Prólogo.

2.3K 242 160
                                    

Heavy nunca había lucido más radiante que ese día. No tenía idea si habían pasado meses o un par de años, pero aquel día volvía a su hogar.

Había hecho nuevos amigos; salía a pasear con ellos, compartían sus gustos musicales, e iban al cine por las nuevas películas. Heavy se veía feliz, lleno de vida.

Y ahora, con quince años, abrazó a sus padres. A pesar de verlos a diario, les contó todo como si fuese la primera vez y ellos escucharon con la misma atención.

—¡Dejaré mis cosas! –mencionó el joven pelirrojo, abriendo la puerta.

La sonrisa de Heavy desapareció casi enseguida al ver el cuarto de su hermano. Sus mismos pósters, la cama…con las mismas sábanas que algunas vez le parecieron suaves como un gato.

Respiró profundamente, antes de ir a su habitación.

La puerta se abrió, y Heavy alzó su vista a Chess, sonriéndole

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La puerta se abrió, y Heavy alzó su vista a Chess, sonriéndole.

—Hey, ¿Seguro que estás listo para volver a quedarte aquí?

—Estoy seguro, Chess. –comenzó a decir—. Además, sé que si no me siento cómodo, siempre podré contar contigo.

—Así es, siempre tendrás un lugar en mi guarida. –aseguró, golpeando con delicadeza el hombro ajeno, provocando que ambos rieran.

En ese momento, Heavy se acercó a abrazarlo con fuerza. A pesar de que Chess se sorprendió en un inicio, no dudó en corresponderle aquel gesto, acurrucando a su pequeño entre sus brazos.

—Te voy a extrañar, Chess. –susurró.

—Hablas como si fuera a irme para siempre y eso no va a pasar, ¿Crees que te has librado de mí solo por vivir aquí?, Oh no, no, no, Heavy, voy a molestarte aún así. –dijo, empujando al más pequeño, a modo de juego.

—¡Tú tampoco te has librado de mí! Estoy dispuesto a seguir arruinando todas tus citas. –amenazó, señalándolo de forma acusatoria.

—Viejo, si sigues haciendo eso, nunca dejaré de estar soltero… –sacó un cigarrillo del bolsillo de su camiseta, colocándolo entre sus labios—. Y por eso espero que sigas haciéndolo, sálvame de ese destino. –sin más, tomó su encendedor—. Nos vemos, Heavy.

—Nos vemos, Chess.

El joven quinceañero se despidió una vez más con su mano, antes de terminar de desempacar; tarea que le costó alrededor de 20 minutos más.

Cuando hubo terminado, se sentó en la cama, tomando su teléfono, dispuesto a ver algún vídeo o sus redes sociales.

—¡Heavy! –la voz de su padre llamándolo lo hizo suspirar con pesar, poniéndose de pie una vez más.

—¿Si, papá? –preguntó en voz alta, esperando que lo escuchara.

—¡Ven, por favor!

—¡Agh! –caminó a la cocina, dónde observó a sus padres, hablando en voz baja—. Ya estoy aquí. –advirtió, provocando que los adultos le dedicaran una sonrisa un tanto nerviosa—...¿Pasa algo?

—Nos alegra tanto tenerte aquí con nosotros de nuevo. –Glam habló, antes de ser interrumpido por su esposa.

—¡Nos alegra demasiado! No te has enterado de tantas cosas en tu ausencia, pero creemos que todo puede volver a ser como antes.

—Realmente espero eso…ha sido difícil.

—Para todos nosotros ha sido difícil. –aclaró Glam—. Por eso tu madre y yo esperamos que…todo sea como antes.

Heavy alzó una ceja, mirándolos con confusión.

—Lo sé, ya me lo dijeron… –mencionó entre una pequeña risa—. Entiendo que me he ido por mucho tiempo, pero les aseguro que volverá a ser igual que antes, ¡Me siento feliz de volver!

Y, en aquel momento, Heavy escuchó unos pasos detrás de él. No importaba cuánto tiempo haya pasado, él reconocía al propietario.

Maldita sea, lo recordaba. Cada jodido detalle, lo recordaba.

—Yo también estoy feliz de volver.

El pelirrojo giró con lentitud, temiendo confirmar lo inevitable.

Dee sonrió.

—Hola, hermanito.

¿Cómo nadie podía escuchar al cuerpo de Heavy gritar?

INJURED ━━ deavyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora