11

3.2K 380 7
                                    


✨✨✨

Mientras observaba la lluvia caer a través de la ventana de su despacho. Yoongi se dijo que el tiempo no podía estar más acorde con su mal humor.

Se sentía un idiota.

No debería haber dejado solo a Jimin la noche anterior, pero había sido incapaz de seguir allí con él tras sentir la patada del bebé. Solo entonces había sido plenamente consciente de que en el vientre de Jimin estaba creciendo una criatura que era carne de su carne y sangre de su sangre. Aquello le había hecho recordar a Dahye y al hijo que no había llegado a tener; lo había hecho sentirse culpable una vez más por no haber sido capaz de protegerlos del terrible destino que habían sufrido.

Ni siquiera tenía valor para hablar con Jimin. No sabía que podría decirle, como explicarle por qué había reaccionado de esa forma.

La puerta de su despacho se abrió en ese momento, y al volverse vio a la Señora HyoRin de pie en el umbral. Jimin apenas había probado bocado del desayuno que le habían subido y tampoco había bajado a almorzar o a cenar, así que finalmente había decidido mandar a la Señora HyoRin a verlo.

-¿Está despierto? - le pregunto.

-Esta acostado. Dice que no se encuentra bien pero que no debe usted preocuparse.

Al igual que él, probablemente Jimin tampoco había pegado el ojo la noche anterior. El había pasado horas y horas en vela dando vueltas en la cama hasta que finalmente había decidido levantarse con la salida del sol.

Se volvió hacia la ventana.

-Gracias, HyoRin , puede retirarse.

-Tenía cara de haber estado llorando - dijo la Señora HyoRin sin moverse de donde estaba.

Yoongi contrajo el rostro, sintiéndose aun peor. Todo aquello era culpa suya.

-Y su madre llamo otra vez esta mañana - añadió la ama de llaves -. Me parece que intuye que aquí está pasando algo, y a mí ya se me están acabando las excusas. En algún momento tendrá que decírselo, Señor Yoongi.

-Lo haré, lo haré - murmuro él con un suspiro.

La Señora HyoRin se quedó callada un instante y de pronto dijo:

-Yo también perdí a un hijo.

Yoongi frunció el entrecejo y se volvió hacia ella.

-No sabía que... ¿Cuándo?

-Se alisto para ir a la guerra. Lo mataron dos días antes de que cumpliera los diecinueve años.

-Lo siento muchísimo - murmuro Yoongi. No sabía qué más podía decirle.

-Cinco años después mi marido falleció de cáncer, y fue en ese mismo año cuando empecé a trabajar para su familia.

Parecía tan triste... Yoongi ni siquiera había sabido, hasta ese momento, que ella estuvo casada. ¿Por qué no se lo había contado nunca?

Aquello explicaba por qué, a pesar de lo buena que había sido todos esos años con él, había guardado siempre las distancias, y por qué seguía llamándolo "Señor Yoongi" cuando prácticamente lo había criado.

-¿Por qué no me había dicho nada hasta ahora?

-Porque hablar de ellos no va a devolverme a mi marido ni a mi hijo.

-No, es verdad, pero imagino que de vez en cuando se acordara de ellos - dijo él -. Para mí no pasa un día sin que eche de menos a Dahye, o sin que piense en ella ni y en nuestro hijo.

-Quizá ese sea el problema.

Yoongi frunció el entrecejo. Por un lado estaba diciéndole que ella prefería no hablar de los seres queridos a los que había perdido, y por otro lado le estaba reprochando que pensara tanto en su esposa y en su hijo.

¿Qué sentido tenía aquello?

-Debería ir hablar con el joven Jimin - le dijo la Señora HyoRin.

El sacudió la cabeza.

-No puedo.

La ama de llaves lo miro seriamente.

-Diga más bien que no quiere - murmuro -. Me entristece ver que está cayendo en los mismos errores en que yo caí hace años, Señor Yoongi.

Y con esas palabras salió del despacho y volvió a cerrar la puerta.

Se equivocaba se dijo Yoongi obstinadamente mientras se volvía de nuevo hacia la ventana. No estaba cometiendo un error, lo que estaba haciendo era evitarlo.

✨✨✨

Jimin se pasó el sábado entero en la cama, y debía de dar bastante pena, porque hasta la Señora HyoRin había sido menos seca con él que de costumbre.

Había ido a verlo a su habitación, e incluso se había ofrecido a subirle una taza de té, pero lo que Jimin necesitaba era un bálsamo capaz de curar la herida que la reacción de Yoongi había abierto en su interior.

Sin embargo, el domingo a medio día se dijo que se estaba comportando como un tonto y que tenía que reponerse. No podía seguir escondiéndose en su dormitorio, sintiendo lastima de sí mismo.

Quizá el verdadero problema fuera que finalmente había admitido para sus adentros algo que llevaba meses intentando negar: Se había enamorado de Yoongi.

Claro que... ¿Cómo podía amar a una persona que renegaba de su propio bebé?

Quizá porque su corazón y su alma sabían que era una buena persona que había recibido un gran golpe del destino y todavía no había logrado ponerse en pie.

Le había mentido el día que le había dicho que lo consideraba un amigo... o al menos no le había dicho toda la verdad. Lo consideraba un amigo, sí, pero para el rubio era muchísimo más que eso, y no podía evitar sentirse triste al pensar que en el plazo de cuatro meses, cuando naciera su bebé, se tendrían que marchar y tal vez jamás volverían a verse.

A menos que encontrara la manera de hacerle ver que las cosas no tenían por qué ser así. No era la primera vez que había planteado aquella posibilidad. Llevaba días pensando en ello, pero no había querido hacerse ilusiones al respecto porque sabía que también había la posibilidad de que no consiguiera nada de Yoongi y que acabara roto de nuevo.

Se había vestido y estaba a punto de bajar para ir en busca de Yoongi cuando llamaron a la puerta.

Abrió pensando que sería la Señora HyoRin con el almuerzo, pero para su sorpresa se encontró con Yoongi quien estaba de pie allí en el pasillo.

✨✨✨

Embarazado De Un Millonario [Yoonmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora