Mjolnir en la mano, lista para atacar al intruso.
—¿Cómo...? —preguntó extremadamente confundida—. Yo... Creí que habías muerto.
—¡Sorpresa! —el Uchiha canturreo—. Jeje, no morí, pero estuve a punto de hacerlo —dijo con un encogimiento de hombros.
—¿Cómo llegaste aquí? Y todavía más importante —ella hizo una pequeña pausa, tenía el ceño fruncido—. ¿Cómo mierda entraste a mi habitación sin que yo lo notara?
—¿Estabas preocupada por mí, Koneko-chan? —escudriñó con una sonrisa coqueta.
Eso hizo que las mejillas de la Hyūga se tonaran ligeramente de rosa.
—Solo responde a mis preguntas, maldito imbécil —Hinata gruñó y dejo el Mjolnir a un costado.
—Querida, parece que olvidas quien soy —expresó—. Yo soy el Dios de las ilusiones.
—Así que... Básicamente, usaste tus poderes para engañarme a mí y a las personas de este pueblo —comentó ella con un ligero tono de molestia.
—Sí —él afirmó con simpleza.
—¡Idiota! —ella gritó y le dio un golpe en la cabeza—. Se supone que debemos mantener nuestros poderes ocultos y aparentar ser humanos.
Sasuke se sobó el chichón, le sorprendió la reacción tan violenta que tuvo Hinata. Claro, ella solía gritarle o amenazarlo todo el tiempo, pero, nunca lo había golpeado. Bueno, nunca lo había hecho hasta hoy.
—¡Neee! No tenías por qué ser tan bruta —Sasuke se quejó mientras hacía pucheros.
—Sí, tenía que serlo —remarcó con los ojos llenos de lágrimas—. Bastardo desconsiderado.
Hinata se dio media vuelta para que él no viera las lágrimas que no alcanzo a retener. Ella era la diosa del trueno y no debía mostrar debilidad y menos ante otros dioses.
Sasuke por su parte, estaba completamente atónito. Nunca espero que ella tuviera ese tipo de reacción. Por lo que se acercó a ella para consolarla.
—Koneko-chan —él murmuró—. ¡Vamos! No te angusties —dijo y puso una mano sobre el hombro de la Hyūga—. Todo va a estar bien.
En el fondo, ella sabía eso, pero no podía evitar pensar lo peor. Sobre todo, ahora que habían perdido todo lo que alguna vez conocieron.
—¡Ja! —ella se mofó con ironía—. No lo entiendes, ¿verdad?
Sasuke aún no lograba comprender la actitud pesimista y angustiosa de la Hyūga. Por lo que nuevamente intento consolarla.
—¡Hey! Ya te dije que no tenías por qué ponerte así, ya que...
Hinata lo interrumpió y frunció el ceño mientras le daba un ligero empujón al Uchiha.
—¡Maldito desgraciado! —dijo con los dientes apretados—. Que no ves que sí tengo que ponerme así... —Hinata sentía que las lágrimas volvían a inundar sus ojos—. Yo creí que habías muerto.
«—¡Ah! Así que esa era la razón de su extraño comportamiento —el Uchiha pensó.»
El Dios de las ilusiones no podía negar que estaba alagado y emocionado de que ella se preocupara tanto por él.
«—Tal vez... Tal vez ella también... —negando con la cabeza, Sasuke detuvo ese tren de pensamientos. Lo mejor ahora sería actuar como si nada hubiera pasado.»
—Bueno —él comenzó con tono juguetón—. Ya que estoy aquí, yo podría demostrarte lo bien que estoy —sonrió con picardía—. Es más, me quitaré toda la ropa para que veas tu misma que no tengo ninguna herida.
—¡No me vengas con esa mierda! —ella le gritó con enojo.
Y ahí estaba la Hinata que tanto amaba, de nuevo era esa pequeña fierecilla de temperamento fogoso. Sasuke no pudo evitar esbozar una sonrisa sincera al verla actuar como siempre.
—Sabes, eres un idiota —ella refunfuñó con los brazos cruzados y expresión seria.
—Me lo han dicho —dijo encogiéndose de hombros.
Hinata lo observo detenidamente por unos minutos y luego soltó un suspiro con cansancio.
—De todos modos, tarado, aún no te has disculpado por haberme dejado sola y por tenerme aquí preocupada por ti —la Hyūga lo amonestó.
—¡Ah! —empezó—. Realmente lamento haberte separado de ti durante el Ragnarok. Y también me disculpo por no haber dado noticias durante todo este tiempo.
Hinata medito las palabras del Uchiha por unos segundos y después asintió.
—Bien, te perdono —ella dijo—. Pero si te atreves a desaparecer otra vez... Date por acabado —lo amenazó y levanto el puño para enfatizar sus palabras.
El Uchiha no pudo evitar soltar una pequeña carcajada ante las palabras de la Diosa del trueno. Él podía prometerle eso y también podía prometerle que ni siquiera la muerte iba a alejarlo de ella.
—De acuerdo, te doy mi palabra de que no me iré —sonrió—. Además, aunque muriese, yo te esperaría del otro lado —Sasuke admitió—. Te esperaría hasta que nos volvamos a encontrar allá en Valhalla. Donde estaremos juntos por toda la eternidad, y todos los días celebraremos banquetes junto a otros Dioses y guerreros caídos.
Sonrojada, la Hyūga abrió la boca para decir algo, pero el Uchiha se lo impidió.
—Haría eso y mucho más por ti... Porque te amo, Hinata —Sasuke se acercó a ella y la estrecho entre sus brazos.
Se quedaron así por un tiempo, simplemente disfrutando de la compañía y calor del otro. Sabiendo que, de ahora en adelante, nada ni nadie los separaría.
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Notas: Este me costó escribirlo... Definitivamente la mitología nórdica es difícil.
Naoko Ichigo